La mayoría de nosotros llevamos toda la vida no sólo siendo conscientes de la existencia de los ordenadores o los móviles, sino haciendo que de una forma u otra formen parte de nuestro día a día. Ya sea por el trabajo, los videojuegos, como herramienta social, o como otro entretenimiento más de la mano de internet, el PC y los smartphones están presentes en gran parte de las actividades de nuestra jornada. Sin embargo, nunca soñamos con ellos, y este estudio puede ayudarnos a descubrir por qué.
De la mano de Sleep and Dream Database, un portal que sirve de repositorio de los sueños de la gente, y que permite hacer búsquedas por categorías y palabras clave para realizar un análisis sobre las experiencias que otros previamente han compartido allí, los resultados muestran no sólo que soñar con ordenadores o móviles es increíblemente raro. También ocurre lo mismo con otros elementos cotidianos.
Por qué no soñamos con ordenadores o móviles
Si nos asomamos a los datos recogidos, ver una película está presente sólo en un 3,55% en el caso de las mujeres y un 2,47% en el de los hombres. Los mismo ocurre con la televisión con un 0,26% y un 0,36%, las cámaras de fotos en un 0,62% y un 0,49%, las máquinas con un 0,91% y un 1,02% y, por último, para el caso de los ordenadores y los móviles, las cifras se quedan en 1,2% y 1,03% en el caso del primero, y un 3,55% y un 2,69% en el caso del segundo.
Soñamos mucho más con seres fantásticos (4,3% del total), con caernos (un 10,1%), con animales (17,8%), o con el miedo (21,7%), que con elementos mucho más comunes de nuestra vida cotidiana. Para ciertos estudios, en ese último punto está la clave para entender por qué no soñamos con ordenadores o móviles tan a menudo como deberíamos.
La idea parte de presentar los sueños como una forma de nuestro cerebro de estimular la mente para prepararse e intentar contrarrestar posibles peligros. Como una forma de mejorar nuestra percepción para esquivar posibles impactos negativos, tanto físicos como emocionales, nuestra cabeza nos entrena en un ambiente controlado para evitar el desastre.
Salvo en casos concretos acudiendo a problemas como el bullying o el estrés, la posibilidad de vernos en peligro por culpa de un ordenador o un móvil parecen poco probables. Mucho menos que un medio de transporte, por ejemplo, con el coche ocupando un 6,1% de los sueños, y con el mundo del transporte, así en general, arrastrando un 18,2%.
Sin un impacto claro en nuestras vidas, más allá de servir como una herramienta o convertirse en nuestro entretenimiento preferido, ni el PC ni el smartphone se harán un hueco en nuestros sueños. Y viendo hasta qué punto dependemos de ellos, y hasta qué punto hipótesis como las planteadas parecen guardar algo de razón, casi parece preferible que siga siendo así.
Imagen | Bruce Mars
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