Para muchos, hablar de Dragon Quest es pensar en Dragon Quest VIII o Dragon Quest XI. El octavo capítulo de la serie llegó a Playstation 2 de la mano de Level-5 en 2015, y sigue siendo un JRPG tremendo. Su mapamundi es estupendo, su historia no está nada mal y tiene contenido de sobra para aburrir. Y es que El Periplo del Rey Maldito es un título del que hay hablar siempre que se recogen los mejores juegos de rol de la máquina de Sony.
El otro Dragon Quest reciente más celebrado es Dragon Quest XI. De Los Ecos de un Pasado Perdido me quedo con sus personajes, con sus ciudades, con su mundo abierto y con un endgame que parece infinito. Sin embargo, ni este ni el III o el V es mi juego favorito de la franquicia. Sé que puede sonar raro, pero, para mí, lo mejor que ha salido de esta licencia es Dragon Quest Builders 2.
Adoro este juego. Y eso que recuerdo recibir de primeras al original a disgusto
Adoro este juego. Y eso que recuerdo recibir de primeras al original a disgusto. El motivo es fácil de entender: Minecraft no es para mí, y Dragon Quest Builders nació a rebufo de ese. Apareció en 2016 y, por aquel entonces, todos querían hacer su propio Minecraft. Este fue uno de ellos. Me tocó analizarlo para la desaparecida Mundogamers. Recuerdo que empecé a jugar su tutorial con la ceja arqueada y con ganas de ponerle mala nota, pero al cabo de un par de horas me enamoró. Y Dragon Quest Builders 2 mejoró todo lo que el original tenía, así que me casé con él. Yo ahora solo le rezo a María Pita, patrona de mi ciudad, para que se lancé ya Dragon Quest Builders 3.
La razón por la que me encanta Dragon Quest Builders 2 es por el mensaje que lanza con su construcción Y me explico. La construcción en Minecraft es un ejercicio alocado; construimos porque podemos, porque queremos colaborar con otras personas y porque deseamos distraernos. Construimos para hacer una realidad más bonita, y porque es divertido. Eso está muy bien, pero a mí nunca consiguió llenarme.
Soy arquitecto, no ejerzo pero acabé el grado y trabajé una temporada como tal. Mientras me formaba, además de tener que sufrir a un montón de profesores que se creían los artistas definitivos, también disfruté de otros que te explicaban lo que debería ser en realidad un arquitecto; ¿alguien prepotente, un destructor de paisajes como Calatrava, un señor que te planta el Gaias en Santiago y se queda tan ancho? No, nada de eso. Un arquitecto tiene que ser alguien que ayuda a la gente a ser feliz a través de la construcción. Y ese es el mensaje que te quiere transmitir Dragon Quest Builders 2.
Dragon Quest Builders 2 hace que te sientas feliz al construir
El bucle jugable de este videojuego de Square-Enix es justamente eso: escuchas las necesidades de las personas, y creas casas, calles, murallas, servicios y plantas árboles para lograrlo. Cuando lo haces, vuelven a ti para darte las gracias, y petición tras petición, vas generando una pequeña ciudad en la que todos viven felices y contentos. Esa alegría que te transmiten es la que te empuja a ser mejor arquitecto, a hacer cosas más bonitas y a entregarte a ellos.
Recuerdo con especial cariño una situación muy graciosa que jugué en Dragon Quest Builders 2. Tenía que hacer un cuarto de baño público para que los vecinos pudieran cagar tan contentos. Hice uno, pero se formó muchísima cola; así que me puse a construir varios. Todos se pusieron muy contentos, y esa alegría me llevó a instalarles mejores puertas, pavimentos y a preocuparme de ubicarlos en una zona privada de la ciudad. Me encantó este instante porque había hecho feliz a personas, no construyendo una catedral o algo trascendental, sino un elemento tan costumbrista como un retrete. Dragon Quest Builders 2 es siempre así de cercano y de tierno.
Recuerdo con mucho cariño construir retretes en el juego
En el videojuego, te sientes animado a empezar a construir porque sin una casa todos morirían. No tú, sino gente a la que acabas de conocer, personas con necesidades e inquietudes. Y ojo con la franquicia Dragon Quest, que puede parecer para niños, pero no se corta ni un pelo en ponerte un par de cadáveres ante ti y quedarse tan ancha.
Cuando te encuentras a toda esta gente desamparada, necesitas cuidar de ella, y la única forma de hacerlo es construyendo. El videojuego comparte esta faceta jugable con la de tower defense. Resulta que, de vez en cuando, aparecerán por un punto cardinal una serie de enemigos a los que les tendrás que plantar cara. Si no lo haces, destrozarán tu querida ciudad y a tus seres queridos.
Y aquí viene otra particularidad de Dragon Quest Builders 2 que me encanta. Al poder construir lo que quieras, lo que yo siempre hacía era obligar a las bestias a descender a fosos que cavaba. Las atrapaba en laberintos, las hacía subir a puntos altos de los que luego se tenían que caer… Es decir, no solo protegía a los míos colocando pinchos y trampas, sino que podía usar la propia arquitectura como arma.
Para rematar la jugada, Dragon Quest Builders 2 se divide en capítulos. Cada uno de ellos te lleva a una parte diferente del mundo con un problema distinto que solucionar construyendo. Esto me encantó porque me pareció muy representativo de lo que hace un arquitecto: enfrentarse a distintos proyectos con diferentes puntos de partida. Cada nuevo comienzo significaba aprovechar todo lo aprendido antes para hacerlo ahora mejor, para intentar alegrarles la vida a quiénes más lo necesitaban, siendo tú ahora mucho más sabio.
Y eso es Dragon Quest Builders 2, ¿cómo no amarlo? ¿Cómo es que tú no lo amas y no estás escribiendo un comentario diciendo que lo adoras? Puede que sea por mi manera de entender la arquitectura, pero me parece el videojuego que responde con más cariño a la pregunta: “¿por qué construyes?”. Es un título con un buen rollo tremendo, en el que tienes que construir libremente y ser original para hacer feliz a otros. Además, esta segunda parte tiene una historia general muy divertida y preciosa que te llevará a crear un gran hogar para todos los que lo necesiten. En definitiva, si todavía no lo has jugado o creías que no era para ti porque no te va el rollo Minecraft, juégalo.
Ahora mismo lo tienes fácil para hacerte con él. Está en Game Pass y también ha llegado al servicio de suscripción de Sony Premium y Extra. Eso sí, aléjate de la versión de Nintendo Switch. Intenté rejugarlo ahí no hace demasiado tiempo y su rendimiento me recomendó que no era buena idea.
Ver 4 comentarios