El RPG de One Piece ya está aquí para romper la maldición que persigue al manga más exitoso del momento. Análisis de One Piece Odyssey

One Piece, la magnífica serie manganime creada por Eiichiro Oda hace ya muchos años, puede presumir de muchas cosas, como por ejemplo de ser una de las más veteranas que siguen estando vigentes en la actualidad, de contar con una legión de fans increíble en todo el mundo (incluyendo nuestro territorio) y por gozar de un sentido del humor y unos personajes tremendamente icónicos y reconocibles. Sin embargo y para desgracia de todos los que disfrutamos con las andanzas de la Banda del Sombrero de Paja, la realidad es que se trata de una saga que no ha tenido demasiada fortuna en lo relacionado con su vínculo con los videojuegos.

Y es que basta con echar un vistazo a Metacritic para darse cuenta de las puntuaciones que han ido obteniendo los juegos destinados al mundo de las consolas y PC. Los títulos que poseen las puntuaciones más altas son One Piece de GBA y varias versiones del más reciente One Piece: Pirate Warriors 3 con un 76, pero la mayor parte de juegos ligados a Luffy y compañía (Grand Cruise, Unlimited Cruise SP, Romance Dawn, etc.) poseen unas notas realmente bajas.

Una tendencia que Bandai Namco e ILCA han querido romper con la llegada del nuevo One Piece Odyssey, un título que aparece en todos los sistemas (salvo Switch) y que, según la propia compañía, es la producción más ambiciosa jamás creada para un título de esta saga. Y todo para celebrar el 25º aniversario de One Piece, todo un acontecimiento.

Aventuras en una misteriosa isla

Lo primero que es necesario dejar claro para los seguidores de One Piece es que Eiichiro Oda, su creador original, ha estado implicado en todo el proceso de desarrollo de esta obra. Y eso incluye desde su narrativa, la cual se ha ideado específicamente para este videojuego, a la presencia de nuevos personajes, los cuales por motivos evidentes prefiero no desvelar.

Lo que sí puedo comentar es su trasfondo argumental, el cual nos lleva hasta una isla misteriosa llamada Waford en la que vamos a conocer a multitud de personajes tan curiosos y únicos como era de esperar. De hecho y en mi opinión, justamente la aparición de varios personajes inéditos es uno de los ganchos más importantes de todos los que posee esta producción.

¿Y qué hacen Luffy, Robin, Zoro y demás piratas en semejante localización? ¿Cómo han ido a parar hasta allí? Pues de casualidad y como fruto de un accidente. Y es que su nave Sunny queda destrozada en dicha isla remota, la cual por cierto está rodeada de diversos misterios, como por ejemplo el hecho de que, una vez allí, nadie puede abandonar su territorio. A esto se suman otras… “incidencias”, como por ejemplo la pérdida de los poderes de toda la Banda del Sombrero de Paja, aptitudes que deben recuperar a toda costa y que han quedado encerradas en una especie de cubos de pequeño tamaño.

Como veis y al menos a priori, la historia tiene unos mimbres sólidos y se presenta bastante interesante de inicio. Y si bien no es la más atractiva que se ha plasmado nunca en esta grandísima serie, me ha parecido lo suficientemente sugerente como para querer seguir avanzando para descubrir qué sucede con los cubos, con los nuevos personajes (y enemigos), etc.

Un JRPG de One Piece, ¿fórmula ganadora?

Una vez metidos ya en faena, nos encontramos con un JRPG de tinte clásico que sigue el manual del género punto por punto… con todo lo bueno y lo malo que eso trae consigo y que ahora mismo os explico.

La jugabilidad se cimenta sobre los elementos tradicionales dentro de este tipo de títulos, siendo las batallas uno de los más importantes. Unos combates que tienen lugar por turnos pero que no son aleatorios, por lo que siempre vemos venir a los rivales. Y si conseguimos entrar en contacto con ellos por la espalda, obtendremos ventaja al comienzo del enfrentamiento, el cual es posible seguir a velocidad normal o acelerada (os recomiendo esta última).

Las contiendas son masivas, es decir, que si bien durante la exploración solo controlamos a un personaje, cuando llega el turno de pelear, hasta cuatro integrantes saltan a la palestra contra un número variable de adversarios (que suele ser relativamente cuantioso). Unas batallas que nos permiten llevar a cabo ataques simples, usar objetos o desencadenar las habilidades especiales de cada uno de los protagonistas, muy variadas por cierto y que vamos ganando a medida que avanzamos.

Como elemento diferenciador, el juego pone en liza un par de aspectos que es necesario tener muy en cuenta. El primero es el trío que forman los atributos Poder, Rapidez y Técnica. Cada personaje principal y enemigo cuenta con uno de estos factores y, en función de esto y siguiendo un patrón similar al del clásico juego Piedra, Papel o Tijera en el que Poder gana a Rapidez, Rapidez a Técnica y Técnica a Poder, los ataques son más o menos efectivos.

Para aportar todavía más gracia al asunto, también está el tema de los elementos y estados básicos como congelación, electricidad, sueño y demás que afectan más a unos tipos de enemigos que a otros en función de sus características. Por eso mismo, es muy aconsejable cambiar sobre la marcha nuestra formación y elegir a los personajes adecuados para tratar de adecuarnos a cada batalla de la manera más eficaz posible, especialmente cuando nos toca dar su merecido a los jefes finales. Unos combates que, como detalle adicional, también nos proponen ciertos objetivos secundarios que, si los cumplimos, somos recompensados con experiencia adicional para los protagonistas.

Esta experiencia que vamos acumulando permite a cada personaje ir evolucionando de manera individual y mejorar sus estadísticas poco a poco, las cuales y como era de esperar, son exclusivas. Además, también podemos ir obteniendo diversos complementos que pueden ser equipados por todos ellos y que aumentan el valor de aspectos concretos de sus atributos, desde su fuerza a la resistencia a los ataques de los adversarios o su salud total.

A medida que vamos avanzando, podemos ir accediendo a nuevos escenarios, los cuales son tan variados como, en general, bastante limitados en cuanto a su tamaño se refiere e incluso pasilleros en ciertos casos. ¿Es esto último algo necesariamente negativo? Pues eso depende de cada usuario. En mi caso no me supone menoscabo alguno, pero es cierto que aquellos jugadores que busquen un mundo de proporciones colosales que pueda ser explorado con libertad, pueden quedar decepcionados ante lo que propone esta aventura.

A la hora de recorrer los escenarios, es posible elegir con qué personaje queremos hacerlo, dado que solo uno es el que se muestra en pantalla hasta que entramos en contacto con el rival de turno y se procede a la pelea correspondiente, momento en el que esto cambia. Y es necesario señalar que cada protagonista posee alguna acción especial que le permite acceder a ciertas zonas de los escenarios. Así, Luffy puede encaramarse a determinados puntos de los fondos con sus brazos de goma elásticos, Zoro es capaz de dejar hecha trizas cualquier valla metálica o el reducido tamaño de Chopper le permite adentrarse por los recovecos más diminutos. Puede que este aspecto de la jugabilidad esté metido con calzador en ciertos momentos del juego, pero a pesar de esto se agradece esta diversidad.

La historia de One Piece Odyssey

Al tratarse de un JRPG, las conversaciones y los diálogos tienen mucho peso, y más con One Piece de por medio. Unas conversaciones que me han parecido bastante buenas en general y que han sido dobladas por los mismos actores originales, un lujo, pudiendo seguir dichas voces en japonés sin problemas gracias a la traducción de todos los textos al español.

A todos estos elementos que aglutina esta aventura hay que sumar algunos más, como la posibilidad de adentrarnos en mazmorras, poder ir recopilando diferentes objetos e ingredientes que se dejan ver en los escenarios, la opción de poder cumplir tareas secundarias y demás ingredientes vinculados a los JRPG. De hecho, justamente aquí se encuentra el principal problema que arrastra el título en mi opinión y es que apenas se sale del manual en momento alguno. Es un juego de rol clásico hasta las últimas consecuencias, algo que en mi caso me agrada mucho pero puede que termine siendo demasiado predecible para algunos usuarios.

Entrando ya en materia gráfica, estamos ante el título más bonito de la saga sin duda alguna, sobre todo en lo que concierne a la presencia que muestran los decorados, que en muchos casos gozan de una gran belleza. La isla ha sido concebida con bastante gusto y posee numerosas zonas bien diferenciadas, desde la costa a cuevas, bosques o zonas de montaña. ¿Y qué sucede con los personajes? Pues que gozan de unas animaciones muy notables, sobre todo cuando nos deleitan con sus ataques exclusivos, y su modelado es bastante detallado… y en plan muñecos o figuras de acción.

Nuevamente, esta línea estética tan particular que se aleja un tanto del estilo puramente manganime puede no terminar de convencer a algunos jugadores. Personalmente me gusta bastante, pero es una simple cuestión de gustos. Y por otra parte y como sucede en la mayoría de los casos, en las versiones destinadas a los formatos más avanzados es posible escoger entre modo calidad (resolución 4K) o rendimiento (60 fps bastante estables).

Donde no es posible echar nada en cara a esta producción es en lo vinculado a su apartado sonoro, especialmente al ya comentado fabuloso doblaje de todas las voces de los protagonistas, una delicia. Y las melodías que acompañan a la acción tampoco son malas, destacando las que se dejan escuchar durante las batallas.