El desenlace del anime de Ataque a los Titanes está calentito. Y mira que es una serie irregular. Creo que pocos trabajos animados son capaces de tener tantos capítulos flojos, tantos desequilibrios en el ritmo narrativo, y aún así funcionar. Tiene algo a caballo entre Death Note, Mazinger Z y la serie Fire Emblem que me enamora. Podría leer el manga para descubrir ya cómo acaba todo, pero es que no soporto el dibujo de sus viñetas. Así que toca esperar.
Cabría esperar que la última parte de la temporada final, la tercera, ya fuera la última. Pero ya sabemos que va a ser que no. Vendrá dividida en dos; lo que se llama hacer un Nomura con Kingdom Hearts, vaya. ¿Y cómo matar el mono hasta su primer estreno en marzo? Pues lo mejor es echarle el guante a los dos videojuegos que existen de la serie. Y por si ya los tenéis en vuestro radar, os traigo una noticia buena y una mala sobre ellos.
La "mala" es que los dos son musous. Tanto A.O.T. Wings of Freedom como Attack on Titan 2 lo son. Y no estoy diciendo yo que los musous sean un género que es malo de por sí, pero sí que es uno bastante divisorio. O te gusta o no te gusta la fórmula. La parte positiva es que se tratan de dos de los mejores que ha hecho Omega Force. De los dos, el bueno, bueno es Attack on Titan 2. El motivo es que recicla mucho contenido del título original pero lo amplía y le añade algo estupendo. En la secuela no controlamos a los héroes del juego, sino a un personaje anónimo que se relaciona con ellos.
Attack on Titan 2 te ayudará con el mono de más anime
Lo genial de esto es que podremos llevarnos mejor con unos y con otros, charlar con ellos en primera persona, hacerles regalos y mantener conversaciones que recordaremos de las primeras temporadas del anime. Tanto la recreación de los personajes como de los escenarios está muy conseguida, así que la sensación de formar parte del equipo de exploración es automática.
Balancearse en este título con el equipo de maniobras tridimensionales tiene un puntito de terapéutico
Pero esto no es lo mejor del juego. Para seguir con el artículo, me tengo que quitar la careta. No me gustan nada los musou. Me parecen juegos que son como las patatas fritas del McDonald’s; tú las mascas y las mascas y no te aportan nada, solo ejercicio mandibular. Tengo colegas que me dicen que su función es desestresar, pero a mí no me funcionan. Sin embargo, este Ataque a los Titanes 2, pese a ser un musou, sí me ha gustado.
El motivo es que ha sabido transmitir muy bien a los mandos el manejo del equipo tridimensional. Porque sí, a mí también me gusta todo el rollo político de la serie [ojo que vienen SPOILERS del anime], la comparativa de los eldianos con los judíos, y la pullita al imperio japonés, pero por lo que estamos enganchados al anime es por Levi y por Mikasa; al menos yo.
Nada es más top que ver a Levi cortando nucas
Aunque sea increíble cuando a Eren le da por machacar a tres titanes él solo convertido en el Fundador, no hay nada más emocionante que ver a Levi aparecer de la nada, alucinar con su cara de malote y flipar con cómo le raja los brazos en espiral al Titán Bestia. Esa batalla en el Muro María me la llevaré conmigo siempre. Y eso lo sabe recoger muy bien este juego. Eso sí, solo cubre dos primeras temporadas. Para vivir también la tercera tendrás que comprarte el pack de expansión Final Battle.
Balancearse en este título con el equipo de maniobras tridimensionales tiene un puntito de terapéutico. No llega a los niveles de Spider-Man de Insomniac, pero hay algo en su flotar ingrávido, y en la inercia del manejo de sus cables que enamora. Y si sois jugadores de musou, seguro que hay algo que no os gusta demasiado del género y que aquí se soluciona. Porque en este aspecto negativo estaremos de acuerdo, seáis fans de esto o no.
Por las ganas que tengo de jugar a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, me he comprado Hyrule Warriors: Age of Calamity. También es un buen musou, pero cada vez que el título me pide que me vaya a una esquina opuesta del mapa a cumplir con una nueva misión, me dan ganas de darle un zapatillazo en los morros a Omega Force.
Sin embargo, da mucho gusto moverse de un lado a otro del escenario en A.O.T. 2. Porque, como en Spider-Man, la movilidad está muy bien ejecutada. Lanzas tus ganchos, usas el gas, te elevas, buscas un buen ángulo y ¡tajo en la nuca! Luego aparecen titanes enormes y únicos, te enfrentas a ellos… Recuerdo con mucho cariño haber disfrutado de este título, además, mis temporadas favoritas de la serie son estas.
Este musou capta a la perfección la movilidad de Ataque a los Titanes
Porque aunque tengo muchísimas ganas de ver cómo acaba todo, creo que lo mejor de Ataque a los Titanes siempre será la idea de unos simples humanos peleando con su ingenio contra monstruos. Nunca sabías quién iba a morir, todo era nuevo e imprevisible, y el misterio de qué había en el interior del sótano del padre de Eren era formidable. Por eso recuerdo este juego ahora con cierta nostalgia, porque significa disfrutar de mi parte favorita del anime.
Y ahora vienen las malas noticias. Este juego tuvo una distribución muy escasa en nuestro país. Por lo tanto, encontrarlo en físico está complicado. En Steam está carísimo. Mientras redactaba este artículo miré cuánto costaba y está a precio de lanzamiento. No os recomiendo comprarlo tan caro, pero si lo veis de oferta y el hype os puede, que sepáis que es una buena opción para el fan. ¡Entregad el corazón!
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