Mi admirada y querida Super Nintendo destacó por muchos motivos, y una de sus principales virtudes fue la de albergar una cantidad ingente de JRPGs, algunos de ellos absolutamente memorables y venerados. En este último saco seguramente costaría incluir a la primera entrega de Star Ocean por dos motivos primordiales. El primero es que jamás salió de Japón, y el segundo es que aterrizó en el ciclo final de vida de esta gran máquina, exactamente en verano de 1996, con las consolas de 32 bits ya muy establecidas. Por lo tanto, solo unos pocos privilegiados degustaron esta fastuosa producción de Enix para Super Famicom, título que fue recibido con todo tipo de elogios y que, a partir de ahí, se convirtió en saga.
Desde entonces, hemos podido disfrutar de varias ediciones de esta serie en distintas plataformas… aunque es verdad que Square-Enix la ha mantenido en la nevera desde hace ya bastante tiempo, concretamente desde la llegada de Star Ocean: Integrity and Faithlessness para PS4 (y también PS3 en Japón) y Star Ocean: Anamnesis para móviles.
Una aventura JRPG muy tradicional
Lo primero que me gustaría dejar claro es que esta obra de tri-Ace (el estudio que creó la franquicia) es muy tradicional… pero mucho. Y es que dejando de lado un par de elementos de los que en un momento hablaré, estamos ante una producción que recuerda enormemente a los títulos que aparecieron para las máquinas de hace un par de generaciones o tres, al menos en mi opinión. ¿Y eso en qué se deja notar? En numerosos aspectos lúdicos y técnicos.
Resulta increíblemente placentero sobrevolar los escenarios
Así de entrada, el comienzo de la aventura es lenta, muy guiada y llena de tutoriales, a la vieja usanza. Un verdadero tostón, para qué decir otra cosa. Además, técnicamente llama la atención por lo arcaico que se muestra, con unos protagonistas sin apenas expresividad facial y con animaciones muy básicas. Y cuando comenzamos a dar nuestros primeros pasos, descubrimos un ritmo bastante pausado, multitud de conversaciones entre los diferentes protagonistas y un esquema de juego anclado en el pasado. Unos elementos que, lo dicho, nos retrotraen a pasadas aventuras de este estilo.
¿Es esto algo necesariamente malo? Depende a quién se lo preguntes. Por mi perfil de jugador veterano y amante de los JRPGs, me siento muy cómodo con este tipo de propuestas… me gustan de hecho, algo que me ha sucedido con Star Ocean: The Divine Force: decir otra cosa sería mentiros. Pero es conveniente dejar todo esto claro para los que estén acostumbrados a lo que, actualmente, representa el género de los JRPGs, con producciones tan magníficas como Persona 5, Fire Emblem: Three Houses o Final Fantasy VII Remake entre otras muchas. Unos títulos que se sienten muy distintos a lo que nos ofrece esta nueva obra de Square-Enix.
Una vez zanjado esto, también es necesario puntualizar que también presenta ciertos aspectos que le otorgan frescura y que le diferencian del resto, sobre todo uno muy concreto y que tiene un nombre propio: DUMA. Así es como se llama una especie de robot con forma de bola mecánica transformable que nos da la bienvenida al comienzo de la aventura y que nos proporciona una habilidad que lo cambia todo, ¡volar! Resulta increíblemente placentero sobrevolar los escenarios, acción que podemos realizar siempre que deseemos pero durante un tiempo limitado (este robot no es un jet-pack al fin y al cabo).
Los combates en Star Ocean: The Divine Force
Pero el empleo de DUMA no se centra exclusivamente en eso, dado que durante las batallas también nos permite abalanzarnos sobre los rivales para causarles daño de diferente índole. Y en los combates contra enemigos finales, esta característica se torna todavía más importante, puesto que el tamaño de muchos de estos monstruos es descomunal y la única forma de alcanzar sus puntos débiles es volando y arremetiendo contra ellos desde las alturas.
El título posee una estructura básica muy clásica
Precisamente, la utilización de este robot aporta un aire fresco a unos combates bastante dinámicos y que transcurren en tiempo real. Sin él, dichas batallas serían las mismas que hemos presenciado una y mil veces en títulos similares (con algún que otro matiz), pero gracias a la presencia de DUMA, estas contiendas resultan más entretenidas sin llegar a despuntar… salvo cuando nos toca pelear contra ciertos jefes finales, secciones que nos brindan algunos de los mejores momentos de esta aventura.
Dejando los combates de lado, el título posee una estructura básica muy clásica. Podemos explorar escenarios relativamente amplios con libertad en busca de algún cofre perdido que contenga objetos de interés y equipamiento para los protagonistas, así como cristales que nos permiten ir mejorando las prestaciones de DUMA. Lo cierto es que muchos de ellos están bastante vacíos, si bien cuando llegamos a las distintas ciudades y pueblos, la cosa cambia un poco, pudiendo entablar conversaciones con los habitantes (las cuales no han sido traducidas al español), visitar las posadas, etc.
Y un detalle que me ha gustado bastante y que no quiero pasar por alto es la posibilidad de poder cambiar de personaje controlable en el acto mediante la cruceta, tipos que poseen habilidades exclusivas.
Junto a esto, encontramos otros elementos habituales en este tipo de títulos: la mejora paulatina de las estadísticas de los personajes a través de la experiencia obtenida durante los enfrentamientos, poder efectuar encargos y tareas secundarias, asistir a determinados momentos íntimos entre los protagonistas para mejorar su afinidad, equipar nuevas piezas de equipo, minijuegos y puzles ocasionales… Nada que se salga mínimamente de la norma establecida, vamos.
Una historia JRPG bastante convencional
Para el final he querido dejar el tema de la historia que da vida a este Star Ocean: The Divine Force, más que nada porque es bastante predecible. Raymond Lawrence, un transportista espacial, va a parar a un planeta extraño después de que su nave sufriera un ataque. Y allí se encuentra con la princesa Laeticia Aucerius y su escolta Albaird Bergholm, uniendo fuerzas al instante para tratar de encontrar a un semiomante así como la carga perdida de Raymond. Una historia simplemente correcta que, eso sí, puede ser seguida de manera algo diferente en función de si escogemos a Raymond o Laeticia como personaje principal al comienzo de la aventura. De esta forma y aunque en ambos casos se comparte gran parte del juego, en momentos determinados asistimos a conversaciones y momentos exclusivos, lo cual fomenta la rejugabilidad.
El mejor ingrediente que presenta esta obra y que recae en su banda sonora
Todos estos aspectos que os acabo de comentar dan como resultado un título que vive en el pasado en casi todos sus ámbitos jugables y, sobre todo, técnicos. Una aventura que, eso sí, en mi opinión va de menos a más y que se hace bastante entretenida si le dedicas unas cuantas horas… una tarea que puede que no estén dispuestos a realizar aquellos usuarios que busquen propuestas más actuales. En cualquier caso, tenéis una demo disponible en las tiendas online de Sony y Microsoft por si os apetece echarle un vistazo. Y para terminar, no quiero dejar pasar el mejor ingrediente que presenta esta obra y que recae en su banda sonora. Una maravilla creada por Motoi Sakuraba que, para usuarios como yo, supone un reclamo casi ineludible.
Square-Enix y el estudio tri-Ace, el mismo que dio vida al Star Ocean original de Super Famicom, recuperan la serie de rol de temática espacia… pero a medio gas. El hecho de no llegar traducido a nuestro idioma es un indicativo claro de lo que los desarrolladores esperan de él en cuanto a su rendimiento comercial, siendo un título de presupuesto menor que está anclado en el pasado. Sin embargo, la inclusión del robot DUMA aporta bastante interés a los enfrentamientos y, también, a la exploración, dado que atacar a los rivales desde las alturas y explorar los fondos volando y planeando resulta bastante gratificante. Una aventura que tiene un arranque muy flojo pero que va mejorando a medida que transcurren las horas. ¿Hasta qué punto? Eso depende de cuánto os gusten los JRPGs clásicos.
Comprar Star Ocean: The Divine Force- Al principio de la aventura podemos escoger entre dos protagonistas principales diferentes.
- Es posible cambiar de un personaje a otro en cualquier momento.
- Sin traducción al español.
- Hay una demo disponible para las consolas de Sony y Microsoft.
- La banda sonora está compuesta por Motoi Sakuraba.
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