Sumergirse en la mente creativa de Hideo Kojima puede parecer como entrar en un laberinto sin fin, lleno de ideas extravagantes y conceptos únicos. Sin embargo, detrás de este aparente caos creativo se esconde un universo cohesionado de influencias literarias y cinematográficas que dan forma a sus obras maestras del mundo del videojuego. En este viaje hacia el entendimiento de uno de los grandes genios de los videojuegos, me encontré con dos joyas literarias difíciles de encontrar pero de un calado en la mente de Kojima de los más interesantes: Sombra 81 de Lucien Nahum y Herederos de las Estrellas de James P. Hogan.
En mi búsqueda por comprender mejor la mente inquieta de Kojima, me sumergí en las páginas de estas dos obras, buscando pistas que me ayudaran a desentrañar el aparente misterio que rodea al genio detrás de sagas como Metal Gear y Death Stranding. ¿Qué conexiones podría encontrar entre la mente de Kojima y las ideas presentes en estas novelas aparentemente desconocidas? La recomendación me la hizo el propio Kojima en las páginas de El Gen de la Creatividad, un libro que reúne muchas de sus reseñas y recomendaciones culturales, una especie de esquema para comprender mejor el funcionamiento de su motor creativo.
Dos lecturas recomendadas muy diferentes
Sombra 81 me llevó a un mundo de intriga y conspiración, una novela del estilo de Tom Clancy en la Nahum teje la trama, mezclando pequeños elementos de ciencia ficción con una narrativa absorbente: Un avión jumbo de Pacific Global Airways, que acababa de despegar del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles con destino a Honolulu con 187 pasajeros y 14 miembros de la tripulación, es secuestrado en pleno vuelo. El secuestrador ha amenazado con derribar el avión si no se le paga un rescate de veinte millones de dólares en oro en las próximas tres horas. No parece gran cosa, ¿verdad? Pues Kojima es capaz de sacar oro de su propuesta, encontrando en la realización del crimen perfecto una sensación de satisfacción sin tener en cuenta el bien común. Y mucho de esa idea llega hasta algunos de los villanos de Metal Gear, no por nada Kojima lo considera uno de sus libros preferidos de todos los tiempos.
Por otro lado, Herederos de las Estrellas ha supuesto un salto en el espacio y el tiempo, donde la humanidad se enfrenta a dilemas éticos y filosóficos sobre su lugar en el cosmos. Como debe hacer la buena ciencia ficción. El libro describe el hallazgo de un hombre muerto en la luna, cuyo cuerpo esquelético se encuentra dentro en un traje espacial rojo brillante, oculto en una fosa de piedra. Nadie sabe quién era ni cómo llegó allí, ni cómo murió, pero se estima que el cuerpo tiene aproximadamente cincuenta mil años de antigüedad, lo que plantea un misterio sobre su origen y su existencia antes de lo que se consideraba posible. Casi suena a algo propio de Erich von Däniken, pero en los años 80 este tipo de ideas astro arqueológicas estaban en plena efervescencia.
La habilidad de Hogan para explorar temas complejos a través de una trama apasionante llena de misterio que me dejó maravillado. ¿Podrían las reflexiones sobre el destino de la humanidad en el espacio haber resonado con el creador de Death Stranding? Estoy seguro de que sí, Tal vez Kojima exagera cuando al hablar del libro lo califica como la mejor novela de ciencia ficción de la historia. A lo mejor no es para tanto, pero resulta curioso cómo algunos de los elementos del proceso de investigación que es el eje central de la novel van de la mano con algunos tropos clásicos del cyberpunk en el clásico Snatcher, donde si bien la referencia más obvia es Blade Runner, ahora también veo guiños a la obra de P. Hogan y la saga Gigantes, del que Herederos de las Estrellas no es más que la primera parte.
Encontrar estos dos libros supuso mirar tiendas de segunda mano y "librerías de viejo". Y no me quejaré en absoluto porque es algo que disfruto una barbaridad, y que además supuso que se vinieran a mi casa algunos libros más de manera inesperada, como una primera edición paperback del Conan de Robert E. Howard con la famosa portada de Frank Frazetta. El caso es que hacerse con los libros fue un pequeño viaje en el tiempo en el que ves como ha cambiado el panorama editorial y de qué manera parecen haber evolucionado los gustos de los lectores. Además, mientras me sumergía en estas novelas, me di cuenta de que entender a Kojima no se trataba tanto de identificar patrones directos entre sus obras y las de otros autores, sino de comprender la forma en que su mente absorbía y reinterpretaba ideas de una gran paridad variedad de fuentes. Un buen ejemplo del famoso pragmatismo asiático. Al igual que un pulpo intelectual, Kojima parecía extender sus tentáculos hacia todas las direcciones de la cultura pop, buscando inspiración en cada rincón y grieta empujado simplemente por sus gustos personales.
Las referencias sutiles, las más interesantes
De igual manera las influencias literarias y cinematográficas en el trabajo de Kojima son abundantes y variadas, y seguramente más evidentes, como revela en diferentes entrevistas como la concedida a Sky News. Desde las películas de Stanley Kubrick y John Carpenter hasta las novelas de Philip K. Dick, su creatividad es un collage de referencias que abarca décadas de cultura pop japonesa y occidental. Cada elemento, desde la música hasta la iconografía, se convierte en parte de un tejido narrativo más amplio que da forma a sus mundos virtuales. Sin embargo creo que las referencias que Kojima obtiene de la literatura (y esto incluye los mangas) es mucho más interesante, precisamente, porque es menos evidente y depende menos de lo visual y más de lo conceptual.
Con Sombra 81 y Herederos de las Estrellas me di cuenta de que tratar comprender a Kojima era en realidad tan apasionante como sus juegos. Aunque, en realidad, es algo muy sencillo ya que Kojima siempre ha sido muy público a la hora de señalar sus gustos y preferencias desde sus redes sociales o artículos y reseñas. Estas influencias se entrelazan de manera tan intrincada que es imposible separarlas por completo, pero Kojima señala sin problema de dónde provienen, por si alguien quiere investigar por su cuenta a ver qué encuenta. Yo lo he hecho y no me arrepiento. Al sumergirme en este laberinto de ideas, no solo gané una mayor apreciación por el genio creativo de Kojima, sino también una comprensión más profunda de la complejidad de su proceso de apropiación (por qué no llamarlo así) y de regeneración conceptual en una versión muy particular del proceso de "romper, estudiar y copiar".
El gen de la creatividad: Lo que inspiró a Kojima para crear Metal Gear y Death (Manga Novela)
La mente de Kojima es un vasto océano de creatividad donde las corrientes de la cultura pop fluyen y convergen en un mosaico único de ideas y visiones. Tal vez su mayor genio no sea tanto el de crear nuevas ideas como el de combinar lo mejor de aquellas que le fascinan pero que pertenecen a otros. A Tarantino le funciona, por ejemplo. Y aunque desde fuera en ocasiones Kojima pueda resultar algo opaco, incluso teniendo en cuenta las diferencias culturales entre oriente y occidente, acercarse a los referentes de Koima es experiencia enriquecedora por sí misma.
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