Todo cambió a partir del E3 celebrado en el año 2004 en la ciudad de Los Ángeles. Desde hacía años, Nintendo había mostrado una postura muy conservadora en el mundo del marketing, pero la competencia era cada vez más voraz, con PlayStation y Xbox devorando el pastel gaming que antaño había pertenecido a los de Kioto. Se necesitaba un cambio de rumbo, un potente giro de timón. Apenas unos meses después de aterrizar en la compañía nipona, un estadounidense nacido en el Bronx tendría ese toque de agresividad que la Gran N se había negado a mostrar en el pasado.
Lo conocéis todos: es Reginald Fils-Aimé (Reggie para los amigos), expresidente de Nintendo of America que tuvo la importante labor de revitalizar la imagen de la compañía en un momento crucial. Aquel 12 de junio, el Kodak Theatre albergó 48 minutos de conferencia inusuales, sorprendentes, que ningún fan se esperaba. Conviene recordar lo que ocurrió aquel día, porque forma parte importante de la historia de los videojuegos.
El día que Nintendo reaccionó ante la competencia
Comenta Reggie que aquella presentación no fue del todo idea suya, sino que se planificó de forma pormenorizada con el departamento de marketing de Nintendo. De hecho, tuvieron que convencerlo para utilizar un tono tan agresivo, con expresiones que han pasado a la historia. Una de ellas llegó al comienzo de la presentación, justo después de un tráiler de presentación en que se mostraban buques insignia de la consola Gamecube como Starfox Adventures, Metroid Prime 2 o Resident Evil 4: "Me llamo Reggie y estoy aquí para patear traseros, anotar nombres y aquí estamos para hacer videojuegos".
Reggie se convirtió en amo y señor del evento, con frases como "nos gustan las explosiones" o "queremos juegos tan terroríficos que te mantengan despierto toda la noche". Poco tenía esto que ver con la imagen familiar que tradicionalmente había mostrado Nintendo. "Es un nuevo día para mí y para Nintendo", decía claramente antes de empezar a soltar mensajes contra la competencia, todos muy explícitos: "Uno de nuestros competidores es un fabricante japonés que quiere tu dinero para transportar la información entre tus dispositivos gracias a sus memory sticks. Y hay otra compañía que no le importa lo que hagas, siempre que lo hagas en su sistema operativo".
"Mientras otros hablan, Nintendo está trabajando", Reggie Fils-Aimé
Evidentemente, Reggie se refería a Sony y Microsoft, respectivamente. De fondo se podían escuchar las risas de los asistentes, seguidas de algunos aplausos. Era un estilo nunca visto, que dejó a muchos asistentes patidifusos. Nintendo estaba prometiendo expandirse, llegar a más jugadores, y no hacerlo como una promesa de futuro, sino como una acción de presente: "Mientras otros hablan, Nintendo está trabajando".
No paraban los recaditos a la competencia, con mensajes que hacían alusión a la forma en que vendían sus consolas, siempre vanagloriándose de características técnicas, cuando lo que Nintendo estaba ofreciendo era más que eso: una nueva forma de jugar. Fue el momento en que Reggie sacó del bolsillo de su chaqueta una Nintendo DS, que suponía una nueva forma de jugar y que acabó convirtiéndose en la otra estrella del evento. Cuando apareció Metroid Prime Hunters en la pantalla del teatro, el público enloqueció.
Era la "nueva Nintendo". Satoru Iwata apareció para decir que iban a revolucionar con Wii (entonces sin nombre oficial), y también se anunció Zelda: Twilight Princess con el mismísimo Shigeru Miyamoto apareciendo en escena. Fue espectacular, hipnótico, el día en que la Gran N demostró una reacción intensa, porque sabía que era eso o morir. Nunca antes ni después se llegó a ver algo así en Nintendo, y es una demostración de lo importante que fue Reggie para la compañía, el cambio que necesitaba.
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