Nunca había visto tantas ideas buenas y nuevas en un mismo juego de Sonic, pero falla por culpa de una mala decisión. Análisis de Sonic Superstars

Sonic Superstars es un videojuego de Sonic muy irregular. Por una parte, me alucina la cantidad de ideas increíbles que hay en el diseño de niveles, en la jugabilidad y hasta en las habilidades de sus personajes. Es una barbaridad cómo te bombardea con ellas. Sin embargo, no acabo de entender por qué ninguna ha sabido desarrollarse bien o de forma completa. Se queda a medias con todo lo que propone.

Llevo jugando a Sonic desde el original de Mega Drive, y jamás había visto tremendo derroche de imaginación. A veces, hasta supera el ingenio del fantástico Sonic Mania o las locuras de Sonic CD. Hay fases en las que el tiempo va hacia delante y atrás, una en la que te conviertes en pulpo o cohete, en otra hay una bomba que explota a no ser que vayas pulsando un botón… Es como si cada nivel tuviera una idea rompedora pero que no se acaba de desarrollar.

En su lugar, el juego insiste en repetir situaciones hasta la extenuación. Cada fase está obsesionada con durar entre cinco y seis minutos. Por lo que arranca un nivel, te presenta su idea original y, en lugar de desarrollarla o llevarla hacia algún sitio, te la repite hasta en tres ocasiones para que llegues a la meta cuando toca. Juro que esto me ha parecido muy frustrante, y creo entender cuál es el motivo.

Sonic Superstars tiene muy buenas ideas

Sonic Superstars no es ni Sonic Mania ni Sonic CD. No es un juego de Sonic single player; es más, ni siquiera es una aventura como las de siempre. No quiere que corras hasta llegar al final del juego. Lo que te pide es que te muevas lento, en vertical y te pares a buscar esmeraldas del caos, monedas y anillos. Y no quiere que lo hagas solo, necesita que lo hagas en compañía de otros cuatro amigos. Claro está que al estructurar el juego así has de dilatarlo todo y tener cuidado de no confundir a los jugadores, que prestarán menos atención a lo que les estás contando.

Jugando a cuatro el título se entiende mejor. Al hacerlo, cada vez que aparece de nuevo ese gimmick que se repite piensas: “ja ja, que ocurrencia más simpática, sigamos explorando”. Que el juego quiere que no te distraigas se nota porque ni siquiera hay un contador de vidas. Puedes morir y morir, y seguir jugando. Además, cada uno de los cuatro personajes seleccionables de Sonic Superstars tienen un poder especial. Tails ayuda a llegar más alto y Knuckles puede escalar y planear, por ejemplo, y han de colaborar para explorar bien.

Por lo que el juego te pide jugar en cooperativo a cuatro y a este ritmo. Si lo haces, es cuando empiezas a percibir la gracia del diseño de juego, te olvidas de que tantas ideas fantásticas caigan en saco roto y empiezas a apreciar lo vertical que es todo, las muchas rutas que hay y que el juego tiene un montón de secretos.

Desequilibrios por culpa del single y el multiplayer

En ese sentido, el juego es muy rejugable. Cambia si lo disfrutas solo o entre amigos, y también en función de los poderes que consigues desbloquear. Cada esmeralda del caos te da acceso a un poder nuevo que sirve para seguir explorando. Por poner dos ejemplos, uno te permite convertirte en agua para colarte por los muros, otro hace crecer una raíz para que trepes por ella y llegues a niveles inaccesibles.

El premio de tanta exploración es poder gastar las monedas en la tienda para crear tu propio prototipo de robot para usarlo online en el modo batalla, conseguir nuevos trajes y desbloqueables. Sin embargo, aunque entienda que Sonic Superstars persiga esto, el ritmo me sigue pareciendo muy irregular. Sigue habiendo tramos en los que hay que ir a toda pastilla, los personajes se pierden en el escenario, y la exploración no acaba de ser tan rica como tus ganas de correr a toda leche.

Porque Sonic Superstars es un juego cooperativo, pero su cooperación está centrada en la exploración. Sin embargo, Sonic es un juego de salir disparado tú solo, ¡y yo quiero hacer eso sin parar! Por culpa de esto, he sentido un tira y afloja extrañísimo todo el juego entre mis deseos y las necesidades del juego, uno que me ha impedido disfrutar plenamente de esta aventura.

Sonic Superstars se llena de minijuegos

Este problema se acrecienta muchísimo en los jefes. Por lo general son un paseo, pero los tres últimos pueden llegar a desesperar si juegas solo. No es que sean dificilísimos, pero se toman pausas larguísimas entre cada ataque que dan. Cuando juegas con amigos, entiendes que es para permitir a todos los jugadores reposicionarse. Pero si te encuentras solo contra el peligro, es como estar ante los anuncios de la tele. Honestamente, creo que Sonic Superstars fracasa en entender qué quiere ser, si un juego de exploración, uno en el que correr con amigos, un título de exploración o uno de aventuras. Y eso lo lleva a desequilibrios constantes en la jugabilidad y en el diseño de situaciones.

Eso se nota también en que el juego es un pelín más lento que otros, cuesta acelerar de verdad. Los tres primeros niveles son muy chulos y te hacen pensar que estás ante un buen Sonic, pero luego la calidad del diseño baja muchísimo hasta que llegas a los finales. Estos poderes que consigues de las esmeraldas del caos no los puedes usar siempre. Son de un solo uso y se recargan en cada check point, por lo que tampoco dan pie a situaciones originales y variadas. Acaban siendo como un súper poder para ocasiones contadas.

Lo que sí que me han gustado, y es donde se nota que detrás de Sonic Superstars a un estudio que desarrolla con cabeza, son las fases dedicadas a un solo personaje y a sus habilidades. Estas funcionan mejor porque recuperan el espíritu tradicional de la saga, explotan al máximo las posibilidades de los personajes, y te hacen entender que puede que primero se haya pensado Sonic Superstars para un solo jugador, pero que luego se añadió el multiplayer.

Un Sonic divertido con momentos nostálgicos

Conste que me lo he pasado bien con el juego, pero, pese a todo, más jugando solo. Puede que haya sido un problema mío, pero no he conectado nada bien con la exploración. Me ha gustado encontrarme todas esas ideas nuevas que mencionaba al principio, las primeras fases me han parecido divertidas, y hay algunos jefes originales. Me ha parecido bastante peor la desaparición del contador de vidas o que el juego sea tan fácil. No es que quiera presumir de que me gustan los juegos difíciles ni nada de eso, pero sí que si no temo la llegada de un Game Over, me cuesta mucho esforzarme.

La aventura principal no es muy larga. Entre cuatro o cinco horas podrás llegar al final. Eso sí, si la parte de exploración sí se te hace divertida, el juego ofrece mucha rejugabilidad para desbloquearlo y encontrarlo todo. Además, cuenta con un modo batalla para jugar en cooperativo y online que es simpático. Hay varias pruebas que puedes disfrutar solo o acompañado.

Técnicamente el juego tan solo es correcto. Para mí, el arte es demasiado luminoso y redondeadito. Y una cosa que me ha molestado especialmente es que la BSO me ha parecido muy mala, en especial la de los jefes finales. Con todos sus pros y contras, Sonic Superstars no entrará en la historia como uno de los mejores juegos de Sonic, pero te aseguro que tampoco te aburrirá. Jugándolo solo, hará que te lo pases bien un par de tardes. Y si tienes amigos, estarás media semana entretenido rebuscando por sus niveles, jugando su modo batalla y riéndote de los que se quedan atrás en una carrera vertiginosa. Este juego podría haber sido muchísimo más, tiene madera para ella, pero creo que por tener claro qué quería ser, se ha quedado solo en un juego correcto.