Cuando pasan más de 20 años desde el estreno de un videojuego y recibes un remake, es casi seguro que vas a recordar muy pocas cosas. Me ha pasado con Advance Wars 1+2 Re-Boot Camp, pero no lo digo en sentido negativo. En absoluto. Sabía de antemano que su estrategia táctica era única, con una calidad que me encandiló en Game Boy Advance allá por el año 2002. Su increíble variedad, lo satisfactorio de sus turnos tácticos, el encanto de sus gráficos pixelados… Lo que no recordaba tanto era lo difícil que era, o al menos lo complicado que me ha resultado avanzar a través de las 16 misiones de las que se me permite hablar en esta preview.
He sufrido con su nivel de reto como nunca me habría esperado. Tanto, que en el ecuador de la campaña me he visto forzado a cambiar de la dificultad clásica a la "relajada" (curiosa denominación, porque relajante desde luego no me ha parecido). La IA fue en su día aplaudida por la crítica, y no me extraña. Ahí está el trabajo de Intelligent Systems, reconocidos por la saga Fire Emblem, que hace que el mínimo error lo pagues caro. Es un juego de mover unidades con mucha cabeza, pensando cada movimiento como si se tratara de una partida de ajedrez. Y es muy satisfactorio, aunque esta edición tiene también algunos "peros" que quiero comentarte.
La estrategia táctica que recordabas, ahora en tu Nintendo Switch
Como tú, soy uno de esos usuarios que esperaban el retorno de la saga Advance Wars. Desde la entrega Days of Ruin para Nintendo DS no hemos contado con ningún nuevo título, convirtiéndose en una de esas licencias de Nintendo que parecían olvidadas. Al final ha sido la empresa WayForward (autores de Shantae) la encargada de crear este remake que contiene los dos primeros juegos de la licencia: Advance Wars y Advance Wars 2: Black Hole Rising, lo cual asegura horas y horas de diversión. Ya os hablaré de cifras en el análisis, ya que de momento no se me permite hacerlo (pero la duración es elevada, como en los originales).
Es un juego de mover unidades con mucha cabeza, pensando cada movimiento como si se tratara de una partida de ajedrez
De hecho, las restricciones de embargo no me permiten hablaros aún de la campaña de Black Hole Rising, aunque está disponible desde el minuto uno en la pantalla de título. Se te avisa que si juegas sin haber completado la campaña del primer juego, podrías recibir algún que otro spoiler narrativo. Pero a lo que vamos, lo importante: el primer Advance Wars sigue siendo un juegazo. He superado más de la mitad de su historia y me sorprende lo complejo que sigue siendo en lo jugable, presentándote nuevas unidades y situaciones con cada misión… y también libertad.
Con lo de libertad me refiero a la versatilidad para completar las misiones. Puedes hacerlo capturando la base enemiga, algo que te permite ser rapidísimo, pero para lograrlo debes muy hábil (me gusta compararlo al jaque mate pastor). Y luego está la vía más habitual, que consiste en acabar con las tropas y vehículos rivales. Al final de cada contienda, se te premia por tu velocidad, por tu técnica y por lo mucho o poco que has arrasado. Todo esto te da puntos que invertir en una tienda para desbloquear elementos de galería, pero también mapas para la faceta multijugador, algo de lo que te hablaré cuando se abran los servidores en línea.
No te dejes engañar por su aspecto cartoon: es más desafiante y elaborado de lo que te puedes imaginar
Por el momento, prefiero que te quedes con la idea de que este remake sigue siendo fiel representante de la habilidad de Intelligent Systems para crear juegos de estrategia por turnos. No te dejes engañar por su aspecto cartoon: es más desafiante y elaborado de lo que te puedes imaginar. Debes tener en cuenta cosas como que la infantería puede conquistar edificios que apoyen tu avance, que hay unidades de reconocimiento ideales para orientarte a través de la niebla de guerra o que debes abastecer a tus unidades si la guerra dura demasiados turnos (cada uno equivalente a un día de conflicto).
Son muchas las variables a tener en consideración, aunque es todo muy lógico: los cazas son efectivos contra helicópteros, los helicópteros contra unidades de tierra, los cruceros contra submarinos, los submarinos contra fragatas y estas últimas contra cualquier vehículo terrestre. Se trata solamente de algunas de las unidades disponibles. Lo bueno es que el juego te va enseñando poco a poco, y cada misión constituye un nuevo aprendizaje. Aquí el concepto tradicional de que las primeras misiones son como tutoriales no resulta válido, porque no dejas de aprender hasta que ves la pantalla de créditos. Una maravilla.
Pero no todo son buenas palabras. Tal vez se debería haber reajustado la dificultad, no hay mucho equilibrio, y en el plano audiovisual no me termina de convencer. No lo digo tanto por la esencia cartoon tan remarcada, sino porque se ha perdido la esencia pixel-art de los juegos originales en favor de los gráficos 3D. Es algo que viniendo de Way Forward (creadores de juegos como River City Girls) me resulta complicado de comprender, al igual que el escaso empeño puesto en la banda sonora, que se basa en los temas originales sin aportar gran cosa: una mayor variedad de temas habría venido muy bien.
Por todo ello, mi sensación tras estas primeras horas es que es un remake bastante conservador, y lo que cambia no es siempre para bien. Tiene algunas cosas excelentes, no obstante, como el editor de mapas (realmente completo), pero ya veremos si mantiene el tipo durante el resto de horas que me quedan, que no son pocas… Os contaré cómo ha acabado la guerra táctica en el análisis que publicaremos próximamente.
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