Escribo este texto como fan incondicional de Junji Ito. Me encanta su trabajo, me da miedo y mucho mal rollo, pero no lo adoro por lo que me hace sentir, sino por cómo trabaja con el terror y le da su toque personalísimo a cada manga que crea. Si estás leyendo algo de Junji Ito, sabes que es de Junji Ito. Su forma de dibujar y definir a sus personajes, montar sus páginas, narrar y conducir a la locura tanto al lector como a sus protagonistas es fascinante. La pregunta ahora es ¿ha sabido plasmar todo eso Netflix en la serie que le ha dedicado?
Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro consta de 12 capítulos y recoge algunas de las más significativas historias cortas de su creador. Algunos de ellos se dividen en dos partes si los relatos que se recogen son especialmente breves, y la adaptación es muy fiel. Se nota que hay veneración, respeto al material original y el deseo de trasladarlo cambiando lo menos posible.
Con esta serie confirmo que hay mangakas a los que es muy difícil llevarlos al anime
Precisamente por eso, tanto los textos de las historias como la planificación de las secuencias funcionan muy bien, porque en eso es puro Junji Ito. Sin embargo, y por desgracia, la animación, el color, los efectos de sonido y los actores de doblaje le restan fuerza a sus relatos. Los movimientos de los protagonistas son escasísimos, lentos y demasiado limitados. No siempre se acierta con la coloración y se emplean degradados bastante cutrillos.
Junji Ito Maniac es muy fiel tratando las historias del autor
Los efectos de sonido tampoco es que lo hagan genial. Es como si no tuvieran claro si potenciar el chiste macabro o el susto desconcertante. En el capítulo El autobús de los Helados, la música no sabe a qué sonar cuando se desvela el giro final, y eso hace que la revelación pierda muchísima fuerza. El extraño uso de los pinceles, y de las voces de los actores de doblaje, tampoco ayudan a construir la atmósfera adecuada hasta la llegada de la conclusión. La verdad es que he sentido que no se ha entendido bien al autor al trabajar en estos puntos.
De todas formas, son detalles hasta cierto punto razonables porque el terror de Junji Ito nace de lo rarísimo, de lo desconocido y de lo sorprendente que acaba mal. Pero los trazos de la serie son demasiado claros, poco grotescos y hasta elegantes. Y es con su forma de dibujar cómo Junji Ito prepara el tono para el sustazo del final. Por lo tanto, me parece una serie fiel a lo que cuenta el material original, pero a la que le falta fuerza, personalidad y mala leche.
Creo que el anime no aprovecha los recursos propios de su medio para sustituir o adaptar el estilo narrativo de Junji Ito. En su lugar, han cogido una forma de dibujar que no es característica del autor pero sí más barata, y han plasmado los relatos de la forma más fiel por pura comodidad. Esto se nota, por ejemplo, en una de las historias más características del mangaka: Los globos de la horca.
A la serie le falta cuidar más el estilo de dibujo de Junji Ito
En un fotograma, el presentador del programa de televisión muestra una fotografía de uno de los fantasmas flotantes, y es una viñeta extraída directamente del manga. La comparas con la imagen del anime, y te das cuenta de que faltan cosas. Y cuando aparece el fantasma en acción, la imagen tampoco tiene la misma violencia y terror.
Todo esto lo cuento para aquel que ya ha leído el manga. Creo que para los que conocen el trabajo de Junji Ito y lo veneran, esta serie de Netflix va a ser una pequeña decepción; además, faltan algunas de sus historias más memorables. Pero, ¿y para lo que llegan de nuevo a este autor? Personalmente, creo que es a este público al que más le va a funcionar, porque es un Junji Ito más fácil y suavizado. La tranquilidad de la narración, la sobreexplicación en la que a veces cae la animación y la mejor legibilidad de la imagen ayudan como puerta de entrada. Pero recomiendo que, a poco que te guste lo que ves, te lances de cabeza al manga.
Uzumaki Integral: Espiral (Manga Seinen)
Con Junji Ito: Relatos japoneses de lo macabro confirmo que hay mangakas a los que es muy difícil llevarlos al anime. Hacer animación de calidad de un cómic japonés exige más respeto por las señas características del autor, no vale solo con respetar el texto, también hay que comprender sus pinceles, su manera de trabajar con la luz o con el trazo sucio. De todas formas, echadle un vistazo y luego contadme vuestras opiniones. Y si os llama la atención, no dejéis de leer Uzumaki.
Ver 5 comentarios