No hay duda de que Shin Megami Tensei III: Nocturne supuso el primer punto de inflexión en la longeva saga, apoyada por una cantidad ingente de spin-offs. Esta nueva edición demuestra que el juego se sigue manteniendo en buena forma, pero también que su HD Remaster podía haber sido algo más generosa con su contenido.
Puede que en nuestro país nos costase algo más adentrarnos en el universo de Shin Megami Tensei, pero no hay duda de que Nocturne supuso un antes y un después para la saga de Atlus con su lanzamiento fuera de las fronteras niponas. De aquella época en la que me adentré en los JRPGs con un entendimiento muy limitado del inglés, fue sin duda este Nocturne el que más rabia me dio no entender exactamente lo que estaba pasando en pantalla. Por ello, aunque a Shin Megami Tensei 3 Nocturne HD Remaster tenga que incluirla en ese grupo de remasterizaciones algo vagas, que podrían haber tocado y retocado mucho más de lo que nos ofrece, al menos debemos concederle el reconocimiento de ser el primer Shin Megami Tensei de la serie principal que llega a nuestro idioma.
No quiero quitarle méritos, pero sí es más comprensible volviendo a él después de tantos años. Acostumbrados ya a JRPGs como la saga Trails o Persona, hay un mundo de diferencia en el conteo de palabras que maneja el juego. El hilo narrativo de Nocturne es muy distinto al aluvión de conversaciones que tenemos en los juegos de rol actuales. Es parco en su historia, sí, pero esto no quiere decir que la que nos cuenta Nocturne no sea interesante.
Nuestro protagonista es un alumno de instituto que presencia el fin del mundo tal y como lo conocemos, para dar lugar a la concepción de un mundo nuevo. Esto permite al juego adentrarse en los temas oscuros que tanto le gusta tocar a la saga. Hay que hacer aquí un aviso. La historia de Shin Megami Tensei III es atractiva, pero no es tradicional. No parte de los planteamientos y desarrollos de personajes a los que estamos tan acostumbrados, sino que se asemeja más a un concepto ensayístico y existencial sobre la verdadera naturaleza del mundo o, al menos, cuáles son los valores que creemos que lo conforman.
Su dificultad tampoco es como para asustarte, pero sí para que vayas prevenido
Puede, por tanto, que no haga falta avisar que esto no es un Persona, el spin-off de la serie, ni en estilo, ni en tono, ni en su tipo de historias. Entre ellos solo se comparten su fantástica exploración de mazmorras que en Nocturne será sin duda aquello que más te atrapará durante buena parte de la aventura. Porque el juego posee unos intrincados laberintos en los que son un gusto perderse. Mazmorras muy "cuadriculadas", sí, que no deja de ser un juego de PS2, pero con mucha profundidad y capaces de reinventarse a través de su verticalidad e incluso los puzles. El único ejemplo reciente (obviando la propia saga Shin Megami Tensei) que se me ocurre para describirlo es esa fusión que la propia Atlus hizo con Tokyo Mirage Sessions. Un diseño heredado del lápiz y papel en el que un camino sin salida, al menos, da lugar a un cofre, pero también a muchos enfrentamientos que te harán sudar por lo que está en juego.
Porque morir en Nocturne es castigador, en según qué ocasiones. Shin Megami Tensei III es un juego que en su dificultad normal es bastante implacable. Puedes creer que tienes la mazmorra controlada para que un grupo de cinco demonios comiencen un ataque grupal combinado que destruya tus defensas y te deje tiritando. Ante estas situaciones, cada decisión que tomes será crucial y muchos de los jefes que encontrarás en tu camino te mandarán a la habitación de guardado unas cuantas veces. Digamos que, si vienes de la saga Persona, esos picos de dificultad que encontrabas en algunos jefes aquí son el pan de cada día.
Ojo: no es que sea injusto. Su dificultad tampoco es como para asustarte, pero sí para que vayas prevenido. Aun así, este remaster ha incluido un DLC gratuito con la dificultad Piadosa. Lo interesante de ella no es que simplemente añade un modo fácil, sino que es combinable. A falta de un Modo Turbo, que te permita grindear un poco más rápido por las mazmorras, es posible que algunos jugadores quieran alternar entre modos tanto para subir de nivel a los personajes como para ahorrarse combates, ya que la frecuencia de batallas es muy alta. Por supuesto, esta decisión queda en tu mano.
Todo lo que esperas del combate de un Shin Megami Tensei está ahí. Desde las negociaciones con los demonios en las que las decisiones para que se unan a nuestro grupo son bastante difíciles de pillar en ocasiones, hasta la fusión entre ellos que aquí facilita en comparación con el original a la hora de heredar ciertas habilidades. Parece que Atlus ha debatido mucho y a conciencia cada retoque con respecto al juego de PS2, hasta el punto de incorporar un punto de guardado en suspensión, que nos permite guardar la partida saliendo del juego para poder apagar la consola antes de llegar a la sala de guardado y que después se elimina una vez arrancamos de nuevo el juego (aprende, Returnal, que no es tan difícil).
Sin embargo, también hay otras decisiones cuestionables. Personalmente, la que más me incomoda es una cámara que, en la navegación por las mazmorras, tiene esa manía de la época de cobrar vida propia autocentrarse siempre que tiene la ocasión. Esto provoca una constante lucha con el stick derecho (o con los botones superiores) que habría sido fácil de solventar. También habría agradecido un minimapa que me ahorrase muchas de las consultas al menú. Pero, aunque esto es de carácter más personal, creo que todos estaremos de acuerdo en que es toda una jugarreta poner como contenido DLC de pago la versión Maniax; esto es, el cambio de Raidou, de Devil Summoner en la versión Chronicle, por Dante (from the Devil May Cry Series, si no lo digo reviento). Muchas risas con el meme, sí, pero si quieres que aparezca el famoso caza demonios en tu partida, tienes que pagar. Tampoco ha quedado muy fino en una edición, que debería ser un agradecimiento al fan, incluir DLCs de pago de las bandas sonoras o un pack de mapas para grindear y conseguir objetos y dinero extra.
Hay muchos otros retoques, como algunos cambios en el guion que esclarecen más las cosas y, destacando aún más, un doblaje extendido en el que tenemos la posibilidad en cualquier momento de alternar entre inglés y japonés. Digo extendido, aunque no completo, porque habrá ocasiones en las que no se leerán todas las frases de los personajes. La música es la del juego original y está bien, aunque sí es cierto que el audio se nota algo más comprimido. Es difícil quejarse porque es que, sencillamente, la banda sonora es increíble. Los temas más cañeros de las batallas acompañados de algunas voces sintetizadas y guitarras logran exactamente su propósito. Por último, el juego va a 30 frames por segundo, pero al menos parecen haberse arreglado desde la versión preview esos problemas de frame pacing que eran realmente molestos, sobre todo en la navegación por los escenarios.
Con todo, esta remasterización de Shin Megami Tensei III podía ser mejor, no hay duda. Pero ayuda enormemente tener una base tan consistente. Se nota que es un juego producto de las decisiones de diseño de otro tiempo, pero eso es precisamente parte de su encanto. Aunque la historia es interesante por las cuestiones filosóficas que presenta, creo que a Nocturne se viene más por ese mazmorreo tan puro que presenta; tan implacable, que evita el relajamiento en tu sillón como algunos JRPGs más modernos y con un diseño de cada nivel que puede parecer simple, pero realmente es intrincado y exquisito. Una buena forma de conocer por qué esta saga tiene tanto renombre, y un gran aperitivo antes de la llegada de Shin Megami Tensei V.
Que el hecho de ser un remaster un tanto simplón no te desanime, tampoco. Detrás de él hay un gran JRPG que marcó época en su etapa de PlayStation 2. En pleno 2021 todavía se pueden ver las razones de ello, gracias a un diseño de mazmorras muy trabajado, intrincadas y hasta con algún que otro puzle ocasional. Pero tampoco podemos olvidarnos que el trabajo de Atlus es muy parco. Hay mejoras evidentes que se podían haber implementado, como una cámara mejor, un aumento en la tasa de frames, opciones de velocidad y, por supuesto, la inclusión de algunos DLCs de forma gratuita. Aparte de dar accesibilidad, lo mejor de esta edición es su traducción a nuestro idioma, que nos permite conocer una historia que, ojo, no es convencional, y se apoya más en el discurso existencialista sobre los valores que sustentan la creación de nuestro mundo, más que en una clásica estructura narrativa. Un gran juego, implacable en ocasiones, producto también del diseño de otra época, pero que merece la pena descubrir.
Comprar Shin Megami Tensei 3 Nocturne HD Remaster- Un remaster muy sencillito, que en lo técnico y jugable, hace lo mínimo.
- Lo mejor, sin duda, nos lo llevamos los hispanohablantes con su traducción a nuestro idioma.
- Su diseño de mazmorras, aun clásicas, sigue siendo ejemplar. Intrincadas e incluso con algunos puzles.
- Su historia es poco convencional, pero sigue siendo atractiva. Explora conceptos metafísicos sobre los valores que sustentan nuestro mundo.
- Los DLCs de pago son una jugarreta: no podrás jugar con Dante si no pagas.