Lo recordaba como un juegazo pero regresar a Tactics Ogre con Reborn me ha demostrado que es incluso mejor. Análisis

Lo de Tactics Ogre es de otro nivel. Se trata de un juego de 1995, de hace casi 30 años y que apareció originalmente en Super Nintendo. Más tarde se porteó a varios sistemas, siendo la versión más conocida en nuestro país la de PSP. Esta incorporó mejoras visuales y jugables que son la base de Tactics Ogre Reborn, la remasterización que analizo hoy. Pero digo que lo de este juego es de otro nivel porque la base es la misma que del original, y sigue funcionando a niveles magistrales.

He vuelto a disfrutar muchísimo en Switch de sus más de 50 horas de combates tácticos, así como de su historia política cargada de traiciones, pactos, amistades y enemistades. He vuelto a encariñarme con sus personajes principales y a rolear a aquellos que reclutaba para mis huestes. Y cuando apagaba la consola para ir a trabajar solo me apetecía volver a ella para jugar otra partida más. Menudo viaje.

Porque Tactics Ogre es un templo de juego, y esta revisión nos lo recuerda. Eso sí, el trabajo que se ha desarrollado es justito. Se podría haber actualizado el apartado gráfico, arreglar sus a veces confusas cámaras y perspectivas, y añadir todo ese contenido que su director afirmó que descartó del juego original. Todo eso es cierto, pero es que es tan bueno de base que lo que sí se ha hecho es suficiente, en especial cuando llevas varias horas de juego a tus espaldas.

Para empezar, el juego llega en español, ¡y bendita sea esta traducción! La historia de Tactics Ogre es estupenda. Iniciamos una revolución contra un imperio enemigo, pero lo que empieza pareciendo la típica historia de niños queriendo salvar el mundo, se complica rápidamente. En la línea de Final Fantasy XII o Vagrant Story, aquí hay mucha política. Hay pactos entre naciones, maniobras estratégicas que se conciertan en los despachos y son las personas que están en el campo de batalla las que pagan los platos rotos.

Por la historia, Tactics Ogre ya merece la pena

Y eso es lo que le pasa a nuestros héroes. Esta es la historia de Denam, un héroe que inicia su viaje por el mundo creyendo que su causa es justa, pero la guerra le ayuda a entender que no hay justicia. Su amigo Canopus se lo recuerda: los que ganan son los buenos, la historia se encarga de que los malos sean los que pierden. Y en español esto se disfruta muchísimo más. La traducción es muy buena.

Antes cité a Vagrant Story y a Final Fantasy XII porque son también trabajos del director de Tactics Ogre, de mi adorado Yasumi Matsuno. Se nota su mano en este juego, tanto en la presentación, en lo estético y en cómo son sus personajes. En estos tres títulos todo gira en torno a lo cruel que pueden llegar a ser los que ostentan el poder, y cómo sufren los que no lo tienen.

La aventura de Tactics Ogre se desarrolla a través de un gran mapamundi. Su relato stá dividido por capítulos, y en cada uno de ellos hay una serie de escenarios a los que podemos ir en un orden más o menos lineal. Al llegar a ellos se inicia una escena introductoria o conversación que da pie a la batalla. En este SJRPG los combates son por turnos y los personajes se mueven desplazándose de casilla en casilla. Podemos movernos, atacar, usar una habilidad o un objeto. Importa mucho hacia dónde se queda mirando nuestro personaje y su posición en la batalla, también en cómo se complementan unas clases con otras, en el terreno y en los estados alterados que suframos o hagamos sufrir.

Los combates se ganan desgastando al enemigo

Explicado así, todo parece muy simple, pero no lo es. Narrativamente, adoro este juego por la cantidad de conversaciones que se producen durante las peleas, y también la forma en la que estas conectan con la historia general del juego Hay muchas decisiones, algunas muy difíciles de tomar y que cambian hacia dónde se decantan las tornas de la trama. Y durante los mismos encuentros, no todo acaba siempre cómo te imaginas. Tus amigos te pueden traicionar, el enemigo puede huir… Para ser un videojuego de un género al que se le supone una jugabilidad tan rígida, se hace muy flexible a través de sus decisiones narrativas. Sabe sorprender cuando menos te lo esperas, y esto te mantiene enganchado.

Pero por muy fino que haga esto el juego, y por mucho que su historia sea genial, no es por esto por lo que le querrás dedicarle 50 horazas, sino por su jugabilidad. Tactics Ogre es un juego difícil y exigente. Pese a que ya me había pasado el juego en PSP, me vi reiniciando muchos combates porque había planteado mal mi estrategia. Un error significa que tus unidades mueran, y para siempre. Y un error quiere decir algo tan sencillo como pedirles que vayan por un camino que es el equivocado, no calcular bien las distancias, equiparlos mal o hacer que se enfrenten a un rival demasiado poderoso.

Los menús de cada personaje son complejos. Hay que equiparlos con el objeto concreto que le permite mejorar su habilidad con un arma, objetos, pergaminos, técnicas y habilidades, además de cada pieza de armadura. Y es importante que te tomes tu tiempo con estas decisiones o lo pasarás mal, y no hay opción de equipación automática porque cada elemento tiene sus pros y sus contras. No me sorprendería nada que hubiera jugadores que hiciesen el juego a un lado a la media hora por culpa de esto.

Las primeras horas de juego exigen paciencia. Mucha.

El escenario es muy, muy relevante. Peleamos en vista isométrica en pequeñas ciudades, pantanos, castillos… Es decir, en sitios angostos con pasillos que nos obligarán a pensar cómo colocamos a cada unidad en el terreno de juego, cómo avanzan y cómo se complementan. Unos guerreros se mueven mejor y otros peor, y existen habilidades para modificar esto. Es tan fundamental esto que el juego te da una opción de estudiar a fondo cada escenario antes de empezar a jugar. También podemos poner la cámara en modo cenital, lo que se agradece.

Toda esta exigencia te hará estar todo el tiempo pendiente de cada acción, de cada modificación de tus unidades, calculando y pensando al máximo todos tus movimientos. Al principio, el juego te hará sudar, pero luego te encantará. Eso sí, es muy posible que sientas que a las dos horas de juego se ha disparado la dificultad; pero no es eso, lo que ocurre es que hay algo que no has hecho bien.

Por suerte, esta versión de Tactics Ogre trae opciones que ya estaban en el port de PSP y otras nuevas para facilitarte tu tarea. La mejor es que, pulsando un botón, podrás retroceder en el tiempo y repetir turnos que te hayan salido mal. Los personajes suben de nivel por clase y de forma personal, lo que ayuda a optimizarlos mejor. También se ha capado la subida de nivel por capítulo, para que no puedas abusar de la opción de maniobras.

¿Y qué son las maniobras? Son batallas adicionales a las que puedes acceder para entrenar a las tropas recién reclutadas de nivel 1. También recurirrás a ellas si necesitas algo más de fortaleza o equipo extra. También se ha añadido algo estupendo: tareas extra a cumplir dentro de los combates que te darán más puntos de experiencia. Todas estas opciones hacen que el juego sea más amable, que no más fácil. También podremos acelerar los combates y grabar la partida durante los mismos. No sabéis cómo se agradece todo esto porque una pelea te puede durar veinte minutos o más.

Sin combates aleatorios al recorrer el mapa, una subida de niveles más agradable, objetivos extra, una buena traducción al español y siendo mucho más simpático con el jugador, esta es la mejor versión de Tactics Ogre que te puedes encontrar. Es tan majete ahora el juego que hasta te avisa cuándo debes guardar la partida en un espacio de guardado opcional, por lo que pueda pasar, por si se acerca una decisión difícil.

El rey de la estrategia ha vuelto

Creo que este port podría haber dado algo más de sí. Ojalá la IA de personajes aliados que te ayudan fuera mejor, tuviera gráficos mejores, nuevas opciones de cámara… pero, pese a todo ello, Tactics Ogre Reborn es una maravilla. La forma en la que evolucionan las opciones de combate, la historia, cómo crecen los escenarios, y lo muchísimo que engancha, logra que se revalide su título como rey de la estrategia. Así que si te gustó Triangle Strategy, ni te lo pienses, ve de cabeza a por este. Eso sí, si eres novato en el género, ten paciencia al principio. Su elevada curva de aprendizaje inicial puede echar para atrás a más de uno.