¿Por qué ahora hay tan pocos grandes videojuegos de sigilo?

Hace tres generaciones, los videojuegos de sigilo eran los reyes. O bueno, al menos estaban en la corte. Si lleváis en esto de los videojuegos desde entonces, seguro que recordaréis hasta debates de la época, entre los aficionados que les gustaba más el estilo de Splinter Cell o los que preferían la forma de abordar el sigilo de Hideo Kojima con Metal Gear Solid. Y ni que fueran los únicos. Hitman ya demostraba sus bondades por aquella época, Thief lo llevaba todo a la filosofía del immersive sim con acierto, y la saga Commandos era un fenómeno mundial.

¿Significa entonces que el sigilo ha desaparecido de nuestras vidas? En absoluto. Seguro que nadie tiene esa sensación, y eso es porque este género se ha adaptado. Me gusta pensar que los videojuegos nacieron como géneros puros. Es decir, que hacían una sola cosa y la hacían bien. Los beat'em up se preocupaban por dar palos. Los shoot'em up, por esquivar balas mientras disparas. Las aventuras gráficas, por contar una historia con puzles. Y los juegos de sigilo, por presentar un escenario intrincado en el que no debes ser visto. A día de hoy, sin embargo, los videojuegos se han hibridado, y el sigilo, más que ser un juego puro, se ha convertido en una opción más del repertorio de nuestro protagonista.

Vamos, que podemos ser Nathan Drake y ser una sombra, pero también liarnos a tiros y no usarlo ninguna vez. Incluso immersive sims como Deus Ex y Dishonored se inclinaron por esta dicotomía de juego. Así que los fans del sigilo nos vemos obligados a exprimir las mecánicas de estos juegos, a elegir siempre el camino silencioso, y a menudo limitar las posibilidades de otros caminos.

Alien Isolation

¿Qué juegos han recogido el testigo del sigilo?

Entiendo por qué el sigilo se ha convertido en una herramienta más, en vez de tener tantos juegos especializados en él. Los videojuegos suelen inclinarse por la acción. Consideran que el perfil medio de jugador es el de un tipo impaciente, de gatillo fácil, que prefiere el ritmo acelerado a la aproximación metódica. Y lo entiendo. Los juegos de sigilo, sobre todo los clásicos, te tienen detrás de una caja o en las sombras un buen rato hasta comprender los patrones y rutas de los enemigos que patrullan, y te animan a intentarlo una y otra vez hasta que logras la jugada perfecta.

Pero es que eso es precisamente lo que me gusta de ellos. Sentir que dominas el entorno tanto como para que los enemigos ni te vean venir. Veo en ellos una alternativa elegante que me invita más a reconocer el entorno y estudiarlo que si llevara una ametralladora en la mano. Y estoy seguro de que, como yo, hay muchos otros jugadores (aunque no seamos la mayoría) que también lo prefiere. Y sí, venimos de una época oscura en la que juegos como Alien Isolation, mezcla de sigilo y terror (dos nichos) que vendió poco y se tuvo que abrir camino gracias al boca a boca.

Diseño de producción de Splinter Cell Remake

Nuestra industria cada vez más está basada en nichos.

Ese perfil de jugador que comentaba antes puede ser generalista, pero ahora, por suerte, somos tantos los que jugamos que es posible hacer juegos de sigilo, terror, simulación o cosas aún más específicas y que el juego tenga una vida saludable. Es por ello que Hitman tiene su público reducido, pero fiel. Que los herederos de Commandos, como el estudio Mimimi, ha logrado crear ya tres juegos: Shadow Tactics, Desperados III y el futuro Shadow Gambit: The Cursed Crew. Y luego tenemos la esperanza indie, que con juegos como Gloomwood rescatan esa vertiente tan difícil (e incomprendida) que es el immersive sim.

Hay un desarrollador, sin embargo, que tiene fe en que el sigilo tenga un renacimiento: Ubisoft. La confirmación del remake de Splinter Cell ha sido una gran bocanada de aire para aquellos que nos sigue gustando el género puro. Que el estudio galo dedique una buena parte de sus recursos en un juego así, no estando además en su mejor momento, es una gran noticia. Más aún si cabe teniendo en cuenta que estos remakes, si funcionan, suelen dar lugar a entregas nuevas.

Y es que el sigilo como herramienta está muy bien, como constatan juegos como Horizon: Forbidden West o incluso Sekiro. Pero cuando estás ante un buen juego centrado únicamente en el sigilo, el diseño de niveles que nos ofrecen es siempre excelente. Lleno de posibilidades para desarrollar tus sigilosas tácticas. Y yo echo de menos más juegos así.