Prince of Persia es una saga con la que se han pretendido hacer muchas cosas a lo largo de la historia, y no siempre han salido del todo bien. No obstante, a mí personalmente me generaba cierta seguridad el hecho de que Ubisoft Montpellier estuviese trabajando en su nuevo videojuego. Es un estudio repleto de creatividad y que ha demostrado hacerlo muy bien en varias ocasiones, con ejemplos tan reputados como Rayman Origins o Rayman Legends.
De hecho, conociendo a los desarrolladores, no era de extrañar que adoptaran un enfoque 2D a la hora de planear Prince of Persia: The Lost Crown. Tiene muchos elementos plataformeros y de acción, era obvio, pero lo que no resultaba tal vez tan evidente es que se aventuraran a crear un metroidvania… y además de una forma tan sólida. En particular, solo vengo para decirte que si tenías alguna duda, es muy probable que estemos ante un juego muy destacado. Es ágil, tiene encanto, las mecánicas son variadas, la duración acompaña y además es retante hasta donde tú quieres que lo sea.
El Prince of Persia que no me esperaba
Voy a decirte todo lo que me ha sorprendido de POP: The Lost Crown, pero tal vez lo mejor es que es un Prince of Persia clásico y moderno a la vez. Creo que los desarrolladores le han cogido perfectamente el tono a la licencia y han creado un videojuego muy respetuoso con el concepto original, pero adaptándolo a los tiempos actuales. Puedes esperar los saltos ajustados y las trampas tan icónicas de la saga, pero al mismo tiempo esa libertad de exploración metroidvania que tan bien sienta a este lanzamiento.
Cuando los desarrolladores anunciaron este enfoque metroidvania pensé: ¡no será para tanto! Sin embargo, no tiene mucho que envidiar a los mejores exponentes del género. Los diseños son más intrincados de lo que esperaba, con incluso rutas opcionales y un fuerte énfasis en el backtracking, es decir, en volver sobre tus pasos para -con nuevas habilidades en tu posesión- descubrir nuevos caminos. He vivido una experiencia tan satisfactoria que, si todo se mantiene al mismo nivel, yo solo puedo deciros que estamos ante un gran videojuego.
Pude jugar las tres primeras horas de la aventura, tiempo más que suficiente para hacerme a los mandos y comprobar que el sistema de batalla parece lo suficientemente elaborado. Los combates son parte fundamental del juego, muy frecuentes, y tienes a tu disposición varios combos, que posteriormente descubrí que son muchos más (hay una sala de entrenamiento para aprenderlo todo). Puedes incluso empujar a los enemigos hacia abismos o contra pinchos letales. Y son refriegas muy, muy rápidas, donde la agilidad con el controlador es fundamental.
Para ilustrar un poco esta cuestión, solo decirte que puedes recargar una barra de poder especial, y justo a continuación activar una combinación de botones para desencadenar uno de los poderosos ataques a desbloquear mientras progresas. Porque esa es otra: hay un buen puñado de aspectos a mejorar en tu personaje. También puedes -y debes- esquivar ataques, así como bloquearlos en el momento justo, una acción que no sé si es que no llegué a dominar o no estaba del todo bien ajustada, pero que en ocasiones me resultó algo frustrante.
Todo esto erige un sistema combativo que me resultó mayormente satisfactorio. Mientras avanzas, debes hacer frente a un montón de enemigos que obstaculizan tu camino, configurando un espíritu hack 'n slash en que no paras de repartir espadazos a diestro y siniestro. No obstante, algo que me ha encantado es que también hay enfrentamientos más tácticos, en especial con unos bosses que poseen varias etapas y son muy duros de roer. El primer jefe me llevó 20 minutos y no sé cuantos intentos, pero la satisfacción al vencerlo fue brutal.
Estos factores hacen de Prince of Persia: The Lost Crown un título que desde ya sigo con infinito interés, pero hay algo que a mí personalmente me encanta, y es que como juego de plataformas también tiene su aquel. Hay momentos muy ingeniosos durante tu progresión, con pruebas letales pensadas para usuarios con gran habilidad plataformera. Por ejemplo, en un momento de la partida obtienes el arco y debes activar interruptores a distancia que hacen aparecer temporalmente plataformas del escenario que debes aprovechar para saltar con un timing perfecto.
En momentos jugables como esos se nota que este juego está hecho con gente con experiencia en plataformas 2D, que en este caso se combinan con varios puzles, aunque esto es algo sobre lo que no pude profundizar, dado que era la primera sección de la aventura. Para que os hagáis una idea, los desarrolladores comentan que el juego dura en torno a las 20-25 horas siempre que no vayamos demasiado deprisa. Esto concuerda con mis propias estimaciones, lo cual es una duración adecuada si la variedad acompaña, que parece que será el caso.
¿Por qué lo digo? Porque en el menú de pausa vislumbré que quedaban un buen puñado de habilidades a desbloquear. Yo pude ver la típica de darse un impulso en el aire, pero hay más. Por otro lado, existe una fragua para mejorar armas y una tienda para comprar amuletos con diversos efectos. Todo esto mediante los cristales que vas obteniendo a medida que derrotas enemigos, con lo cual todos los elementos jugables quedan bastante equilibrados y cohesionados. Es un diseño de juego muy bien pensado.
Y si tienes miedo por la dificultad, te diría que no te preocupases en exceso. Ubisoft Montpellier integra un montón de opciones de accesibilidad, y de hecho los desarrolladores quisieron mostrármelas en detalle. Aparte del selector de dificultad clásico, tienes la opción de modificar parámetros de forma individual, como el daño recibido o el ocasionado. Incluso puedes escoger si jugar con iconos en el mapa (modo guiado) o sin ellos (modo explorador).
Francamente, he tenido una experiencia de juego formidable. Tal vez visualmente no sea un juego que impresione, pero ya te digo que la banda sonora ambienta de forma genial, siguiendo tanto la temática como el espíritu de la franquicia. Así que ya solo me queda esperar hasta el lanzamiento, fijado para el próximo 18 de enero. Será el momento de comprobar si esta demostración fue un espejismo o una constatación de que Prince of Persia está de regreso con un extraordinario videojuego.
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