No hay duda de que Horizon: Call of the Mountain es el juego estrella del catálogo inicial de PSVR 2. Al ser otras experiencias muy atractivas como Resident Evil 8 y Gran Turismo 7 actualizaciones gratuitas, este es sin duda el juego a señalar para inaugurar la segunda edición de la realidad virtual de Sony. Call of the Mountain es espectacular, sí, pero no se olvida de ser un buen juego que aproveche y adapte las mecánicas únicas de esta plataforma. Y sí, puede que no sean las más originales, pero funcionan.
Ya lo decía Yoshida en unas declaraciones que, en mi opinión, me parecen un tanto debatibles: "Los indies serán los que tomarán riesgos en PS VR2" y no las grandes sagas. Como gran saga, este spin-off de Horizon no inventa la rueda, basándose en mecánicas ya conocidas, pero sí la pule a un nivel muy agradable. Sus dos aportes jugables principales son la escalada y el combate. Y en ambos recoge lo ya visto y lo amplía según su perspectiva.
La escalada es el elemento principal. Sí, por encima del combate. Si conoces The Climb, ya sabes su funcionamiento. Si no, te lo explico: utilizar los gatillos del mando que simulan un agarre para colocar las manos en asideros e ir trepando altísimas y hermosas montañas. Aquí nos olvidamos quizá de mecánicas avanzadas, de preocuparse por la tiza para tener mejor agarre; pero, en cambio, tenemos montañas muy orgánicas con asideros originales que van desde la roca y las cuerdas, hasta las oxidadas patas de las máquinas antiguas o zonas de agarre en movimiento.
Se nota que el equipo combinado de Guerrilla y Firesprite que ha diseñado el juego ha reflexionado mucho sobre lo que hace divertido a este sistema y el resultado no solo es muy bueno, sino que comprobaréis que deja unas vistas espectaculares. Eso sí, esta mecánica de escalada convierte a Call of the Mountain en un juego bastante físico. No es que termines muy fatigado, pero tendrás que moverte por encima de la media en un juego de VR.
La historia de Call of the Mountain ayuda a dar contexto, pero no es la más importante por mucho que venga de una franquicia con gran peso narrativo
La historia de Call of the Mountain ayuda a dar contexto, pero no es la más importante por mucho que venga de una franquicia con gran peso narrativo. Encarnamos a Ryas, un carja sombrío que es liberado temporalmente de su encarcelamiento para ayudar al Solminio a investigar una amenaza que se cierne sobre ellos y, de paso, encontrar a su hermano desaparecido. Servirá para marcar nuestros objetivos, así como poder hablar con algunos personajes en una base de operaciones, por si queremos saber más; e incluye la aparición estelar de Aloy en algún momento puntual de la aventura. Pero más allá de eso, como digo, es una historia situacional, porque lo importante aquí es escalar y combatir.
¿Cómo se combate contra las máquinas en realidad virtual?
¿Y cómo se combate? Lo cierto es que Call of the Mountain utiliza un sistema que, en un principio, puede parecer tan curioso como extraño. En vez de dar agencia al jugador para enfrentarnos a las máquinas con nuestro arco (y posteriormente con un arsenal ampliado), la libertad se restringe en pos de un movimiento circular, como si orbitáramos la arena de combate, que es donde se encuentran nuestros enemigos.
Entiendo por qué lo hace. De esta forma, el estudio se asegura de que siempre tienes encarada a la criatura y, de paso, que no des demasiadas vueltas sobre ti mismo o termines enrollándote con el cable de las gafas. Creo que, en parte, limita las posibilidades, porque habría sido interesante ayudarse en ataques cuerpo a cuerpo, mientras que el juego relega más el peso en armas como el arco o la honda.
No le sienta mal una vez nos acostumbramos a ello, porque la precisión que consigue el apuntado con estas armas es magnífica y da una gran satisfacción al acertar en el ojo de un vigía o quitarle una parte de la coraza a un recolector. Además, los distintos tipos de munición que podemos crear (y que aquí haremos manualmente para favorecer la inmersión virtual), ayuda a dar un componente estratégico al combate. Con todo, sí es cierto que este sistema tiene algunas carencias, ya que tiene que preparar toda una arena de combate y hace que nunca tengamos sorpresas en el camino, ni distintas formas de aproximarnos al combate. Además, quizá sea por este sistema por lo que he echado de menos más combates contra máquinas, mientras que el juego se centra más en la escalada.
Una experiencia más profunda de lo que parece
En un principio, Horizon: Call of the Mountain puede parecer un juego más simple de lo que es. Aprendes las nociones básicas de escalada o de combate y piensas: ¿eso es todo? Al fin y al cabo, no es un juego muy largo, que puedes completar en 7 u 8 horas. Pero nada más lejos de la realidad, porque Guerrilla y Firesprite han sabido dar variedad al juego. La escalada se va haciendo más compleja no solo por la orografía de las montañas, sino por las herramientas que se suman a nuestro arsenal. Construiremos picos para engancharnos, con una física muy conseguida para que tengamos que imprimir fuerza y clavarlos bien; tendremos un gancho con el que sortear distancias; daremos saltos ajustados y crearemos tirolinas de formas muy espectaculares.
Algunos de estos artilugios se usan también para completar pequeños puzles, a menudo basados en físicas. Son simples, pero super entretenidos
Lo bueno es que algunos de estos artilugios se usan también para completar pequeños puzles, a menudo basados en físicas. Son simples, pero super entretenidos, porque hacen lo que se debe hacer en un entorno virtual: crear situaciones en las que aplicar el sentido común. Por ejemplo, ¿tienes que bloquear una rueda una vez que la has girado? Metes un palo entre los radios para evitar que se mueva. Ojalá tuviera más de estos puzles, porque son muy divertidos y se nota que el equipo ha cuidado especialmente las físicas. He tenido reminiscencias de Half-Life: Alyx, por ejemplo, al tener que buscar munición entre cestas y barriles y manipulando objetos por el simple disfrute de hacerlo.
Con todo, Horizon: Call of the Mountain es la perfecta vía de entrada para inaugurar las PSVR 2 hasta el punto de que ojalá hubiera sido incluido junto al dispositivo para demostrar sus bondades, ya que saca buen partido de todas las características. Incluso del seguimiento ocular, que sirve para poder desplazarte por los menús de forma rápida. No se ha utilizado para el combate, en cambio, y esto es algo curioso, porque claro, la tecnología es TAN precisa que quizá haría demasiado literal la frase de "donde pongo el ojo, pongo la bala". En cambio, tendremos que apuntar con el arco manualmente y tendremos una pequeña asistencia de apuntado que podemos activar o desactivar.
Junto a desafíos extra que puedes completar y su cuidada presentación de juego completamente doblado al español, Horizon: Call of the Mountain es una buena muestra de lo que es capaz el equipo de PlayStation cuando invierte en la VR. Sí creo, trayendo de nuevo la frase de Yoshida, que quizá podría haber traído algo de cosecha propia, ya que no inventa nada nuevo, y una de las cosas que más se agradecen en este mercado de la VR es vivir experiencias únicas. Pero es un sólido primer paso, con un juego que no solo se juega bien, sino que es muy espectacular por momentos. Ahora solo queda desear que este Horizon sea solo el primero de muchos juegos y experiencias que están por llegar.
Horizon: Call of the Mountain es una gran forma de empezar la andanza con las PSVR 2, ya que saca bastante partido a muchas de las características del nuevo hardware, mostrando un buen apartado gráfico al que se le unen unas sólidas mecánicas de escalada y de combate, aunque no invente nada nuevo. Aquí la escalada es incluso más importante que luchar, y contiene un buen puñado de herramientas que van haciendo más complejo y divertido nuestro ascenso. El combate es muy satisfactorio, aunque a veces algo restringido a las arenas debido a su forma de encarar a los enemigos, con un movimiento que orbita alrededor de los mismos. No es quizá la experiencia más original, ya que se alza a lomos de otros juegos que ya sacaron partido a estas mecánicas, pero sabe aportar su visión y dar variedad en sus 7 u 8 horas de duración, alternando estas características principales con algunos puzles, coleccionables y momentos en los que, simplemente, contemplar la belleza del mundo.
Comprar Horizon: Call of the Mountain- Es el juego con el que sacar partido al arranque de PSVR 2.
- Sus mecánicas principales son la escalada y el combate, aunque también contiene coleccionables y algún que otro puzle.
- Su historia no es muy relevante: encarnamos a un carja sombrió que tiene que buscar a su hermano e investigar un mal que acecha al Solminio.
- Es un juego bastante físico, en el que tendremos que mover bastante los brazos para escalar y combatir.
- Gráficamente muy llamativo, demostrando lo que es capaz el nuevo hardware en conjunción con PS5.
Ver 21 comentarios