Lo primero que me comentaron los responsables de Nintendo antes de ponerme a los mandos de Pikmin 4 es que con este juego se perseguía una experiencia relajante. La saga ideada por Shigeru Miyamoto, dicen que fijándose en el jardín de su casa, nació de dicho concepto, pero claro… esto es un videojuego, y siempre existe algún tipo de reto. En este caso, ya sabéis que consiste en hacer todo lo posible en una jornada con tiempo limitado, aplicando un concepto acuñado por los propios creadores: dandori (planificar y optimizar recursos).
Pues bien, no os preocupéis, porque aunque esta entrega sigue dando ese buen rollo de estar explorando y viviendo aventuras junto a tus pikmin, también va a tener su miga. He jugado solamente los primeros compases, pero ya he perdido a un buen puñado de criaturas y he notado que hay una cierta progresión (como no podía ser de otra forma). Es más, me he quedado bastante sorprendido por las novedades, que no son pocas. En especial, destaco la figura de Ochin, un simpático perrito que nos sigue a todas partes y cuenta con un montón de habilidades.
El perrito de Pikmin 4 que va a cambiarlo todo
Sin Ochin diría que no hay Pikmin 4, o al menos no tendría tanto sentido. Así de importante es. Este perro de rescate rompe directamente algunas de las barreras que tenías como jugador en pasadas entregas, haciendo la experiencia mucho más llevadera. ¿Te acuerdas cuando tenías que mandar a un montón de Pikmin a derribar un muro durante un buen rato? Pues ahora solo tienes que hacer una embestida con Ochin para echarla abajo. ¿Que hay una plataforma elevada y tu personaje no puede saltar? Móntate en Ochin y experimenta una dinámica plataformera hasta ahora inexistente en la saga.
La integración de este nuevo personaje brinda un nuevo carácter a la exploración clásica de los juegos de Pikmin, haciendo esta entrega mucho más versátil y dinámica. Ochin puede llevarnos a lomos a todas partes, destrozar todo tipo de objetos que dificultan el paso, atacar a enemigos, cargar objetos pesados y un largo etcétera. Además, dispone de hasta su propio sistema de progresión, con la oportunidad de mejorar sus habilidades, pero también de aprender otras nuevas: ¡como la de nadar!
La sensación de tener a Ochin como compañero es formidable, porque hace todo más rápido. Renueva la experiencia Pikmin. No obstante, no es lo único con lo que me he quedado tras esta hora y media de juego. También es muy destacable la presencia de las conocidas como simas cavernosas. Se trata de niveles especialmente diseñados para poner en práctica todo lo aprendido, y por tanto proponen un buen número y variedad de desafíos, desde puzles hasta retantes jefes. He completado tres de estas zonas y lo cierto es que prometen mucho, principalmente por su ingenioso diseño de niveles.
Lo bueno de estas zonas es que el tiempo fluye seis veces más lento que en la superficie, con lo cual no tienes que estar tan pendiente del cronómetro. Pero esto no quiere decir que no vayas a sufrir del típico estrés pikminiano. De hecho, hay una parte del juego, las expediciones nocturnas, que plantean peligros nunca antes vistos en la saga. Ya sabéis que la noche era territorio prohibido para los pikmin. Pues ahora tendremos que resistir a oleadas de enemigos, apoyándonos en otra de las novedades de esta entrega: los pikmin luminosos. ¿Cómo son? ¿Cómo se comportan? Por el momento no puedo daros más datos.
Lo que sí puedo deciros es que hay un par de cuestiones adicionales que me han encantado. Una es que es posible mover tu nave de emplazamiento y así agilizar el recorrido de tus unidades. Otra es que existe la posibilidad de retroceder en el tiempo hasta un checkpoint previamente guardado, lo cual es útil si has tenido uno de esos contratiempos en que pierdes a tu ejército de pikmin por descuido.
Y es que para ser una secuela, hay bastantes cosas inéditas, como que puedas construir puentes recolectando materia prima, o dar con los típicos objetos perdidos que podrás transformar en lustronio (una fuente de energía útil para mejorar nuestra nave espacial). Como podéis comprobar, hay muchas novedades. Pero lo que no hay es el cooperativo que esperaba después de Pikmin 3 Deluxe, que me pareció maravilloso. Según nos han comentado en Nintendo, el coop es asistencial (uno controla y el otro asiste con determinadas acciones), aunque tendré que probarlo por mí mismo para sacar conclusiones.
Por el momento, Pikmin 4 me parece precioso en lo audiovisual y otra nueva genialidad en lo jugable. Es adictivo y el tiempo pasa sin que te percates de ello. Mantiene la esencia, pero al mismo tiempo innova, proponiendo una jugabilidad que espero que llegue a ese nivel de reto y estrés por el que siempre se ha caracterizado esta licencia. Pero no quiero adelantar acontecimientos… Ya os contaré.
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