Tengo que reconocer que empecé con Theatrhythm Final Bar Line bastante de culo. Este juego no deja de ser el refrito de un refrito de un juego de Nintendo 3DS que llega a precio completo, y lo hace en una temporada en la que no dejan de salir juegos increíbles cada día. ¿Por qué Square-Enix no lo ha lanzado en verano? ¿Por qué no lo ha sacado a un precio reducido? ¿Celebrar aniversarios de Final Fantasy tiene que salirnos siempre tan caro? Este enfado se suma al elevado coste al que nos quieren cobrar la edición física de sus juegos clásicos pixel-remaster, y también al extrañísimo calendario de publicaciones de sus JRPG. Honestamente, llevo ya año y medio sin entender a la desarrolladora y editora. Cogí el juego cabreado, no os voy a engañar. Y empezar a jugarlo no mejoró la cosa.
En esencia, es el mismo juego que el de 3DS, solo que con muchas más canciones e imágenes en HD que se mueven a 60 FPS. Se mantiene el estilo chibi. Vemos a los personajes de Final Fantasy en pantalla junto con enemigos, junto con los colores y flechas a los que hemos de reaccionar al compás de la música. El cambio es que ahora estos se van moviendo hacia la izquierda mientras aparecen los enemigos. Con nuestros aciertos, ellos golpean y usan magia, acabamos con los monstruos y avanzamos.
El juego se ve y se mueve muy bien
Este estilo funcionaba en Nintendo 3DS porque la portátil tenía sus limitaciones, pero al llevarlo a una PlayStation 4 o Nintendo Switch, no queda tan bien. Los monigotes son demasiado hieráticos y no consiguen transmitir con sus acciones la intensidad que un juego musical necesita. Tú estás escuchando un temazo, volviéndote loco con acertar cada nota, y ellos están ahí, con su cara de palo moviendo sus armas como si quisieran cazar mariposas con sus espadas.
Y elegir un arte tan plano tampoco parece que ayude mucho al rendimiento. En Nintendo Switch hay demasiados tiempos de carga, y algo que me enfurece: el juego tarda mucho en reiniciar la canción cuando se lo pides. Y cuando quieres llegar a puntuaciones altas, no pararás de necesitar volver a empezar. Porque el juego empieza fácil, pero se vuelve fastidioso cuando pones la dificultad "definitiva"
En Curtain Call, el capítulo previo de 2014, el enemigo se veía a la izquierda, en el centro estaban las notas y botones a pulsar, y a la derecha tus personajes. Esto te daba una visibilidad muy buena de toda la acción. Sin embargo, ahora las tortas están en mitad de la pantalla cuando tus ojos se concentran en su izquierda, que es el lugar en el que el juego te señala cuando pulsar el botón. Esto produce una tremenda desvinculación entre lo musical y lo rolero.
Recoge demasiado de sus entregas previas
Si no habéis jugado a los anteriores, hay que explicar esto de los combates y de cómo se relaciona con el progreso. Para empezar a jugar tú seleccionas un grupo de cuatro personajes de Final Fantasy. Los hay buenos a piro, otros a ataque o defensa, sanación, apoyo... En la canción que te toque jugar encontrarás monstruos de distintos tipos, y tus personajes tienen que ser buenos contra ellos. Si logras matarlos a todos, recibirás mejores premios una vez termines el tema. Pues bien, solo me enteraba de sus aciertos y derrotas cuando finalizaba la composición, porque la legibilidad de lo que hacían no era la idónea.
No todas las melodías son emocionantes e idóneas para un juego de ritmo
Tampoco me han convencido muchas de las composiciones musicales. El problema es que no todas las melodías son emocionantes e idóneas para un juego de ritmo. Las ambientales son un rollazo, y sus versiones con arreglos tampoco mejoran la situación. Pero claro, para poder ofrecer casi 400 canciones de salida, más las que llegarán con el pase de temporada, había que meter de todo.
Así que no, ni todos los temas me han gustado por igual, ni el arte, ni cómo el juego nos llega ni cómo se relacionan sus dimensiones jugables. Pero aún así me he viciado con él como si no hubiera un mañana. Lo he jugado tanto y tan sin parar que creo que debería ir a una clínica de desintoxicación de lo viciado que me ha tenido. Y todavía me quedan muchos temas por completar en las dificultades más altas y cosas por desbloquear, porque Theatrhythm Final Bar Line es eterno.
Este videojuego es un maldito vicio. No podrás parar de jugarlo
El motivo de no poder apartarlo de mi vida radica en cómo está planteado su sistema de recompensas y su progresión. Al empezar a jugar puedes elegir entre Misiones de Serie, Escenarios Musicales y Batalla Multi. En Misiones de Serie encontrarás más de 20 Final Fantasy a los que puedes jugar. Al elegir uno, desbloqueas a sus protagonistas que empiezan a nivel 1. Se te abre un mapa de unas 20 misiones y cada una corresponde a una canción y a un grupo de enemigos.
No todos los Final Fantasy están desbloqueados desde el principio, por lo que te toca jugar y encontrar llaves en cofres para poder acceder a ellos. Cada vez que superas una canción, tus personajes reciben experiencia, obtienen habilidades elementales, de apoyo, ataque y defensa concretos, objetos, nuevos temas, cartas y más cosas. Y aquí empieza el vicio.
Querrás tener a tus personajes favoritos, pero no solo a ellos, también a los que, por ejemplo, sean mejores usando fuego para poder matar a Shiva. Así que los explorarás a todos, subirás de nivel a todos e irás haciendo varios grupos de personajes con talentos específicos. A medida que juegues, recibirás objetos e invocaciones para conseguir más experiencia. Tú mismo te manejarás mejor con las canciones y podrás subir el nivel de de dificultad. El bucle jugable está construido con una inteligencia de cerebro galaxia.
Final Bar tiene uno de los mejores bucles jugables que recuerdo
La gracia de esto es que, a medida que desbloqueas cosas nuevas, personajes, habilidades y mejoras a tus héroes, podrás regresar a canciones ya jugadas para obtener más y más ítems, temas y guerreros. Y claro, a mí que me den ropitas o pins me da igual, pero ver cómo mi grupo formado por Paine, Cloud, Noctis y Rikku cada vez es más fuerte, me flipa. En el fondo, lo que vas desbloqueando son nuevas condiciones para poder superar retos mayores, pero está presentado con un formato JRPG que te volverá loco. Para que te hagas una idea, estoy escribiendo este análisis y estoy parando cada vez que termino un párrafo para hacerme un temita más. Y uno más, y uno más y…
Solo estas misiones te llevarán más de cincuenta horas de juego, y luego todavía tendrás los Escenarios Musicales para revivir el tema que quieras y seguir farmeando, así como para volver a jugar canciones con los gráficos del Final Fantasy en cuestión, que se desbloquean a modo de premios. Y cuando te creas un crack, tienes las Batallas Multi, en la que podrás competir con hasta otros tres jugadores online.
Es por esto por lo que tengo una sensación agridulce con este juego. Me parece que Square Enix ha encontrado unos sistemas geniales para crear un juego musical inolvidable, pero ha hecho la ley del mínimo esfuerzo con este Final Bar. Y como muestra un botón. La forma de interactuar con las notas es pulsando un botón a tiempo, el stick o mantenerlos presionados. Pero hay otra interacción, una que era genial cuando teníamos un stylus en la mano y que aquí no lo es tanto. Porque con el lápiz de 3DS teníamos que recorrer un trazado sinuoso como quien maneja una batuta. Aquí eso se sustituye por un aparatoso control con el stick derecho.
Una buena recopilación de los Theatrhythm
Así que luces y sombras con este Theatrhythm Final Bar Line. Como os digo, a mí me ha viciado hasta el extremo. Me parece una buena recopilación de los Theatrhythm, y si cae en tus manos no lo soltarás a poquísimo que te guste Final Fantasy. Pero habría que haber aprovechado PlayStation 4 o Switch para elegir un estilo artístico más acorde, conectar mejor rol y música, filtrar mejor las composiciones musicales o ser más honestos con su lanzamiento. O, por lo menos, arreglar los puñeteros tiempos de carga. Por eso se queda al borde de que le ponga un recomendado.
Si nunca has jugado a un Theatrhythm, este Final Bar Line te gustará mucho. Sin embargo, acarrea muchas decisiones de diseño heredades de 3DS que no se han sabido trasladar bien a sistemas actuales. Más que disfrutarlo por la música o su faceta RPG, te sentirás cautivado por las recompensas que el juego te da. La nostalgia es un arma poderosa, y Theatrhythm Final Bar Line la usa con maestría. Ojalá salga un nuevo capítulo de esta entrega verdaderamente nuevo, pero, por ahora, nos queda este videojuego absolutamente adictivo.
Comprar Theatrhythm Final Bar Line- Es un videojuego casi infinito.
- Tiene 380 canciones, número que aumentará con los DLC.
- Hay nostalgia para aburrir y te viciará al extremo.
- Cuenta con multijugador competitivo y cooperativo para alargar aún más su duración.
- En Switch tiene buen rendimiento, pero demasiados tiempos de carga.
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