Desde la primera partida de Battlerite queda clara su identidad: con el farmeo y la subida de niveles requerida, sabemos que una teamfight de MOBA tarda mucho en desarrollarse de forma adecuada en un género que ya es, por sistema, bastante lento. ¿Qué pasaría si centrásemos todas las bondades de las batallas de juegos como League of Legends o DOTA 2 como el motor central de la experiencia? Obtendríamos el presente programa. Analizamos Battlerite, el nuevo MOBA de PC.
Verano de 2013, Gamescom de Colonia. Deep Silver, borracha de éxito con la marca Dead Island, se enrola en el desarrollo del primer MOBA con zombis, Dead Island: Epidemic. Cuentan para su desarrollo con Stunlock Studios, que es capaz de armar un programa que, a pesar de sus incontables bondades, no puede disfrazar el grotesco concepto de género que acuñaba, el ZOMBA (siglas de Zombie Online Multiplayer Battle Arena). Sin embargo, las buenas ideas del juego estaban ahí, y a pesar del prematuro cierre del proyecto, parecía claro que los suecos tenían ganas de armar un buen lío tras estrenos como el ya nombrado o Bloodline Champions.
Battlerite, su nueva producción, está congregando unos 30.000 usuarios a diario en Steam desde su estreno F2P, proponiendo una reducción del género MOBA que puede justificar su mera existencia: basar toda la jugabilidad en las teamfight, la salsa de otras propuestas de éxito como League of Legends o DOTA 2. No conforme con la idea, Stunlock ha potenciado las peleas por equipo añadiendo un buen puñado de opciones y habilidades extra, bebiendo del género de la lucha para convertir las largas partidas de los referentes del género a ágiles escaramuzas de cinco a diez minutos de frenesí gladiador.
El híbrido entre MOBA y lucha sienta de maravilla a Battlerite, que ha salido del Early Access con 21 campeones separados en tres categorías: cuerpo a cuerpo, a distancia y apoyo. No ha descuidado las típicas builds y ha añadido loot boxes basados en motivos estéticos (y con una surrealista capacidad de otorgar elementos repetidos, a pesar de llevar pocas horas de juego). El estudio sueco ha construido un título de humildes requisitos, pero listo para sacar partido a sus coloridos diseños y estupendos efectos de los que hace gala en cada pelea. ¿Es suficiente para triunfar?
Reducción de MOBA
Battlerite elude cualquier sistema de niveles, torres o nexos
Battlerite peca de lo mismo que muchas otras producciones que se han lanzado en el presente género: no tener una identidad propia más allá de lo jugable. Francamente, no me sorprendería ver a ninguno de sus campeones como una skin cualquiera de alguno de los principales héroes de los MOBA que triunfan, y tampoco sus pocos escenarios y estética son capaces de hacerme obviar la constante comparación con otros referentes. Creo que eso es algo que afectará a usuarios que se aventuren en el F2P. La esperanza del estudio pasa por engatusar a sus usuarios con su estupenda propuesta jugable.
El control mediante WASD o la concepción del maná, prestada de marcas como Street Fighter o The King of Fighters, también resultan una bocanada de aire fresco para su categoría jugable. En su objetivo por reducir el MOBA a una minimalista y funcional batalla de cuatro o seis personas, elude cualquier sistema de niveles, torres o nexos, por lo que tus héroes entran en la arena con su máximo poder, con el único objetivo de acabar con los rivales para sumar rondas al contador. Para agilizar las partidas se reduce la arena con el objetivo de enfrentar a muerte a los jugadores. El que llegue a tres victorias vence.
Sus autores no solo han querido centrar la experiencia en las batallas: también han querido sumar a los campeones con más magias que las que veríamos habitualmente en otras producciones, de ahí que sumando las propias cinco habilidades de cada protagonista, se le suman nuevos ataques potenciados (algo así como las versiones EX que veríamos en los juegos de lucha) que se pueden ejecutar gastando maná, llegando a las ocho o nueve opciones por protagonista, algo prácticamente inédito en el género. Por supuesto, las posibilidades son tan enormes que eleva la posibilidad de crear sinergias entre sus campeones, que es lo que más destaca del software.
La comunicación entre los miembros del equipo es vital para el éxito y subir posiciones en la liga competitiva, tanto como el conocimiento de los 21 héroes (y los que se vayan sumando en el futuro mediante nuevas actualizaciones), sus puntos débiles y posibles combinaciones con las tuyas. Las builds, bautizadas como Rites, te permitirán dar un nuevo toque a tu estrategia y crear tu personaje único, añadiendo daños elementales u otros modificadores a tus estadísticas.
MOBA: Territorio prohibido
No penalizo que Stunlock experimente con el juego, pero resulta ilustrativo que las propias virtudes del programa lastren posibles novedades que lleguen en el futuro. Battlerite está tan atado a las teamfight que la mera concepción de un modo como Battlegrounds, estrenado recientemente, supone una traición a su propia identidad. Batallamos con enemigos, pero también debemos cumplir objetivos típicos de dominación, eliminación de minions o protección de objetivos para acceder al nexo rival, representado, como en Gigantic, en un poderoso y gigantesco monstruo. Tendremos que vencerlo para ganar la partida, que dura unos 20 minutos.
Es pura batalla, y sus creadores no deben alejarse de la idea original
No me malinterpretéis: me ha gustado mucho Battlerite y en su análisis lo recomendaría a los usuarios agotados de los MOBA de siempre, ya que esconde virtudes suficientes para ser una obra de gran profundidad y recorrido. Requiere ser estudiado para dominar a sus personajes, y aunque no invente la rueda, sí es capaz de proponer nuevas habilidades e ideas inéditas en productos similares. La propuesta es tan fresca como lo pudo parecer Dead Island: Epidemic, pero con posibilidades de ser disfrutado sin pensar en conceptos, siglas y nomenclaturas grotescas. Es pura batalla, y sus creadores no deben alejarse de la idea original.
Con sus indiscutibles bondades, Battlerite puede ser disfrutado por usuarios que ya conocen los MOBA y desean disfrutar de una experiencia rápida y directa. Siendo realistas, el presente género ya ha demostrado con creces ser un foso de buenas ideas, y sus usuarios ser fieles a su juego favorito de turno, que difícilmente abandonan. Si sus creadores se las ingenian para construir una base fiel lograrán que el F2P sea rentable y se mantenga durante muchos años, pero no son pocos los productos que han llegado con similares intenciones y han acabado en drama.
Battlerite pivota sobre una idea básica y lógica: centrar toda la experiencia en lo más divertido de los MOBA, las teamfight, sin subir niveles ni tirar torres. Puede que no sea muy imaginativo en el diseño de los personajes, pero sí aporta ideas nuevas a los campeones y sus sinergias, potenciadas por las múltiples habilidades de cada protagonista. La fórmula encaja en las batallas dos contra dos y tres contra tres, pero no parece ser capaz de tener una alternativa viable. Un videojuego F2P muy disfrutable y satisfactorio en compañía, profundo y exigente. ¡Bienvenidos a la arena!
- Batalla MOBA sin complejos: sin niveles, torres o nexos. Fight!
- Campeones dotados de numerosas habilidades
- Estupendas sinergias entre los personajes
- Ajustado y nivelado en todos sus apartados. Exige poco y se ve estupendo
- Su identidad visual es muy genérica
- Salvo milagro, parece limitado a las teamfight
- El sistema de cofres y botines no parece demasiado honesto
- La traducción española está a medias: se espera solución
