Creo que no se habla suficiente de lo que significan los remakes de Max Payne. No solo por la calidad de los juegos, que también, sino por lo diferente que es este proyecto comparado con otros de talla similar. Las pistas nos las da el propio estudio que ha asegurado dos cosas muy importantes. La primera, que se trata de una combinación de ambos juegos en uno. La segunda, que es un proyecto muy, muy grande e importante.
Esto puede coger un poco por sorpresa al aficionado al melancólico detective. ¿Por qué aunar la producción en una sola? Las historias de Max 1 y 2 funcionaban por separado y en su momento ambos supusieron buenos saltos tecnológicos para la época. Sin embargo, si nos ponemos a analizar la narrativa moderna, lo cierto es que la unificación de las dos historias puede dar un arco más cohesionado, donde la historia de la caída en desgracia del detective tenga un mejor ritmo y resolución.
Pero no solo en cuanto a la historia, sino también creo que se trata de una decisión que tiene en cuenta el diseño de niveles que contienen los dos juegos. Hay partes icónicas, pero Max Payne 1 y 2 no son juegos que puedas aplicar un remozado visual y sacarlos a la venta. Hay mucho que rehacer en la construcción de escenarios para plataformas modernas, cinemáticas que lo van a convertir en un juego prácticamente nuevo.
Por ello, creo que Remedy piensa que es mejor sacar de él sus fortalezas y desechar las inconsistencias que sí, también las tenía. A todos se nos puede venir a la mente esos momentos oníricos y piscotrópicos en los que había que recorrer una finísima línea de sangre con un salto pocho y poco feedback de cuándo hacerlo. Momentos que se pueden reducir y eliminar, lo cual harían un juego aún más corto de las ocho horas que podía llegar a durar el original, o de las seis que dura el segundo. Por tanto, sumar las fortalezas de ambas historias ayudaría a crear una experiencia más consistente. Quedarse solo con lo bueno.
El objetivo es Max Payne 4
Pero hay algo más. Si habéis jugado a Alan Wake 2 habréis visto ese momento inicial en que aparece el detective Alex Casey interpretado por Sam Lake; y no solo por el rostro, sino porque la indumentaria es exactamente igual a la de Max Payne 1. Es casi un guiño de Remedy al jugador, invitándole a soñar como sería el juego de acción hoy día. Algo que, además, le gusta mucho hacer al estudio finlandés. Además, de esto. Max Payne 3 es un juego que salió en 2012 y es increíble lo bien que resiste el paso del tiempo. Ponérselo hoy en un PC donde puedes tener una resolución más actual te deja con la sensación de que ya no se hacen juegos así, pero se debería. Vamos, que más allá de una versión remasterizada que nunca nos llegó, no necesita mucho más. Y aquí es donde nos volvemos conspiranoicos y podemos enlazar todos los puntos con hilos rojos. Si el plan es sacar un futuro Max Payne 4, la gente tiene que recorrer la odisea de Max fácilmente.
Y veréis, a Remedy esto de no complicarse demasiado la vida le ha ido muy bien desde que tomó la decisión con Control tras lo mucho que se atragantó la producción de Quantum Break. Tratar de hacer un remake de Max Payne 1 y otro del 2 sería demasiado largo y costoso. Así que la idea de aunarlos junto a la buena experiencia que es ya la tercera parte es buena, de cara a una cuarta entrega. No solo gana Remedy, sino Rockstar que es dueña de la licencia y puede aprovechar el movimiento de las aguas para, como decía, retocar Max Payne 3 por fin. Si ha pasado con Red Dead Redemption 1 (más o menos) puede pasar con este juego.
Así, Max seguiría el mismo camino que ha hecho Alan. Alan Wake era un producto latente, que se lanzó hace 13 años y que con sus remasterizaciones se dio accesibilidad al usuario de cara a una segunda parte que les ha funcionado muy bien. Ahora, Max Payne tiene que hacer lo mismo, pero no es tan fácil porque el primer Alan Wake era perfectamente jugable con unos retoques, pero estos primeros juegos no lo son tanto. Construirlos, además, es también construir la propia mecánica de shooter a tiempo bala que veríamos en esa nueva y cuarta entrega. Así que todo son ventajas y Remedy tiene un plan perfecto.
En 3Djuegos | Si esperas algo menor, olvídalo. Los remake de Max Payne son proyectos enormes que se adaptarán a los "estándares modernos"
En 3Djuegos | Nadie le quita mérito a los gráficos de Alan Wake 2, pero no olvidemos que Remedy lleva haciendo magia negra desde 2001
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