Acaba de estrenarse, en clave de acceso anticipado, un juego que se me antoja bastante especial. Se trata de Witchfire, una IP debutante firmada por The Astronauts: un equipo de doce desarrolladores entre los que se incluyen Adrian Chmielarz, Michał Kosieradzki y Andrzej Poznański; los cofundadores originales de People Can Fly y veteranos del legendario Painkiller. Teníamos constancia de este proyecto desde su anuncio en la gala de The Game Awards 2017, y ha llegado tímidamente a PC a través de Epic Games Store en un año descomunal en lo que a lanzamientos respecta. ¿Cómo es el juego, y qué tal ha salido?
Bueno, es un roguelite (esto es, no pierdes todo tu progreso al morir) de acción de lo más particular. Tu personaje es un cazador de brujas enviado por el mismísimo Papa a purgar cierto archipiélago, y mezclando su corpulencia con ciertas artes mágicas puede deslizarse por el suelo o teletransportarse en distancias cortas. Cualquiera diría que esto da pie a una experiencia de shooter frenético al estilo de DOOM, pero a la hora de la verdad, no lo veo del todo así: es lento, pausado y metódico. Existen muchos condicionantes limitando tu movilidad, la munición no se puede gastar "al tuntún" y los errores a menudo se pagan caros.
Al contrario que ocurre en otros muchos juegos con los que comparte temática, esta no es una fantasía de poder en la que te diviertes masacrando a los malos con tus habilidades únicas, o al menos yo no me he sentido así en absoluto. Más bien, esto se resume en hacer incursiones esporádicas, poniendo pies en polvorosa en cuanto la cosa se pone fea con tal de extraer con vida los recursos que hubieras acumulado. Tardas un buen rato en sentir que te has puesto en marcha, y para cuando finalmente logras armarte hasta los dientes, en realidad la condición procedural de la partida ya va dos pasos por delante de ti.
Un roguelite que te gana sorprendiéndote
La ermita que hace las veces de base de operaciones en Witchfire tiene un tutorial, y como es de esperar el juego te explica las básicas de las misiones. Una vez llegas a una de las dos islas que componen los primeros contenidos del acceso anticipado, de hecho, encuentras que la distancia que separa la orilla donde te encuentras y la caverna subterránea en la que se oculta el jefe de turno es casi nula: a falta de hacer métricas, calculo que en un par de minutos navegando por una orografía relativamente caprichosa puedes llegar a tu destino. Que estés preparado o no es otra historia, y como te puedes imaginar, esto no está diseñado para que salgas victorioso al nivel 1.
Avanzas siguiendo tu propia estrategia, y por cada paso que das, la bruja te lleva dos de ventaja
Decía más arriba, que una vez te llevas un par de palizas te queda claro que la estrategia clave es entrar en la misión, conseguir créditos derrotando unos cuantos enemigos comunes y salir por patas cuando te ves en las últimas: a fin de cuentas, empiezas sin pociones, ni hechizos, ni nada más que un revólver y un puñado de balas. Afortunadamente, no necesitas muchos puntos de experiencia para poder costear una subida de nivel de vuelta en la ermita, y una vez haces esto desbloqueas la capacidad de crear tus propias pociones. Si repites la estrategia de conformarte con poco y salir con vida, eventualmente desbloqueas nuevas armas, mejoras para las que ya tienes e incluso algún hechizo simple.
Así es como avanzas en Witchfire, siguiendo tu propia estrategia y midiendo los riesgos con cabeza. Los monstruos del principio obedecen a arquetipos simples: unos disparan, otros se arrastran para golpearte. Pero todos ellos cuentan con técnicas especiales, los tiros que aciertan hacen que te tambalees y pierdas la visión, si malgastas la resistencia terminas cojeando un rato, y en definitiva el juego te enseña por las malas a no tomarte a los malos por el pito del sereno. Te descuidas, pierdes; es así de simple. Pero no contenta con vapulearte con la primera horda de criaturas, la bruja tiene mil y una perrerías guardadas bajo la manga para hacerte cuanto más tiempo pases en su territorio.
¿Te quedas sin munición? El juego te avisa de que la bruja ha aprovechado esta vulnerabilidad para mandar una horda a tu posición. ¿Llevas un rato tranquilito abriendo cofres y recogiendo hierbas? Mala suerte, a la bruja no le gusta eso y te tira una maldición. Apenas llevo unas pocas horas registradas en Epic Games, pero ya he experimentado toda clase de abusos de ese tipo. Uno de los más comunes es que a tu personaje le da un ataque de histeria mientras aparecen enemigos a su alrededor sin parar, pero también puede pasarte que se cierre el portal de vuelta a casa o que llegues malherido a este, y tarde un rato en abrirse mientras te atacan unos monstruos de los alrededores.
Bienvenido al mundo procedural, baby, que te sea leve. Imagino que a estas alturas todos estamos más o menos acostumbrados a que cualquier juego del género escale en intensidad, dificultad u otro parámetro arbitrario. Que lo haga pillándote la guardia baja es otra historia, y en ese sentido creo que Witchfire tiene un futuro brillante: a falta de completar todos los contenidos disponibles en su primer día de acceso anticipado, de momento me encuentro pendiente de todo lo que el narrador escribe en la esquina inferior izquierda de la pantalla, pues sea lo que sea lo que se viene encima, para ir más lejos en el siguiente intento no me queda otra que entender cada evento y adaptarme a cada mecánica.
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