Dormir en la montaña si no estás acostumbrado a sus ruidos suele resultar bastante perturbador. Hacerlo en los montes Apalaches, probablemente una de las zonas de Estados Unidos que más mitos y leyendas ha generado, debe poner los nervios hasta al más valiente, pero por alguna razón está más de moda que nunca gracias a los vídeos de TikTok. De hecho, Call of Duty Black Ops 6 no es el único que le ha echado el ojo a esas historias para dar forma a sus zombis.
La película de Silent Hill y su inspiración en la ciudad con llamas subterráneas de Centralia, el mito de Mothman que popularizó la película de Richard Gere, la Bruja de Bell y cómo derivó en la Bruja de Blair, el Bigfoot, el Wampus, la gente de los Ojos de luna… Los montes Apalaches son el origen de todas esas historias y muchas más. Estas son las que más nos gustaría ver referenciadas en los zombis de COD Black Ops 6 cuando llegue a nuestras manos.
Las luces de Brown
Probablemente el fenómeno más famoso de los que pueblan los montes Apalaches, una serie de luces que pueden verse sobrevolando las montañas y que, pese a haberse estudiado desde que en 1771 se diesen a conocer al gran público por un ingeniero alemán que acudió a la región y las avistó, no se ha desvelado en qué consisten exactamente.
La ciencia se agarró al reflejo de coches y trenes, pero lo cierto es que tras realizar cortes para descartar la hipótesis, las luces se han seguido viendo de forma irregular. La teoría más extendida asegura que se tratan de gases de la montaña o rayos globulares que crean ese efecto. La leyenda mantenida por los lugareños, en cambio, difiere bastante de la corriente científica.
Según aseguraban los indios Cherokee, la historia de las luces de Brown se remontan a una batalla entre dos tribus nativas de la zona. Tras la sangrienta contienda, las madres, viudas y hermanas de los que perdieron la vida en combate salieron en su búsqueda en mitad de la noche portando antorchas. Aseguran que las luces que se ven es porque siguen buscando a sus seres queridos en la montaña.
Mothman
Allá por 1966, una pareja que recorría la zona en coche vieron cómo de repente una figura alada y de ojos rojos brillantes se colocaba a la altura de su coche y los seguía sin descanso. Pese a acelerar con la intención de deshacerse de ella, la figura se mantenía a su lado hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, desapareció sin dejar rastro.
Tras alertar a la policía y darse a conocer en los periódicos el mito de Mothman, los avistamientos de la supuesta criatura crecieron como la espuma dando lugar a cierta histeria colectiva sobre la aparición, lo que instó aún más a la policía a hacer caso omiso de posteriores alarmas de avistamientos similares.
El caso creció aún más cuando, algo más de un año después del aquél primer incidente, un gran puente cercano colapsó provocando que hasta 46 personas fallecieran en el incidente. Varias de las personas implicadas habían avistado al ser días antes y, entre los que se salvaron, también había varios testigos que aseguraban que Motham había estado allí para avisarles en cierto sentido del peligro que se avecinaba.
La gente de Ojos de Luna
Cuentan que en los montes Apalaches hay una tribu a la que se conoce como los Moon-Eyed People. Personas de baja estatura, piel casi albina, y unos ojos enormes lo suficientemente claros para que rehuyan la luz del Sol, escondiéndose durante el día en las incontables cuevas de la zona y viviendo de noche sin pretensión de molestar a nadie.
Dicen las historias de la tribu Cherokee que hace cientos de años les atacaron para empujarlos hacia las montañas, de donde no han vuelto a salir, y que las estatuas y grabados que sus antecesores realizaron sobre ellos son la prueba de que existen pese a que nadie se haya aventurado a buscarlos.
Lo interesante de la teoría parece ser que lo que presenciaron aquellos indios fueron europeos que se asentaron en ese lugar, y prueba de ello son las ruinas de un enorme muro de piedra derruido que hay en la zona, pero tanto el supuesto avistamiento como el muro en sí datan de cientos de años antes de la llegada de Cristobal Colón.
Por qué los montes Apalaches son el lugar más encantado de Estados Unidos
Que de esa misma zona saliesen mitos como el del Bigfoot o la Bruja de Bell puede resultar sorprendente, pero empieza a tener sentido tan pronto te acercas a fotos del lugar. Extendiéndose desde la Isla de Terranova en Canadá, hasta Alabama en los Estados Unidos, se trata de una cordillera antiquísima, formada antes incluso que la propia vida en la Tierra, que lleva miles de años acumulando historias.
Formando una cordillera de entre 160 hasta 482 kilómetros de ancho, se trata de una zona escarpada y notablemente aislada en la que la belleza de su naturaleza sólo es comparable a los peligros que implica aventurarse en ella sin conocimiento. Y todas esas historias, como en cualquier otro lugar del mundo con una situación similar, son parte de ese peligro. No una consecuencia, sino una forma de evitarlo.
Nada es más efectivo contra un niño que hablarle del monstruo que vive en el acantilado y le agarrará de los pies arrastrándolo hacia su cueva. El miedo, como forma de amedrentar ciertas acciones para preservar la seguridad, puede ser una herramienta valiosísima que, bien abrazada por las propias culturas, puede terminar salvando vidas a pesar de dejar también un buen puñado de noches sin dormir.
Imagen | Andrew Neel
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