Si echas en falta un mayor número de plataformas en 3D, te traigo una estupenda noticia, porque Tinykin es justamente lo que esperabas. Es cortito, nada difícil, pero su concepto de juego con toques de Pikmin y una estética que recuerda a la de Paper Mario son suficientes para convencer. Te lo cuento en este análisis.
Si hay algo que me gusta especialmente de Tinykin, es que va dirigido a todos aquellos -como yo- que crecimos jugando a aventuras 3D del estilo de Super Mario 64, Spyro the Dragon o Crash Bandicoot, entre otros. Se trata de títulos con esencia plataformera, que se adaptaron con éxito a la época, ofreciendo gráficos tridimensionales y por supuesto una novedosa jugabilidad para la época, en que la exploración ganaba terreno a la pura habilidad a los mandos. Por desgracia para los que crecimos jugando a este tipo de títulos, el género no se prodiga tanto como entonces, aunque eso no quiere decir que de vez en cuando recibamos joyas del estilo de A Hat in Time o el más reciente Kirby y la Tierra Olvidada.
Por ello, la llegada de Tinykin ha supuesto toda una alegría para mí, y su argumento es un guiño a lo que sentirás si lo pruebas, puesto que tiene bastante de nostalgia. Milo es un astronauta que viaja de regreso a La Tierra, solo para darse cuenta de que… ¡nada ha pasado desde que la abandonara en el año 1991! Y es que, como el personaje, es como si el género de los plataformas 3D siguiese vivito y coleando, porque el videojuego no solamente es una delicia audiovisual que calca el estilo gráfico 2D del gran Paper Mario, sino que en lo relativo a mecánicas propone cosas muy inventivas, con algunos puzles y cierto regusto a aventuras como Pikmin. ¿Quieres conocerlo? Pues sígueme en las siguientes líneas porque te aseguro que no tiene desperdicio.
Un plataformas 3D pequeño pero con encanto
La esencia de Tinykin es sencilla de explicar. Como en Pikmin, somos un ser diminuto en un espacio gigantesco, y debemos encontrar partes de nuestra nave para volver a casa. La diferencia es que aquí el escenario no es un planeta entero, sino una gigantesca casa. Así, debemos avanzar entre cada una de sus habitaciones, resolviendo por el camino un buen puñado de tareas. Todo mientras saltamos, flotamos en el aire, nos deslizamos entre cuerdas y, lo más importante, recolectamos a los tinykin para ir abriéndonos paso.
Es importante recolectar los tinykin necesarios en cada fase, y ese es el mayor reto de la aventura
Estos tinykin son un equivalente a los pikmin, porque no solo nos acompañan a todas partes, sino que existe una buena variedad de ellos. Están los que nos ayudan a llevar un objeto de un lado a otro, los explosivos, los que crean una torre para alcanzar puntos elevados o los que son capaces de transportar la electricidad. Es importante recolectar los tinykin necesarios en cada fase, y ese es el mayor reto de la aventura. De esta forma, el juego va planteando misiones relacionadas con el uso de estos diminutos aliados, como podría ser accionar una polea o llevar la electricidad desde un enchufe hasta un radio cassette (siempre que contemos con el número requerido). Todo con mucho humor, el cual se ve potenciado por el estilo cartoon empleado y que le sienta fenomenal.
Los desafíos no son complicados y a poco que explores un poco darás con la clave de cada problema. Tampoco esperes combates ni enemigos, porque el juego está centrado en la exploración en un número de entornos reducido, pero de grandes dimensiones. En particular, moverte por los escenarios es la clave de la diversión, gracias a un control estupendo y un diseño plataformero simplemente ejemplar. Las acciones son limitadas, como saltar, flotar en el aire o deslizarte por determinadas partes del escenario. Poco más, pero es suficiente. Además, cuenta con unas cuantas tareas accesorias, coleccionables y la recolección de cientos de copos que añaden una capa de progresión al expandir el tiempo que podemos permanecer en el aire.
Eso sí, el alcance de la propuesta es bastante limitado, y debido a la escasez de niveles la duración no va más allá de las 6-8 horas. Hay algo de rejugabilidad si te dedicas a completarlo al cien por cien, pero nada más… y ese tal vez ese el gran inconveniente del juego, puesto que se hace corto. Pero esa sensación también ocurre porque el tiempo vuela mientras juegas. Está muy bien ejecutado, así que lo que más espero ahora mismo es que los desarrolladores puedan hacer en el futuro algún tipo de expansión, o puede que una segunda entrega si las cosas van bien.
Tinykin, aparte de un diseño plataformero sólido, goza de un apartado audiovisual muy cuidado
Tinykin, aparte de un diseño plataformero sólido, goza de un apartado audiovisual muy cuidado. Los personajes están diseñados al estilo 2D, pero dentro de un territorio 3D en que la cámara no se comporta nada mal. Tienes control sobre ella en todo momento (stick analógico derecho), y cuando se cuela algún muro de por medio, aparece la típica sombra de tu personaje para identificarlo en todo momento. En definitiva, buenas noticias, puesto que el gran problema de este tipo de aventuras siempre ha sido el manejo de la perspectiva. En este caso, la experiencia podría decirse que es mayormente satisfactoria.
En el plano sonoro, tampoco tengo nada que reprochar, más bien todo lo contrario. Las melodías son lo suficientemente variadas, e incluso pueden cambiar dentro de cada zona, dependiendo de dónde estemos. Todo con un aura cargado de simpatía, puesto que las conversaciones (con subtítulos en español) también mantienen un tono cómico, muy acorde a la línea artística escogida, que me ha parecido simplemente espléndida.
Tinykin es un regreso al pasado de los plataformas 3D que ya casi no recordábamos. Un género con pocos exponentes en la actualidad, pero que con Tinykin se demuestra que puede dar lugar a magníficos videojuegos. En este caso, hablamos de una aventura corta, pero muy bien diseñada, con mecánicas plataformeras que combinan esencia Pikmin y estilo visual Paper Mario. Todo con una identidad propia, estilo colorido, mucho sentido del humor y un diseño de niveles que apuesta claramente por la exploración, dentro de un esquema sencillo, sin acción, poca dificultad, pero mucho encanto. Pruébalo si te gusta el género, porque merece la pena.
- Un plataformas 3D que recuerda a los de antes y con mucho encanto.
- Niveles grandes, bien diseñados y con mucho énfasis en la exploración.
- La dinámica de usar a los Tinykin (al estilo Pikmin) funciona bastante bien.
- Un diseño artístico fenomenal, con personajes 2D dentro de entornos 3D.
- Tiene pocos niveles, no es difícil y se hace corto, aunque posee algo de rejugabilidad.
