Desde siempre me han gustado los videojuegos de Dragon Quest. Su épica, sus diseños, esa capacidad para meterte dentro de un mundo de fantasía…. Es una saga de renombre, una de las joyas de Square Enix, y por supuesto no podían faltar los spin-offs. Uno de los más curiosos es DQ Monsters, que ya cuenta con varios títulos, todos erigidos bajo la potente idea de combinar los extravagantes personajes y escenarios de la licencia con una jugabilidad rolera puramente Pokémon.
Dragon Quest Monsters: El príncipe oscuro no es más que otra constatación de este espíritu RPG marcado por la exploración, las batallas por turnos y por supuesto la recolección de monstruos. La duda es cómo resultaría esta interesante aventura exclusiva para Nintendo Switch, y la verdad es que me ha sorprendido (para mal). Y no digo que sea un mal videojuego, porque las bases funcionan y pueden llegar a entretener, pero el acabado es muy decepcionante, con gráficos muy por debajo de lo que puede hacer la híbrida, y aún más por debajo todavía de lo que un gigante como Square Enix es capaz de ofrecer.
Un Dragon Quest Monsters que tenía potencial
El primer choque de realidad llega nada más empezar a jugar. Para la ocasión, DQM: El príncipe oscuro ha tratado de proporcionar entornos abiertos, con libertad de exploración y una buena variedad de escenarios en que batallar y encontrar nuevas criaturas. Eso es encomiable y me recuerda a lo que Game Freak ha hecho con los últimos juegos de Pokémon, con ese énfasis por abrazar las nuevas tendencias y adaptarse a la actualidad. Ahora bien, cuando ves lo mal que ha sido resuelto en el plano tecnológico, todas las buenas ideas se caen por su propio peso.
Los combates son por turnos, al estilo Pokémon
Estamos de acuerdo en que Nintendo Switch tiene limitaciones de hardware, pero aun así en esta consola hemos visto cosas tan potentes como los Zelda, los Xenoblade… y hasta la versión del genial Dragon Quest XI se veía de fábula en esta consola. ¿Qué ha ocurrido entonces para tener un apartado gráfico tan plano y carente de detalle? Tose es una desarrolladora que no destaca por hacer maravillas, es cierto, pero por cómo está hecho creo que también ha influido un presupuesto demasiado ajustado, y probablemente unos plazos inasumibles.
Ahora bien, aunque esta falta de dedicación causa impacto en el usuario, también tengo que decirte que el videojuego no sale tan mal parado como esperaba en un primer momento. No reinventa nada, pero se las ingenia para resultar entretenido y dar lugar a un esquema jugable sólido durante las cerca de 30-40 horas que dura su periplo (depende de lo mucho o poco que te entretengas). Con los más de 500 monstruos que tienes para coleccionar y otros interesantes aspectos que ahora te comentaré, hay mucha más profundidad en un juego que precisamente aparenta lo contrario.
El detalle de los entornos deja mucho que desear
¿Y a qué me refiero con esa simplicidad? Pues por ejemplo a que no tienes comandos individuales de ataque y defensa para cada criatura (como en Pokémon), sino que solo puedes enviarlos a luchar y la inteligencia artificial hace el resto. Esto podría resultar anticlimático en un juego del estilo, pero es que aquí la clave está en todo lo que viene antes de las batallas, en configurar a cada criatura para que sea más ofensiva, utilice magias o se dedique a curar a los demás.
También en pensar muy bien, cada vez que suben de nivel, donde invertir los puntos de habilidad que se otorgan, ya sea mejorando atributos o desbloqueando nuevas técnicas. O también reorganizando el grupo para que los cuatro monstruos que puedes llevar simultáneamente sean los más idóneos para cada refriega. Los hay que son más efectivos contra agua, fuego, viento, tierra, hielo, electricidad, oscuridad… así que ahí tienes un importante elemento de estrategia y táctica a considerar.
Los monstruos actúan por sí mismos, pero escogemos la estrategia
Como ves, el planteamiento esconde bajo su simpleza una cierta profundidad, la cual se acompaña de un par de aciertos monumentales: uno es que se puedan acelerar las animaciones de combate (todo un alivio) y el otro está en la incorporación por defecto del "repartir experiencia", incluso en los monstruos que asignes como suplentes. Esto hace que la progresión sea muy llevadera, y también satisfactoria, porque aunque tengas que grindear bastante, es un proceso que no es tan tedioso como esperaba en primera instancia.
Otro aspecto que define a DQM: El príncipe oscuro es la síntesis de monstruos, algo que ya habíamos visto en Dragon Quest Monsters: Joker y que se parte de la sencilla idea de fusionar dos especies diferentes para obtener una cría más fuerte. Los resultados pueden ser sorprendentes, aparte de que para completar el bestiario al 100% se hace necesario hacer numerosas combinaciones, lo cual puede volverse una tarea de lo más adictiva.
La captura de monstruos depende de un indicador de porcentaje
Por supuesto, antes de llegar a hacer esto tendrás que capturar monstruos, un proceso muy simple, pero que igualmente depende de estadísticas basadas en tu progresión y en la rareza del monstruo en cuestión (y creo que un poco también en la suerte). Otro aspecto que me ha gustado, y que no quiero que sientas como menor porque es importante, es que los escenarios transicionan entre estaciones (primavera, verano, otoño e invierto) cada pocos minutos. No deja de ser un equivalente al ciclo día-noche, pero con un giro de tuerca, y que te faculta para encontrar a distintos monstruos… y también caminos, por ejemplo cuando un río se hiela en invierno y te permite avanzar hacia una sección oculta del mapeado.
Por eso te digo que Dragon Quest Monsters: El príncipe oscuro esconde mucho más de lo que aparenta. Tienes una especie de coliseo en que avanzar para desbloquear nuevos rangos de domador de monstruos, mientras que también hay arenas online para disfrutar de un competitivo actualmente plagado de japoneses que te hacen morder el polvo. Pero incluso perdiendo es curioso. Hay una opción en que se libran automáticamente 30 batallas y aunque ganes una ya te llevas un premio, así que la idea del online es sencilla pero no está nada mal.
La trama no está mal y sirve bien a la jugabilidad
En general, lo que tienes aquí es un RPG de raíces sólidas, con toda la esencia Dragon Quest (muy conservadora), pero que no puedo ocultarte que me ha decepcionado. La exploración con las horas acaba pesando -y menos mal que hay viaje rápido-, mientras que en los combates terminas descubriendo que importa mucho más el nivel de tus monstruos que cualquier estrategia que quieras seguir. De igual forma, la historia no da mucho de sí, incluso a pesar de contar con un enfoque más oscuro y siniestro de lo que esperaba.
Así que desgraciadamente no puedo recomendarte este Dragon Quest Monsters, a no ser que seas muy fan de la licencia o tengas que probar todos los juegos estilo Pokémon que aparecen. El juego esta vez tiene un control de calidad pésimo, con defectos gráficos, tiempos de carga elevados y hasta problemas de frame-rate. Una pena para una licencia tan bonita, que cuenta con nombres tan potentes como Akira Toriyama (en el diseño de personajes) o Koichi Sugiyama (con sus icónicas composiciones). La próxima vez será…
Dragon Quest Monsters: El príncipe oscuro posee un esquema jugable sólido, muy tradicional, pero al mismo tiempo efectivo y que hereda buena parte de las características de sus predecesores. Mejorar a tus monstruos, sintetizarlos y así hacerte con más de 500 supone todo un aliciente en un esquema jugable con elementos de exploración y combates RPG por turnos mayormente satisfactorios. Sin embargo, el esquema muestra importantes heridas con el paso de las horas, principalmente por un apartado técnico decepcionante que lastra lo que podría haber sido otro imprescindible para los amantes de los juegos al estilo Pokémon. Otra vez será.
- Enfoque de exploración con entornos abiertos y un sistema de estaciones muy interesante.
- Más de 500 monstruos diferentes a coleccionar, algunos mediante la fusión de los mismos.
- Considerable duración y opciones accesorias, como una arena competitiva online.
- Las claves artísticas de Dragon Quest están desaprovechadas en términos gráficos.
- Técnicamente es muy deficiente, con problemas de acabado y frame-rate.
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