Siguiendo la estela de 2023, 2024 está siendo un año donde los juegazos salen a puñados. Si bien esto es algo a celebrar -¡siempre da gusto ver buenas noticias en este hobby!-, los títulos con menos renombre pueden pasar desapercibidos y convertirse en auténticas maravillas tapadas. Estoy en proceso de analizar un título que puede caer en esto, el RPG de estrategia Unicorn Overlord, y, aunque todavía no estoy listo para comentarte mis conclusiones sobre él, no he podido esperar para contarte por qué me parecería un crimen que te lo perdieras.
Unicorn Overlord, un RPG táctico con raíces claras
Desde lejos, lo nuevo de Vanillaware parece sota, caballo y rey: un RPG de estrategia en un mundo de fantasía medieval que recuerda con facilidad al ya legendario Fire Emblem. Esto es, a la vez, correcto y una observación muy alejada de la realidad. En mis primeras 22 horas he podido entender que las influencias de Overlord Unicorn van mucho más allá de lo superficial, y también que apunta a ser mucho más que la suma de sus referentes.
Y no, no es que de repente este título pase de ser un juego de rol y estrategia a convertirse en un FPS, pero es que su profundidad haría sonrojarse a grandes del género, como Tactics Ogre o Final Fantasy Tactics. En lo nuevo de Vanillaware hay capas construidas sobre capas de contenido, mecánicas y sistemas, y no deja de sorprenderme que, aunque pasen las horas, esta dinámica parece no acabarse.
Muchísimo más que un Fire Emblem de Vanillaware
Empecemos por lo básico: el combate. Unicorn Overlord es un RPG de estrategia, sí, pero su receta particular mezcla el tiempo real que pudimos ver juegos como 13 Sentinels o el bastante olvidado Grim Grimoire con un combate por turnos que parece la mezcla perfecta entre Fire Emblem, Shin Megami Tensei: Devil Survivor y Final Fantasy XII. Soy consciente de que son muchas comparaciones, y estas las carga el diablo, pero verdaderamente me tiene fascinado lo mucho que este título bebe de otros videojuegos para no acabar pareciéndose de manera obvia a ninguno.
Como comandante, cada vez que acerques una unidad a tus enemigos, vas a dejar de estar en el campo de batalla a tiempo real para pasar a un combate por turnos. Eso sí, al contrario que otros RPG, tus ataques ya los habrás decidido de antemano. Aquí es donde comienza la miga del título, y es que la personalización de todas y cada una de las unidades del juego (es decir, los 60 personajes que Vanillaware asegura que puedes reclutar) encapsula también gestionar un sistema de habilidades que se ejecutarán posteriormente de manera automática dentro de cada enfrentamiento.
Para cada uno de tus personajes, vas a tener que controlar el equipo que lleven -lo cual también influirá en sus habilidades-, los ataques que realicen en la batalla y, por si todo esto fuera poco (y créeme que no lo es, es una labor de cariño mantener todo al día), también va a ser tu trabajo el ajustar las condiciones bajo las cuales se realizarán estas técnicas. Con un sistema parecido al de los Gambits de Final Fantasy XII -el cual, sin ser su mayor fan, he de decir que creo que estaba adelantado a su tiempo, de ahí su recepción mixta-, tendrás a tu disposición decenas de condiciones. Desde priorizar X roles de tus aliados hasta ajustarse a estados alterados, puntos de vida restantes u otra gran cantidad de circunstancias, puedes elegir hasta dos condiciones por habilidad.
Y sí, he dicho aliados. Unicorn Overlord no es un juego en el que las unidades sean individuales, sino que vas a tener que repartirlas en escuadrones de 3, 4 ó 5 personajes. Estos grupos se pueden ir ampliando a medida que avances en el juego, y la sinergia entre todos sus miembros y su posicionamiento van a ser la clave. Con una fila delantera y otra posterior, el colocamiento de las unidades más poderosas para proteger a las más frágiles también forma parte de las preparaciones estratégicas a realizar. Si creías que este SRPG iba a ser coser y cantar, créeme cuando te digo que no.
Una vez en el campo de batalla, lo más importante son los puntos de Valor, una unidad que conseguirás acabando con escuadrones enemigos y capturando estructuras y que te permitirán desplegar más personajes y realizar habilidades fuera de los 1v1. Estas tienen muchas formas: algunas simplemente hacen daño y destruyen trampas, mientras que otras curan o reviven personajes derrotados, causan estados alterados a los contrincantes y aumentan los atributos de tus aliados. Si a esto le sumamos un límite de tiempo, la necesidad de proteger tu propia base, tener cuidado con trampas u otros elementos del mapa que puedan dañar a tus unidades y lidiar con eventos como tormentas de arena, lo que queda es un título cuyo único adjetivo posible es "denso". ¡Y así da gusto! Sé que sobre el papel suena agobiante, pero para los fans de los títulos de estrategia más exigentes, ver el cariño y la dedicación con la que sus creadores han esculpido esta obra es una gozada. No es aquí, eso sí, en el único sitio donde se nota esa dedicación.
El arte de George Kamitani, impecable como siempre
Marca de la casa, el apartado artístico de Vanillaware siempre es impecable, y es uno de los equipos a los que mejor les ha sentado el paso a lo HD. Si bien ya me habían maravillado con todos los juegos que han lanzado desde la PS3, es en Unicorn Overlord donde me he encontrado con el ejemplo favorito de lo potente que es el arte de George Kamitani y compañía. Todos los fondos, sprites y animaciones están hechos con una artesanía impecable y no paro de decir "Ay, qué precioso se ve" cada vez que me enseñan una pantalla o un personaje nuevos. Es una delicia y no me hace falta terminar el título para decir que es una de esas obras que va a envejecer como el vino, y no como la leche.
En cuanto a su trama, otro de los pilares de los RPG, todavía es pronto para hablar. Encarnas al príncipe desterrado Alain, quien tuvo que huir de su propia tierra cuando su madre, la reina, fue traicionada por sus propias tropas para caer víctima del malvado general Valmore. Años después, al mando del Ejército de Liberación, será tu cometido liberar todos los territorios ocupados por el vil Imperio de Zenoira, y para ello habrás de aprovechar toda la ayuda posible. ¿Es cliché la trama? Sí. ¿Funciona? También. Sin —aparentemente— grandes pretensiones, todo este trasfondo es suficiente para empezar a desarrollar los territorios ocupados, las ambiciones de protagonistas y antagonistas por igual y, sobre todo, las relaciones formadas entre todo el elenco de personajes. Es, desde luego, un título que apunta a tener muchos momentos potentes y memorables gracias a su planteamiento épico.
Contenido hasta decir basta (y más)
Ahora bien, tomando notas de Fire Emblem, las relaciones de las unidades que reclutes van a tener bastante peso aquí. Con más de 60 personaje reclutables (yo llevo más de 40 y esto parece no acabarse nunca), llevarlos en un mismo escuadrón estrechará sus lazos, haciendo que puedan tener escenas exclusivas desarrollando su relación, y la verdad es que hay dinámicas más que interesantes. Desde hermanos que se odian hasta personajes que nunca creerías que se complementan así de bien, hay miga y estoy seguro de que este va a ser uno de los apartados que más se comenten del título. Por otro lado, sé que hay un sistema para poder pedir matrimonio con Alain, pero aún no he llegado a ello.
Sé que todo esto ya parece bastante, ¿pero y si te digo que hay bastante más? El juego cuenta con un mundo abierto en el que encontrarás recursos para reconstruir ciudades, misiones secundarias, un sistema de restaurantes para afinar todavía más relaciones de las unidades y hasta puzzles y minijuegos. Tiene, también, ciclo de día y noche que te ofrece eventos exclusivos, y hasta cuenta con un coliseo que te ofrece no solo desafíos offline, sino también multijugador online asíncrono. Hay una obsesión tangible por incluir tanto contenido como sea posible, pero no en pos de alargar de más el juego, sino para hacerlo más complejo, algo altamente arriesgado que estoy seguro que echará para atrás a más de uno. A mí, como fanático del género, me tiene francamente encantado. Todo se siente agregado en su justa medida y nada parece sobrar. Sí, sorprende ver cómo esta obra se expande y expande aparentemente sin límite, pero esto es parte de su encanto.
Todavía me queda para poder hablarte en profundidad de Unicorn Overlord. Según él mismo, he visto más de la mitad del mapa, aunque algo me dice que ahí va a haber truco, ya que las cantidades de contenido opcional que maneja este título son casi aberrantes. Cuando esté preparado para hacer mi veredicto final, hablaremos de si lo recomiendo o no. Esta primera parte, de momento, me hace ser optimista e incapaz de soltar el mando.
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