Puede que Mario vs. Donkey Kong parezca un videojuego alejado de la saga Super Mario, o al menos perteneciente a otro estilo de juego. Es totalmente cierto. No obstante, mientras lo jugaba me daba cuenta de la cantidad de cosas que compartía con los juegos de plataformas que tanto conocemos. Hablo por supuesto del ingenioso diseño de niveles que poseen estos títulos, pero sobre todo de su capacidad para proponer una jugabilidad asequible para los menos habilidosos, y al mismo tiempo retos y contenidos para los usuarios más intensivos.
Había jugado al clásico de Game Boy Advance, pero aparte de que se han añadido nuevos niveles en este remake, no recordaba lo mucho que se esforzaba este juego de puzzles por alargar su duración y no convertirse en el típico lanzamiento que te puedes pasar en una tarde. Así que aparte de que este remake mantiene la esencia del original, y todo se ha rehecho con bastante acierto, sobre todo vengo para decirte que estoy sorprendido. No es lo mejor que hay en el catálogo de Nintendo Switch, pero aun así merece bastante la pena.
El remake de un clásico de Game Boy Advance
Mario vs. Donkey Kong propone pequeños escenarios-puzle en que debes encontrar una llave y llevarla hasta una puerta, haciendo un recorrido desde un punto a otro. Tienes interruptores de colores que activan y desactivan plataformas, así como otra serie de elementos como escaleras, cintas mecánicas, trampolines, barras sobre las que impulsarte, enemigos que obstaculizan tu camino… Todo está dispuesto con la suficiente mala uva (sobre todo en niveles avanzados) como para que tengas que intentarlo una y otra vez, e incluso pararte a reflexionar en alguna que otra ocasión.
Cada mundo suele introducir mecánicas nuevas, aportando variedad al aspecto jugable
No lo digo en broma. En las partes más avanzadas del juego llegué a usar de forma intensiva el modo observación para mover la cámara por el escenario y estudiar mis siguientes pasos. Los primeros minutos de juego engañan (incluso te diría que la primera hora), pero cuando alcanzas los últimos mundos las cosas se ponen realmente complicadas… y también divertidas. Me ha venido un déjà vu de los juegos de la serie Super Mario, en que las primeras fases son un paseo y las últimas un desafío. Pues aquí ocurre lo mismo.
Esta perspectiva sobre la dificultad me parece fenomenal, porque los usuarios menos expertos tienen su oportunidad, mientras que los más veteranos pueden ponerse a prueba. De hecho, el juego incluye un modo relajado para que nadie se estrese demasiado. En esta modalidad hay checkpoints para volver a la acción de forma inmediata y Mario se convierte en burbuja cuando pierde una vida, haciendo todo más llevadero. Tampoco hay límite de tiempo, lo cual no es ninguna tontería, puesto que hay fases tan elaboradas que puedes estar dando vueltas sin parar hasta encontrar la solución.
A veces se plantean fases de bonificación para obtener vidas adicionales
¿Que a ti lo que te va es una dificultad más infernal? Pues no te voy a engañar, el juego no es increíblemente difícil, pero sí que te va a poner en muchos aprietos, más que los juegos de Super Mario más actuales. La razón está en que una vez superada la aventura, tienes una segunda vuelta con niveles modificados, versiones plus que transforman el diseño y meten en la ecuación a los mini-Marios, dando lugar a una renovada experiencia. En estos niveles es donde los desarrolladores demuestran su verdadero talento, con momentos que son jugablemente muy ingeniosos.
El juego, en general, es una delicia en el terreno de los puzles. La mayor parte de niveles versan sobre encontrar una llave y abrir la puerta por la que ha huido Donkey Kong. Sin embargo, hay fases que implican luchar contra el famoso gorila, haciendo homenaje al arcade de 1981 bajo varias perspectivas. Muchas veces no son las más originales, y he echado de menos una mayor elaboración en algunos de estos encuentros, aunque lo cierto es que las situaciones resultan satisfactorias de jugar.
Los enfrentamientos finales son sencillos, pero superarlos sin sufrir daños es otra cosa
También hay unas fases de bonificación que son completamente nuevas (te dan un puñado de vidas extras que nunca vienen mal), pero lo mejor son los niveles de los mini-Marios, en que debes acompañar a seis de estos juguetes hasta la puerta de final de nivel. No es una tarea para nada sencilla, porque pueden perder la vida si entran en contacto con un enemigo o caen en alguna trampa. Aparte, su movilidad es limitada (más que la de Mario), así que a veces tienes que estrujarte un poco el cerebro para jugar con los interruptores o colocar una plataforma que permita su avance, entre otras muchas posibilidades. Simplemente excepcional.
Y luego hay otro detalle que va a encantar a los completistas. Para hacer el juego al cien por cien, tienes que encontrar todas las estrellas, una por cada uno de los cerca de 130 niveles existentes. Es toda una hazaña, ya te lo adelanto. En los niveles hay tres regalos escondidos, y obtenerlos te otorga la máxima distinción, pero también podrías obtenerla por no resultar dañado en los encuentros contra Donkey Kong, o haciendo que todos los mini-Mario lleguen intactos hasta el final de cada recorrido. Es muy, muy complicado hallar todas las estrellas, pero tiene premio… y uno muy suculento.
Hay cooperativo local, y supone una renovada forma de experimentar el juego
Se trata de los niveles experto. No son muchos, pero son una auténtica delicia en cuestión de diseño de niveles y suponen el punto álgido en cuestión de dificultad. Se desbloquean a medida que obtenemos estrellas mientras jugamos y realmente no podemos acceder al último hasta que no hemos hecho todo el juego casi al cien por cien. De esta forma, la diversión y la duración están más que aseguradas. Es algo muy variable, depende de cada jugador, pero a mí me ha dado para unas 7-8 horas. No es espectacular, pero está en la línea de otros juegos de puzles como Captain Toad.
Y ya que os hablo de este juego, comentar que también hay cooperativo local para dos jugadores. Un jugador controla a Mario y otro a Toad, de forma que puedan cooperar en la superación de los desafíos propuestos. No cambian mucho, porque la única diferencia es que se añade una llave por nivel, pero la simple incorporación de esta modalidad es todo un acierto, porque supone una renovada experiencia. Así, se convierte en un juego que resulta ideal tanto para jugarlo en solitario como en compañía.
Los niveles experto proponen llevar a un mini-Mario, y puede ser realmente complicado
¡Ah! Y otro detalle más. El juego incluye un modo contrarreloj que se desbloquea una vez superado el juego por primera vez, y que supone otro elemento de rejugabilidad, en este caso para batir los tiempos propuestos por la máquina. Es otro reto mayúsculo que se une a los ya propuestos, y que garantizan diversión para los usuarios más completistas.
Realmente, en el plano jugable son casi todo buenas noticias. Como remake es un trabajo bien hecho, aunque se le nota algo limitado. La incorporación de nuevas acciones como hacer el pino o el doble salto contribuyen a renovar la jugabilidad, pero no demasiado. Además, visualmente el juego no sorprende, sino que se siente como algo promedio, sin la personalidad que gráficamente tenía el juego de 2004. No está mal, pero creo que haber arriesgado con un estilo más único le habría hecho más bien que mal.
Es un juego muy colorido, pero también se siente como muy convencional
Por otro lado, la interfaz recuerda un montón a los títulos de Super Mario, y es muy probable que Nintendo los haya reutilizado, cambiando algo por aquí y por allá. La música, de igual manera, está en la línea y acompaña bien a una acción reflexiva, con ritmos que tienden a ser lentos. No obstante, mi sensación es la misma que en el aspecto visual: tiene poca personalidad. Por todo lo demás, estamos ante un juego correcto, con tiempos de carga inapreciables y, por cierto, la voz de Charles Martinet (lo cual me hace pensar que este juego estaba terminado desde hacía tiempo ya).
Así que si dudabas si Mario vs. Donkey Kong iba a cumplir, lo único que puedo decirte es que es un buen remake del juego original lanzado en Game Boy Advance. ¿Podría haber sido mejor? Tal vez, pero para ello tendría que haberse alejado más del planteamiento original. Aun así, se esfuerza en añadir niveles, nuevos movimientos y un cooperativo local. Si te gustan los juegos de puzles, este se incorpora a las no escasas recomendaciones que ya existen para Nintendo Switch.
Mario vs. Donkey Kong regresa en un remake muy fiel al juego original de 2004, que añade nuevos niveles, movimientos para Mario, cooperativo y una opción para que los nuevos jugadores tengan más oportunidades de salir adelante en unos puzles que pueden volverse muy desafiantes. Pero para quien está más dirigido este lanzamiento es para los jugadores más completistas, que encontrarán varias razones para seguir jugando una vez superado el juego, ya sea encontrando todas las estrellas, jugando a los niveles expertos, batiendo récords en el modo contrarreloj o disfrutando del cooperativo. Sin duda, un título con más contenidos de lo que parece.
- Un remake fiel al original que mantiene todas las bases jugables y las actualiza.
- Fácil en sus primeros compases, retante en los niveles más avanzados.
- Rejugabilidad muy potente, con niveles experto desbloqueables y modo contrarreloj.
- El cooperativo proporciona una renovada perspectiva y es una buena opción de juego.
- En lo audiovisual tiene poca personalidad y no sorprende demasiado.
Ver 1 comentarios