PlayStation VR 2 costará más que PS5, el precio que nadie quería pero todos temíamos

599 euros. Es una cifra complicada, que va más allá del valor que cada uno puede atribuir a las PlayStation VR 2, la nueva apuesta por la realidad virtual de PS5. El precio va muy ligado a Sony, ya que fue el que sonó y resonó cuando se anunció por primera vez PlayStation 3. Casi puedes oír todavía a Kaz Hirai pronunciándolo en alto.

No es solo ese factor el que ha cogido desprevenido a algunos jugadores, sino que, si lo comparamos con el propio precio de PlayStation 5, lo supera incluso con inflación por cincuenta euros. ¿Es, sin embargo, algo que nos coja por sorpresa? Lamentablemente, en el mercado tecnológico actual, ya no mucho. En el presente año hemos visto cómo las compañías se han ajustado a la escasez de componentes y la susodicha inflación ajustando los precios de sus productos. Cuando Meta actualizó el precio de sus Meta Quest 2 el pasado julio, empezábamos a intuir que algo estaba ocurriendo en el mundo del hardware. Si a ello le sumamos que Sony siguió este camino subiendo 50 euros el precio de PlayStation 5, era fácil prever que la realidad virtual de PS VR 2 no iba a ser barata. O, al menos, no saldría al precio de su anterior generación. Incluso compañías como Apple han aprovechado los anuncios de sus últimos productos para "actualizar" el precio de sus modelos anteriores y subir sus precios.

Pero, ¿es un buen precio? Como se suele decir, depende del cristal con el que lo mires. Si tuviera que responder bajo el prisma del momento actual, tendría que decir que probablemente sería el precio correcto. Ahí entra la inflación, tal y como Meta hizo con sus gafas. También hay que comprender que la tecnología que ha incluido Sony en sus nuevas gafas es bastante puntera. No solo me refiero a los paneles HDR con una resolución de 4000 x 2040 (2000 x 2040 por ojo), o a unos mandos con la tecnología de retroalimentación háptica. También experimenta con la nueva tecnología de seguimiento de ojos que no es precisamente barata y que incluye el modelo Pro de Meta Quest.

No es lo mismo un precio justo que un buen precio

Así que sí, entiendo la tecnología y, probablemente en otras circunstancias, podríamos haber visto el dispositivo por un precio de 500 euros algo más ajustado. La cuestión es, sin embargo, si es un buen precio. Y aquí tengo algunas dudas más. Cuando John Carmack presentó las por aquel entonces llamadas Oculus Quest 2, su objetivo fue hacer todos los sacrificios necesarios para conseguir el mejor precio posible. Y, antes de la inflación, sin duda lo era: 299 dólares, siendo incluso 100 dólares más barata que el primer modelo. Dentro de estos sacrificios se encontraba el disponer de un solo panel en vez de uno por cada ojo, o unos auriculares peores que los modelos de Rift e incluso algo que siempre dolió a Carmack como no poder tapar la luz que se colaba por el puente de la nariz. Y, con todo, crearon un cacharro completamente inalámbrico que encima incorporaba su propio chip para ejecutar juegos nativos desde las propias gafas, mientras que hoy día puedes conectarlas tanto por cable como sin él a un PC para ejecutar juegos de mayor potencia.

Estas últimas características no las posee PS VR 2. Son gafas con cable que necesitan conectarse a una PS5, que no tienen compatibilidad con PC (al menos de momento, aunque, como bien me señala un colega experto en VR, tampoco habría razón tecnológica para que no fueran compatibles con PS6) y no son compatibles con los juegos de la anterior generación (de nuevo, al menos de momento). El problema a la hora de hablar de precios es que hay un prisma mucho mayor que los anteriores desde el que mirar todo esto: el propio estado de la realidad virtual.

Quest 2 democratizó mucho el mercado, permitiendo que una buena porción de jugadores accediera a la VR mediante precios bajos; y los resultados están ahí: es una de las gafas más exitosas. PSVR, la primera generación, también impulsó el mercado con un precio de 399 dólares. Lo hicieron además en un marco temporal en que la realidad virtual se consideraba una plataforma muy cara, demandante y con menos opciones en cuanto a juegos; y gracias a su éxito fueron más estudios los que se animaron a crear títulos y experiencias que he disfrutado mucho los últimos años. La cuestión con PS VR 2, por lo tanto, es si con este precio (aunque esté justificado por la tecnología) se rema en la misma dirección. El mercado de la realidad virtual sigue siendo frágil y sus potenciales compradores necesitan ver atractiva esta forma alternativa de jugar. Y quizá 600 euros, aunque sea por esa barrera psicológica, no es exactamente la cifra que te haga querer dar el salto instantáneamente.