El Nintendo Direct celebrado en septiembre del año pasado me sonó a despedida. La promoción de títulos de un perfil bajo como Princess Peach: Showtime!, Mario vs Donkey Kong o el remaster de Luigi's Mansion 2 me hacían pensar que los japoneses ya estaban completamente centrados en la sucesora y que, de hecho, lo más probable es que la viésemos durante este 2024. Sin embargo, fue sentarme a ver la presentación de ayer y comprender que estaba equivocado, que en realidad este año Nintendo Switch iba a acabar por todo lo alto, prolongando aún más su exitoso camino como consola de videojuegos.
Allá por el año 2017, cuando salió la máquina en medio de un montón de dudas (por el reciente fracaso de Wii U), era difícil prever la situación que tenemos actualmente, con cerca de 140 millones de consolas vendidas, lo cual es una barbaridad. Pero la sorpresa es que, lejos de conformarse y dejar este año en suspenso -como suele suceder en el ocaso de cualquier máquina- los de Kioto nos han dado 40 minutos con muy importantes anuncios, entre los que no solo se encuentran remasters (que era lo que temía), sino nuevas entregas dentro de importantes licencias.
Lejos de conformarse y dejar este año en suspenso, los de Kioto nos han dado 40 minutos con importantes anuncios
De hecho, el único remaster anunciado ha sido el de Donkey Kong Country Returns (que lo volveré a jugar, por supuesto). Por lo demás, hay mucho que contar, empezando por un esperadísimo Metroid Prime 4: Beyond que por fin se ha mostrado tras 7 años de desarrollo (entre comillas). Fue el colofón con el que concluyó un evento que califico de sobresaliente, más considerando las alturas en que nos encontramos, con una Switch que ha sobrepasado la media del ciclo de vida de cualquier sistema de videojuegos (en torno a los 5-6 años).
Pero hay más, porque hay nuevo Zelda, y no uno cualquiera, sino que se permite el lujo de introducir una de las novedades más rompedoras (y demandadas) de la saga: controlar a la princesa de Hyrule. No me lo esperaba para nada, y menos con tan poco tiempo desde el estreno de Tears of the Kingdom, lo cual me permite hacer otra interesante reflexión: Nintendo ha optimizado la producción de videojuegos hasta un punto que no recordaba desde la época de la NES y SNES. Con Nintendo Switch, ha tenido al menos un juego importante por mes, levantando un catálogo simplemente formidable.
Todo esto sin obviar lo fresco y resultón que parece Mario & Luigi: Conexión Fraternal o lo divertido que seguro que es Super Mario Party: Jamboree. En definitiva, buen ritmo y buenos anuncios para la que promete convertirse en la despedida de Switch antes de que veamos algo sobre su sucesora. Probablemente, la próxima cita que tengamos con Nintendo sea para conocer algo sobre Nintendo Switch 2 y sus primeros videojuegos, algo que será especialmente emocionante y que estoy convencido de que se hará por todo lo alto. Pero de momento no conviene cambiar de sitio tu actual consola. Realmente, aún tiene mucha diversión que ofrecer.
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