Tras más de dos años y medio de su salida en Acceso Anticipado, el lanzamiento de Mount & Blade II: Bannerlord por fin se ha producido. Puede que haya sido un largo recorrido, pero no se puede decir que, en todo este tiempo, TaleWorlds no haya hecho los deberes. Jugar ahora a Bannerlord es una experiencia rápida, pulida y con todos sus sistemas funcionando a un gran nivel para ofrecer ese sandbox en el cual es imposible predecir el destino de tu familia y de tu clan.
A ello se le suma además la versión de consolas, que se estrena a la vez que la de PC y que es la que he podido probar para comentar las diferencias. Pero, sobre todo, hay que remarcar que si en ordenadores Mount & Blade ya se sentía distinto al resto de juegos de Estrategia y Action RPG que hay en el enorme mercado de Steam, en consola directamente puedo afirmar que no hay nada que se le parezca ni remotamente. Es, sin duda, una de las experiencias más únicas que puedes tener a los mandos.
La abrumadora sensación de libertad de Mount & Blade 2
Para los que no conozcan Mount & Blade II: Bannerlord, es uno de esos juegos que te hacen sentir como si tuvieras una segunda vida en el medievo, pero que centra su atención en los componentes estratégicos y también en el combate de grandes ejércitos y un montón de unidades en pantalla, a medida que tu clan va creciendo. Es un sandbox sistémico en el que el juego evoluciona contigo, y en el que realmente no tienes por qué seguir el objetivo definido: puedes dedicarte a ser el comerciante más exitoso del imperio, establecer relaciones con otras ciudades, llevar una vida de mercenario, hacer crecer tu familia educando a tus hijos y estableciendo matrimonios, crear ejércitos o dedicarte a la política.
Sí, Mount & Blade II: Bannerlord tiene algo parecido a una historia, que gira en torno al descubrimiento de un estandarte que se creía perdido y que, a medida que seguimos su misión, nos permitirá optar a la más alta ambición de todas: crear nuestro propio reino y convertirse en señor de todas las tierras de Calradia. Hacerlo, además, bajo nuestros propios términos, como nación independiente del imperio, anexa o apoyando su hegemonía.
No esperéis tampoco mucha profundidad de esta pequeña historia de la campaña
Eso sí, no esperéis tampoco mucha profundidad de esta pequeña historia que sustenta la campaña. No es un juego cinemático ni en el que tengamos una trama profunda. El estandarte de Mount & Blade II es la libertad. Sus personajes se relacionan de formas aleatorias. En cada nueva partida, sus ejércitos entran en guerra con diferentes naciones, comercian y se relacionan de formas distintas y las situaciones que vivimos apenas están guionizadas. La campaña es, por lo tanto, una forma un poco más guiada de disfrutar de las principales posibilidades que ofrece Bannerlord, pero siempre podemos ignorarla y jugar a nuestro ritmo, disfrutando más de su lado estratégico, de su acción o de ambas.
Y esto es importante porque, como un Total War, hay dos partes claramente diferenciadas en Bannerlord. En la vista aérea del mapa podemos recorrer todo el continente buscando nuevas tropas, haciendo las misiones secundarias que nos permitirán acumular riqueza y renombre, comprar negocios y hacer crecer nuestra fama para poder aumentar nuestras tropas y emprender negocios y batallas más importantes (y con mejor botín). Si somos más belicosos, a Mount & Blade II no le importa que hagamos la guerra por nuestra cuenta, que arrasemos cualquier población grande o pequeña en nuestro afán de conquista. Todas y cada una de ellas pueden ser recorridas primero a pie para hablar con sus habitantes… y también invadidas con nuestras tropas para saquearlas.
Qué tal funciona Mount & Blade 2 en consolas
La flexibilidad del juego es una de las más logradas que he visto nunca. Y sí, sé que a aquellos que vengan del primer Mount & Blade, no les cogerá por sorpresa. Bannerlord es una actualización con más entornos, más posibilidades y más elementos, pero la misma base de Warband. Sin embargo, el trabajo que ha hecho TaleWorlds en estos años de actualizaciones es realmente significativo. Los tiempos de carga se han reducido muchísimo y el comportamiento en el campo de batalla es muy fluido incluso con un gran número de unidades en pantalla.
Es, sin duda, una de las experiencias más únicas que puedes tener a los mandos
En la versión de consolas de la presente generación, de hecho, disponemos de las clásicas dos opciones de Modo Calidad y Rendimiento, ofreciendo 4K y 30 frames en el primero y 1440p y 60 frames en el segundo, pero con la característica de que, si tenemos un televisor 120 Hz, podemos desbloquear la tasa para conseguir un framerate aún más elevado. Es posible, eso sí que encuentras algún que otro bug visual, sobre todo en las batallas, y también he sufrido una salida al menú de la consola. Pero la experiencia en líneas generales es más que fluida y sorprende la suavidad con la que puedes hacer zoom en su mapa y alejarlo para ver todos los movimientos que ocurren en el continente.
Es cierto que Bannerlord no está exento de fallos. En líneas generales, y con la versión final terminada, se esperaba algo más de la parte diplomática, ya que todo el juego te va empujando poco a poco al conflicto bélico y es más difícil que la IA se sienta dispuesta a cooperar y establecer relaciones beneficiosas para ambos. También hay que tener en cuenta que no es un Action RPG al uso y, por lo tanto, el combate es una parte mucho menos relevante que en otros juegos centrados en él. No esperéis unas mecánicas muy profundas. Es un sistema funcional, pero que, unido a las mejoras y especializaciones de nuestro personaje, da la correspondiente sensación de progreso. Además, siempre es divertido cuando aciertas con una flecha a la cabeza de un enemigo desde tu caballo en movimiento.
La adaptación a mando se comporta bien, sobre todo para los momentos de acción
La otra duda que me genera tiene que ver con la versión de consola. Sin duda, Mount & Blade es un juego hecho para ratón y teclado. La adaptación a mando se comporta bien, sobre todo para los momentos de acción, pero resulta algo engorroso en los menús, sobre todo en la vista de mapa. El juego tiene que alternar pulsando un botón entre el movimiento del cursor, que imita un ratón, y el movimiento de mapa. Por muchas horas que he pasado jugando, no he terminado de acostumbrarme del todo a ello y noto cómo algunas acciones que serían instintivas con el ratón aquí me cuestan más. No es una línea roja ni quiero desalentar a nadie si tu única opción es la versión de consola, pero creo que es bastante evidente que el sistema de control y los menús no se ha logrado adaptar tanto como me gustaría al esquema de un mando.
Es fácil concluir que, más que conquistar yo, ha sido Mount & Blade II: Bannerlord el que me ha conquistado a mí. Posee una de esas características intrínsecas del videojuego cuando se programa para dar libertad al jugador en vez de constreñir su diseño. Para que sus posibilidades superen incluso las propias expectativas de los desarrolladores. TaleWorlds ha creado una experiencia prácticamente inabarcable, en la que perderse y no saber nunca lo que te espera en cada uno de los viajes. Cumple, además con ese fenómeno de los juegos de estrategia como Civilization, solo que aquí, en vez de decir eso de "solo un turno más" dirás "solo un día más". "Solo una batalla más".
Mount & Blade II: Bannerlord es una experiencia que destaca en el mundo de los ordenadores, mientras que en el terreno de las consolas no hay nada igual. Su nombre es sinónimo de libertad. Su mezcla entre estrategia y Action RPG es muy única, permitiendo al jugador seguir la campaña principal o perderse de muchas maneras: convirtiéndote en un exitoso mercader, mercenario, político, conquistador… Hasta crear tu propio reino. Si no conoces la fórmula Mount & Blade, con su versión final después de tanto tiempo en Acceso Anticipado y su lanzamiento en consolas es el mejor momento para descubrirla.
Comprar Mount & Blade II: Bannerlord- Un juego muy único en PC, mientras que en consolas no hay nada igual.
- Es una mezcla de juego de estrategia política y bélica, con Action RPG.
- Es inabarcable. La sensación de libertad es abrumadora.
- Acaba de terminar su fase de Acceso Anticipado y está más pulido que nunca.
- La versión de consolas es muy buena, pero el control podría estar mejor adaptado.
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