Se ha convertido en un chiste relativamente común lo de decir que a Marte vamos en busca de polvo y rocas, pero aunque está lejos de ser mentira, la NASA reconoce que esa colección de tierra y piedras está lejos de ser el tesoro más preciado que van a llevarse de allí. De hecho, la clave para las misiones tripuladas al planeta rojo no está sólo en su suelo, sino en el aire.
Las 24 muestras recogidas por el Rover Perseverance de la NASA también incluye aire de Marte sellado en sus tubos. Un bien igual o más preciado que su polvo y rocas por lo que supone a la hora de investigar la atmósfera marciana de cara a futuras misiones y la posibilidad de establecer una colonia en el planeta.
La clave para el futuro de la humanidad en Marte
Tal y como recoge Justin Simon, geoquímico del Centro Espacial Johnson de la NASA en Texas, "las muestras de gas de Marte tienen mucho que ofrecer a los científicos", pero no sólo a los que estudian el planeta y nuestras posibilidades allí, sino también a todos aquellos que estudian la formación y evolución de los planetas.
Lo importante es que "las muestras de aire de Marte nos darían información sobre el clima y la atmósfera actuales además de cómo han cambiado con el tiempo", pero también ofrecerá pistas sobre la toxicidad de su polvo, qué desafíos medioambientales puede suponer para la vida y, por descontado, el nivel de vapor de agua que hay en el aire marciano.
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