Road 96 llegó como una sorpresa en 2021 que puso a Digixart en el mapa tras su trabajo en el también interesante 11-11 Memories Retold. Fue una obra bastante rompedora ya que dejaba claras sus intenciones desde el primer minuto, con esas preguntas que lanzaba directamente al jugador para ver qué tipo de historia quería. Podías decantarte por el lado más político, el más misterioso o incluso el más cómico. La propuesta se bautizó como una especie de narrativa procedimental, aunque lo cierto es que, como decía en su análisis, no estoy del todo de acuerdo con ello. No es que el juego fuera generando la historia, sino que se amoldaba a tus decisiones. Así, se construía el relato de varios jóvenes cuyo objetivo era superar la frontera de un país autoritario en busca de la libertad. Lo bueno es que el camino era más complejo que eso, y obedecía a las eternas contradicciones, entre el individualismo y el bien común. ¿Me salvo yo o me sacrifico por la causa?
Es importante tener clara la premisa porque Road 96: Mile 0 es una precuela directa de la aventura de algunos de sus personajes, pero sobre todo porque sigue la misma estela. Entre sus historias se vuelve a mezclar esas contradicciones, en este caso ante una idea que creo que todo el mundo debería interiorizar: la duda razonable. Dudar siempre de cualquier creencia, interna o externa, hasta sacar tus propias conclusiones. Pero, tras terminarlo, lo cierto es que tengo la sensación de que Mile 0 no es solo un paso atrás a la milla 0, al inicio del exilio; es también un paso atrás en las ideas del estudio.
Así, en Mile 0 vivimos la historia compartida de Zoe y Kaito, la primera es una chica de clase alta, hija de un ministro cuyo arco se debate entre afianzar las creencias que le han sido inculcadas o dudar de ellas. Kaito, sin embargo, pertenece a la clase trabajadora y ya sabe que Petria es un país gobernado por un régimen tiránico. Por lo tanto, su arco se debate entre el radicalismo de las ideas y actos de la Brigada Negra o encontrar su propio camino para que tanto él como sus padres puedan escapar en la frontera.
Moralidad y minijuegos
Road 96 se ha caracterizado por presentar siempre una ambigüedad atractiva y poner a prueba tus convicciones. El problema es que, si Road 96 a veces se perdía en este juego moral, con un tono algo tontorrón y minijuegos que no siempre reforzaban la narrativa; Mile 0 no es que haga lo mismo, sino que se decanta más por esto. Pese a que la historia está más centrada en estos personajes, tarda mucho en arrancar y presenta demasiadas escenas que, más allá de contarnos la vida en Petria y detalles sobre su régimen, se apoya en muchas ocasiones en secuencias ligeras, desconectadas de la trama principal y minijuegos exógenos.
Sí, también me encontré algunos en el juego original, pero creo que siempre servían para mostrar que, incluso en las peores circunstancias, hay momentos para divertirse. Funcionaban, además, porque se entremezclaban con escenas duras y de una moralidad ambigua. Aquí los minijuegos no siempre refuerzan esa trama y se centran en unas secuencias que recorremos en patines o monopatín evitando obstáculos por el camino. Sí, reconozco que tienen un elemento simbólico, claro, pero me parecen mucho menos conseguidos y justificados.
Creo que esto sucede porque la estructura de Mile 0 es mucho más restringida. En el original teníamos un título que permitía sentir una cierta progresión mediante las elecciones del jugador, que incluso podían afectar a nuestra propia economía, enlazando los sistemas de juego con el porvenir de nuestro refugiado por medio de decisiones duras, que normalmente contraponen el salvarte tú y ayudar a otros. Pero creo que en Mile 0 hay menos agencia (hasta el punto de que, por muchas decisiones que tomes, hay consecuencias extrañas y poco concordantes) y esta parte tan característica de este juego no se deja ver hasta su recta final, cuando el peso de nuestras acciones sí se nota un poco más y las decisiones no son tan fáciles de tomar por las implicaciones que tienen.
Creo que Mile 0, por tanto, es un juego interesante, sobre todo por su premisa, pero que se pierde en los fallos del original. Apuesta por esos minijuegos que aportan poco a la trama y casi los refuerza más que a su propio espíritu reivindicativo, que era la razón por la que lo recordamos dos años después. Sin duda Digixart ha encontrado un lugar en el videojuego y una voz importante con la que expresarse, pero creo que quizá deberían ellos también dejar atrás las fronteras de Petria y buscar nuevos horizontes que les permitan experimentar con nuevas ideas en vez de seguir explorando este universo.
Road 96: Mile 0 es una precuela que nos invita a vivir los orígenes de las historias de dos personajes, Kaito y Zoe. Alternando entre ellos, veremos lo que los llevó a abandonar el país y cruzar la frontera. Sin embargo, y a diferencia del original, creo que este juego no solo pierde por tener una estructura algo más lineal, sino que sus ideas son menos frescas. Esa ambigüedad moral y decisiones difíciles del original se han perdido por el camino, y los minijuegos en vez de reforzar la trama en ocasiones, se pierden en una serie de fases de monopatín que buscan más entretener que sumar a la narrativa. No es mal juego, pero sí mucho menos inspirado para quien busque más de este universo, y creo que es hora de que Digixart busque nuevas ideas más allá de la frontera de Petria.
Comprar Road 96: Mile 0- Es una precuela del juego Road 96, lanzado en 2021.
- Se centra en los orígenes de dos personajes: Kaito y Zoe.
- Su estructura se divide en fases de historia y exploración y otras de minijuegos.
- Las fases de monopatín son las que más predominan en toda la aventura.
- En este caso, se explora el radicalismo frente a la duda razonable.
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