Hoy nos parece imposible que Spider-Man, uno de los personajes más icónicos de Marvel, se topara con el rechazo del editor de Stan Lee y hubiera estado a punto de no ser publicado jamás. Pero así fue, nuestro amigo y vecino Spider-Man no las tenía todas consigo en el año 1962. Antes de que el trepamuros se convirtiera en el fenómeno cultural que conocemos, su existencia misma pendía de un hilo. Esta es la historia de cómo Spider-Man casi no ve la luz del día debido al escepticismo de su propia editorial.
En la década de 1960, Stan Lee, el prolífico guionista y editor de Marvel Comics, ya había cosechado éxitos con títulos como Los Cuatro Fantásticos. Según cuenta la leyenda, inspirado al ver un insecto trepando por una pared, Lee concibió la idea de un superhéroe que pudiera adherirse a las superficies. Este héroe, sin embargo, no sería el típico adulto imponente y sin tacha, sino un adolescente con problemas comunes, un concepto revolucionario para la época.
Entusiasmado con su creación, Lee presentó la idea a Martin Goodman, su jefe de Marvel. Goodman no compartió el entusiasmo de Lee. "Es la peor idea que he oído jamás", le dijo Goodman a Lee. Según Goodman, la gente odiaba las arañas, y un adolescente con problemas personales nunca podría ser un superhéroe convincente. En su mente, los adolescentes estaban destinados a ser meros ayudantes, no protagonistas. Además, un héroe con problemas personales no encajaba en su visión de lo que debería ser un superhéroe. Esta tajante negativa podría haber sido el fin de Spider-Man.
Tu amigo y vecino Spider-Man por Marco Checchetto
"¿No sabes lo que es un superhéroe?"
Stan Lee, sin embargo, no se dejó vencer. Decidido a demostrar el potencial de su creación, encontró una manera de presentar a Spider-Man. Poniendo en juego sus poderes como editor, logró colar su historia en el último número de una revista en declive, Amazing Fantasy. La lógica de Lee era simple: la serie estaba destinada a ser cancelada, por lo que no importaba demasiado lo que publicaran en su último número. Y amigos, ¡menudo último número histórico! Así, junto al magnífico (y tristemente poco reconocido) artista Steve Ditko, Lee dio vida a Spider-Man en Amazing Fantasy número 15, con fecha de portada de agosto de 1962.
La portada, por cierto, estaba dibujada por el imprescindible Jack Kirby y mostraba a Spider-Man balanceándose sobre la ciudad de Nueva York, llevando a un hombre en apuros bajo su brazo. Una imagen ya icónica repetida y homenajeada hasta la saciedad. La historia presentaba a Peter Parker, un adolescente común del barrio obrero de Queens que, tras ser mordido por una araña radiactiva, obtenía superpoderes. A diferencia de otros héroes, Peter Parker enfrentaba problemas reales como el bullying, la falta de dinero y la pérdida de su querido tío Ben. Un auténtico working class hero. El cómic concluyó con una lección moral que se convertiría en el sello distintivo del personaje: "Con gran poder también debe venir… ¡Una gran responsabilidad!".
La legendaria portada del número 15 de Amazing Fantasy con Spider-Man
Un éxito más o menos inesperado
Contra las apuestas de la propia Marvel, Amazing Fantasy 15 fue un éxito rotundo. Los lectores conectaron inmediatamente con Peter Parker. La idea de un superhéroe que lidiaba con los mismos problemas que ellos era nueva y refrescante. Las cartas de los fans inundaron la oficina de Marvel, pidiendo más historias de Spider-Man. Martin Goodman, al ver las cifras de ventas, corrió de vuelta a la oficina de Lee y le dijo: "Stan, ¿recuerdas a ese personaje tuyo, Spider-Man, que nos gustó tanto? ¿Por qué no hacemos una serie con él?" Goodman, que tampoco se chupaba el dedo, había pasado de ser un escéptico a ser un ferviente defensor del personaje.
Así nació The Amazing Spider-Man, que comenzó a editarse en marzo de 1963 y se ha mantenido en publicación desde entonces. El éxito de Spider-Man fue inmediato y perdurable. Stan Lee siempre sostuvo que Spider-Man era su personaje favorito porque era el más humano, aunque estoy seguro de que ha dicho eso mismo en otras ocasiones respecto a Hulk, Iron Man o los X-Men. Ya sabéis cómo era Stan. "Es el que más se parece a mí, nada sale perfecto para él. Tiene muchos problemas y comete errores, y puedo identificarme con eso", dijo Lee al Chicago Tribune en 1996.
Marvel Comics Library. Spider-Man. Vol. 1. 1962–1964
A todo el mundo le cae bien Spider-Man
Spider-Man no solo conquistó el mundo de los cómics, sino que también se expandió a otros medios. En la década de 1970, se lanzó una serie de televisión en acción real protagonizada por Nicholas Hammond, así como varias series animadas. Sin embargo, fue en 2002 cuando Spider-Man alcanzó nuevas alturas con la película dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Tobey Maguire. La película no solo fue un éxito de taquilla, sino que también estableció nuevos estándares para las películas de superhéroes. Recaudó más de 800 millones de dólares en todo el mundo y demostró que Spiderman podría triunfar el cine de la misma manera que lo hacían en los cómics.
El espectacular Spider-Man de Paolo Rivera
La trilogía de Raimi fue seguida por los reinicios protagonizados por Andrew Garfield y Tom Holland, cada uno aportando su propia interpretación del personaje. En 2018, la película animada Spider-Man: Into the Spider-Verse recibió aclamación crítica y un Premio de la Academia, consolidando aún más la posición de Spider-Man como un ícono cultural.
Stan Lee y Steve Ditko no solo crearon un superhéroe, sino que también redefinieron lo que significa ser un héroe, algo que la Marvel de aquella época parecía lograr con cada nuevo personaje, e hicieron de Spider-Man un rentable símbolo de esperanza y perseverancia para millones de personas.
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