Antes de empezar con este análisis he de hablaros un poco de mí mismo. Adoro al personaje protagonista de este videojuego. Para mí, Poirot, es el mejor detective que te puedes encontrar en una obra de ficción. Lo siento, Sherlock. Es histriónico pero siempre fiel a sus reglas, es pijo y elegante pero también amable y generoso, y tiene un bigote muy atusado, que siempre da puntos. Me enamoré de él por las adaptaciones de la obra de Agatha Christie protagonizadas por el genial David Suchet. Para mí, él es Poirot; un tipo pequeñito en presencia pero que se hace enorme gracias a su magnífica seguridad. Y además de adorar a Poirot, me encantan los trenes. Así que imaginaos mis ganas de jugar a un nuevo videojuego basado en Asesinato en el Oriente Express. Y, por cierto, y ya que me lo preguntáis, las pelis de Poirot de Kenneth Branagh me parecen terribles, infumables y absolutamente olvidables.
Dicho esto, estoy muy familiarizado con esta obra; me la sé de memoria, y desde este punto de vista abordo este análisis. Encendí mi PlayStation 5 creyendo saber de antemano todo lo que ocurría en esta obra ambientada en 1934, y el juego se aseguró de hacerme entender que no era buena idea hacerlo.
El videojuego no cuenta de forma canónica los eventos de la obra de ficción, y se agradece
La primera sorpresa es que esta adaptación lúdica ocurre en la actualidad. Hay teléfonos móviles, servicios de mensajería y hasta vapeadores. El tren Orient Express en el que nos montamos es el original, pero se ha reconvertido en un tren de lujo vintage para transportar a gente con clase. Esto propicia cambios en el texto original, tanto en el desarrollo de los eventos como también en los personajes. Más o menos, todo lo que importante ocurre de forma similar, pero con variaciones que mola detectar.
Al principio, este cambio me pilló desprevenido, pero la verdad es que lo agradecí. La verdad es que ya hay millones de adaptaciones de este libro, así que me parece acertado cambiar la ambientación para ofrecer una visión distinta del mismo. Eso sí, no creo que hayan aprovechado del todo bien este girito. Esta es una apreciación mía, pero no creo que Poirot aceptara de tan buen grado el uso de teléfonos móviles para comunicarse, por ejemplo.
De hecho, hay muchas situaciones en las que el smartphone es un problema. Hay una escena en la que Poirot entra en un vagón y no hay nadie mirando su móvil, aunque esté solo. Un amigo le pide al investigador que le dé datos de la gente que los rodea, y no sacan el smartphone para mirar sus redes sociales y averiguarlo. Además de esto, el juego hace piruetas para inventar motivos por los que no hay cobertura, o rompe terminales porque sí, por el bien de la escena.
El cambio de ambientación es una buena idea, pero se le podía sacar más jugo
Es decir, se podría haber llevado esta cuestión muchísimo más allá, hacerla de forma más interesante y ofrecer una verdadera y potente relectura de este libro. No se hace. Pero sí sirve para que entendamos que el estudio de desarrollo va a permitirse licencias, tanto en la jugabilidad como en la narración. No quiero estropearos la sorpresa, pero si creéis que Poirot es el único protagonista de la aventura, dejad de pensarlo. Hay un cambio muy potente y muy bien llevado en este sentido.
En lo jugable, Agatha Christie - Murder on the Orient Express tiene a dos referentes clarísimos. Por un lado, está el Profesor Layton. Al pobre Poirot no paran de presentarle pequeños retos a solucionar, algunos bastante chorras y otros con algo más de enjundia. Son divertidos y aportan frescura, pero, honestamente, le obligan a salirse demasiado del personaje. A medida que avanzaba la aventura, he de reconocer que dejé de percibir en este Poirot a mi Poirot.
A estos se le suman otros que parecen sacados de Phoenix Wright. En ellos tenemos que encontrar pruebas, incongruencias y mostrárselos a alguien para que se dé cuenta de sus mentiras y confiese. Aquí sí que Poirot se muestra más como él mismo. Tocarle las narices a alguien para mostrar que el investigador es el más listo, sí le pega.
Los minijuegos que hay que resolver son divertidos, pero poco originales
El problema de este planteamiento, más allá de que se respete o no el canon del personaje, está en el pobre apartado gráfico del juego. Esta es una ficción muy walking simulator, muy de leer, muy de mirar y de percibir detalles, pero los personajes parecen de plástico, las texturas son pobres y las animaciones no son especialmente ricas. Por ejemplo, hay un desafío que se repite una y otra vez en el que has de adivinar la edad de alguien. Os juro que lo hacía de chiripa porque el modelado de los rostros no cuenta con el detalle suficiente para averiguar esta información.
Luego te piden que diferencies si un helado es de vainilla o de limón, y me sentí incapaz porque la textura no tiene los matices suficientes. Es como si Agatha Christie - Murder on the Orient Express no se diera cuenta de que es una producción humilde, de que no tiene músculo técnico; o quizás es que al que escribió los textos no le advirtieron de esta cuestión. Es decir, la crítica no es que los gráficos sean malos, sino que el juego me obliga demasiado a fijarme que son malos.
Es por todos estos motivos por los que el juego no me ha llegado a enamorar. He tenido que hacer una profunda suspensión de la credulidad y avanzar. Olvidarme un poco del apartado técnico o de mi fanatismo por Poirot y jugar, sin más. Al hacerlo, reconozco que el juego me fue entrando mejor. Dejando a un lado todo lo mencionado, es un título de investigación gratificante y muy ágil. Sabe lidiar bien con las estrecheces de jugar en un tren con un hábil truco de intercambio de agencia, y le ofrece al jugador un mapa de los procesos mentales de Poirot para que siempre sepa lo que tenga que hacer y cómo actuar.
El juego tienen un muy buen desarrollo, ritmo y cuenta con momentos muy buenos
Hay muchas conversaciones interesantes, y el juego se apoya muy bien en las películas homónimas para tomar de ellas buenos planos y secuencias para las escenas clave. Es un juego que si lo empiezas, lo terminas. La inmensa mayoría de los minijuegos a resolver ya se conocen, y la novela es archiconocida, pero eso le da a la aventura una agradable sensación de estar ante un viejo amigo. La verdad es que me sentí como jugando al primer Layton, porque este Poirot se parece más al profesor que a mi querido belga.
En resumen, Agatha Christie - Murder on the Orient Express es un correcto juego de investigación y aventuras. Si te gusta el género, lo disfrutarás, pero le falta apostar más por sus ideas propias, mejorar muchísimo la expresión y representación de sus escenas, tener más originalidad… Y permitir acelerar la lectura de los textos. También se hace demasiado lineal y estricto a veces. Cuando te pide encontrar 11 pistas exactas en una sala, y solo has localizado 10, te impide salir hasta que des con ellas, y esto molesta. Pero la verdad es que me lo he pasado bien con él.
Adaptando a su manera la novela original, este Agatha Christie - Murder on the Orient Express consigue ser una correcta aventura de investigación y minijuegos. No creo que presente al mejor Poirot ni al mejor Orient Express, pero sí convierte a ambos en una excusa genial para recordar los mejores puzzles de Layton o de Phoenix Wright. Es un juego muy ameno y llevadero con el que pasar tres tardes muy entretenidas.
Comprar Agatha Christie - Murder on the Orient Express- Adapta la novela a su manera, con alguna idea muy buena.
- Si te gustaron los Layton estarás como en casa.
- Obliga demasiado a ceñirte al guion, a analizarlo bien todo y a no salirte de lo establecido.
- Está subtitulado muy bien a nuestro idioma.
- Técnicamente, el juego merecía más trabajo.
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