Son 300 de las mejores empresas de Estados Unidos, algunas pertenecientes a las Fortune 500 -las compañías más ricas del mundo según la famosa revista-, pero todas ellas han sido estafadas por la misma persona. Una mujer ha sido acusada de ayudar a empleados de Corea del Norte a teletrabajar para compañías americanas en una estafa masiva que ha arrastrado cerca de 7 millones de dólares.
La acusada, que se enfrenta a una causa de fraude y conspiración es una mujer de Arizona a la que, en marzo de 2020, se le ofreció ser la "cara norteamericana" de una compañía extranjera. A partir de ese punto empieza una operación de fraude mediante la que la mujer ayudaba a trabajadores norcoreanos a asegurar puestos de trabajo en remoto en importantes compañías estadounidenses.
El teletrabajo convertido en estafa
Mediante identidades robadas de ciudadanos americanos, los norcoreanos consiguieron entrar en grandes e importantes compañías entre las que destacan una gran cadena de televisión, una compañía líder de tecnología en Silicon Valley, una compañía aeroespacial y un fabricante de coches. Aunque no han trascendido los nombres de las empresas, es fácil imaginar de qué compañías se trata.
Para evitar ser descubiertos, los norcoreanos se conectaban a sus puestos de teletrabajo a través de la IP de la citada mujer, que se encargaba de cobrar los cheques y enviar el dinero a los respectivos trabajadores mientras les cobraba una tasa por sus particulares servicios. Se calcula que durante los últimos cuatro años se han enviado a Corea del Norte alrededor de 7 millones de dólares.
Tras frenarse mediante sanciones las relaciones financieras con Corea del Norte allá por 2016, el director adjunto de la División de Contrainteligencia del FBI, Kevin Vorndran, asegura que pese a que pueda parecer el típico delito de "guante blanco", en realidad este tipo de estafas se han convertido en tendencia y pide a las empresas estar alerta frente a este "nuevo tipo de robos de alta tecnología".
Imagen | Hannah Wei
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