Han sido tan importantes e influyentes que no necesitan de muchas presentaciones. Limbo e Inside son dos auténticas joyas dentro del género de los plataformas con elementos puzleros. Se trata de títulos que apostaron por un estilo artístico único, sobrecogedor y muy intrigante que te mantenían en vilo durante las pocas -pero apasionantes- horas que duraban. Sin duda, la desarrolladora danesa Playdead creó tendencia, no siendo pocos los que trataron de imitar su interesante planteamiento. A partir de entonces surgieron proyectos como Little Nightmares, Gris y un considerable etcétera.
One Last Breath es otro ejemplo de ello, puede que incluso uno de los más fieles que haya jugado desde entonces. Tras haberlo probado he de reconocer que me he sorprendido, no solamente porque venga de un pequeño estudio de desarrollo español (Moonactic Studios), sino porque es su primer videojuego. Es más, se trata de un Proyecto Final de Carrera que ha evolucionado hasta convertirse en un lanzamiento que, de momento, ya está disponible en Steam.
Una curiosa combinación entre Limbo e Inside
El juego arranca de una forma similar a otros juegos del estilo: con mucho misterio. Se nos coloca en la piel de un personaje del cual no sabemos nada, y que solo tras guiarlo en su viaje y sumergirnos en su mundo iremos descubriendo qué es lo que ocurre. La ambientación es, por lo tanto, esencial, y es uno de los aspectos mejor tratados del juego. Nos encontramos en un entorno postapocalíptico, con bosques lúgubres, fábricas abandonadas y ciudades desérticas. Parece como si la humanidad se hubiese extinguido, ¿pero por qué?
La ambientación del juego es sensacional, apoyada en su estética de claroscuros
Afirman los creadores que décadas de polución y codicia han llevado a este mundo a la ruina, pero aún queda una última esperanza, que está representada precisamente en nosotros, en los jugadores. Bonita metáfora que da sentido al propio título del videojuego, One Last Breath, al colocarnos además en el papel de Gaia (la Madre Tierra en la mitología griega). Como tal, tenemos unos cuantos poderes, pero también somos muy frágiles ante los desafíos que se proponen, que no son pocos…
Tal vez una de las cosas que más me han gustado es la sensación de peligro constante, de que un engendro salga corriendo desde el otro lado de la pantalla persiguiéndote y tú tengas que huir desvaporido. Eso, y las trampas. No han sido pocas las ocasiones en que he tenido que repetir partida por un movimiento en falso o un salto mal dado. Por suerte, los checkpoints están bastante bien situados y aunque exista dificultad, esta se encuentra bastante bien medida para que la frustración no se apodere de la partida.
Las trampas forman parte importante de la jugabilidad plataformera
Eso sí, a veces es tan minimalista en su concepto que puede costar averiguar lo que tienes que hacer en cada momento. La mayor parte de ocasiones me ha resultado intuitivo, pero algunos de los puzles (que suelen ser interesantes) no terminan de resultar satisfactorios por esta cuestión. Estas partes suelen basarse en el uso de interruptores, mecanismos y una habilidad de lo más curiosa que consiste en crear puentes usando troncos, además de invocar lianas para sortear obstáculos. Sea como fuere, se trata de ingredientes que hacen único al videojuego, y su implementación me parece uno de los grandes aciertos de One Last Breath.
Tal vez se podrían haber limado algunas asperezas en general, mejorar la presentación y haber optimizado mejor el juego en PC, pero lo general es un juego disfrutable y que cuenta con un apartado gráfico bastante inspirado. La variedad de entornos me ha sorprendido y ayuda a otorgar una sensación de viaje intensa a pesar de su corta duración. Adicionalmente, la ambientación sonora es simplemente sensacional, con unos valores de producción tan loables que cuesta creer que lo hayan hecho unas pocas personas.
Estas horripilantes criaturas nos juegan más de una mala pasada en nuestro viaje
Y al final creo que también suma su mensaje. En este tipo de juegos, es algo que otorga mucho valor al conjunto, y en este caso se trata de un canto de esperanza, de un último aliento para nuestro planeta. Es una reivindicación de que lo cuidemos, de que respetemos el medio ambiente, de que valoremos en definitiva lo que tenemos. Así que si querías algo como Limbo o Inside, y encima te llama la atención su narrativa, creo que no te importará darle una oportunidad como yo lo he hecho.
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