Dos estudios juntos se entienden mejor que uno, y frente los datos que aseguran que los Millenials y la Generación Z a menudo no aprovechan sus vacaciones, ahora sale a la luz una encuesta en la que se destaca que el 40% de los Millenials admiten haberse tomado tiempo libre sin avisar a su jefe. Aprovechando el teletrabajo, la práctica se ha convertido en tendencia bajo el nombre de vacaciones silenciosas. Otros dirán que es simplemente echarle morro.
Mientras que la tendencia entre la Generación Z se reduce al 24%, principalmente porque los más jóvenes tienen menos problemas a la hora de plantar cara a sus jefes a la hora de reclamar mejoras y posibles pausas, en ambos casos reconocer haber recurrido a estrategias bastante retorcidas para hacer creer a sus empleadores que estaban conectados.
Los jóvenes que simulan que teletrabajan
La directora de estrategia de The Harris Poll, la empresa detrás de la encuesta ahora recogida por la CNBC, reconoce que no estamos ante los despidos silenciosos que se han dado a conocer durante los últimos años en los que la gente simplemente deja de trabajar a la espera de seguir cobrando hasta que alguien se percate de ello. Detrás de estas vacaciones silenciosas hay una estrategia mucho más elaborada.
El 38% de los Millenials ha reconocido utilizar programas para mover el ratón de forma automática y así simular que están conectados a la aplicación de mensajería de la empresa, una cifra que cae hasta el 30% en el caso de la Generación Z. Además, el 37% y el 27% de ellos, respectivamente, aseguran haber programado mensajes a propósito para hacer creer que estaban trabajando fuera del horario habitual y así simular que estaban esforzándose más de lo que realmente hacían.
Motivados por cómo la línea entre el trabajo y la vida personal se ha difuminado a causa del teletrabajo, y reconociendo haber contestado llamadas o revisado el correo fuera del horario de trabajo o en periodos de vacaciones, en cierto punto decidieron darle la vuelta a la situación y empezar a organizar su tiempo libre sin tener en cuenta si chocaba o no con su jornada laboral.
Imagen | Alexandre Perotto
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