Ha sido una de las grandes sorpresas de 2016. Un videojuego que nacía en PC como una auténtica oda en honor al clásico Harvest Moon, al que terminó superando en muchos sentidos. Hablamos de Stardew Valley, el excelente simulador de vida en la granja desarrollado por Eric Barone que ahora, unos cuantos meses después, desembarca en PS4 y Xbox One para alegría de muchos. Análisis.
Tiene algo que lo hace un videojuego único, especial, de esos que te atrapan sin remedio durante horas, días, ¡meses incluso! Lo dije cuando analicé su versión original de PC. "Es una pequeña gran joya capaz de enamorar incluso a aquellos que no sienten especial predilección por la temática". Así de bueno es Stardew Valley, un gran simulador de vida en la granja que siempre tiene algo nuevo que ofrecer. Nuevos cultivos que cosechar, animales a los que alimentar, objetos que fabricar, e incluso tesoros por descubrir en las profundidades de la tierra como si de una aventura de rol se tratase. Es una experiencia increíble; desprende tal encanto, que cuesta no disfrutar de ella con una sonrisa en la cara.
Es meritorio. Más si cabe teniendo en cuenta que el videojuego nace de manos de una única persona, Eric Barone, que harto de que una de sus sagas predilectas no dejara de decepcionarle, decidió crear su propia aventura, apostó por dar vida a su particular Harvest Moon. Visto el resultado, no puedo más que aplaudir su valentía. Su éxito es el de todos aquellos que entienden que un juego es algo más que gráficos bonitos y grandes historias; sin alma, no hay nada, y este título es el mejor ejemplo de ello. Los aficionados de PC pudieron disfrutar de él a principios de año, y ahora es el turno de los jugadores de Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch, que tienen ante sí una de las grandes sorpresas de 2016.
Trabajo, sí, pero placentero
Lejos de agobiarte con infinidad de tareas rutinarias y facturas imposibles de pagar, que de eso saben mucho los más experimentados en el género, Stardew Valley te deja ir por libre, sin presiones, para que seas tú quien marque el ritmo de la partida. Así que no pasa nada si un día en vez de plantar semillas o picar piedra os vais a pescar, o simplemente paseáis por la aldea para entablar amistad con los entrañables personajes que en ella habitan. No se acaba el mundo por ello… y es un alivio, que otros títulos del estilo te atosigan, casi que te obligan a repetir una y otra vez las mismas tareas con tal de hacer prosperar tus tierras. Y eso termina por agotar.
Los días pasan, los cambios de estación llegan y con ello la necesidad de rotar los cultivos, pero en Stardew Valley todo esto sucede de una forma tan armoniosa y relajada que es difícil sentirse abrumado aun cuando son tantas las opciones a tu alcance. Que no todo consiste en plantar hortalizas y talar árboles; también debes cuidar de varios animales, elaborar productos como la mayonesa o la miel, fabricar objetos decorativos o de utilidad para la granja como espantapájaros mediante un sistema de artesanía bastante completo, preparar platos de cocina e incluso, si os da por ahí, podéis convertiros momentáneamente en el héroe de una aventura de rol adentrándoos en las oscuras minas, donde os enfrentaréis a toda clase de monstruos que, por supuesto, os proporcionarán materias primas ideales para crear mejores productos.
En la aldea también encontraréis a un montón de personajes que os ayudarán en estas labores como puede ser la carpintera, que ampliará las instalaciones de la granja para que aumente vuestra productividad; o el herrero, que os ayudará a crear mejores herramientas de trabajo. Hay más, muchos más, y cada uno de estos personajes tiene una historia digna de ser conocida. Pero para ello tendréis que visitarles a menudo, participar de las fiestas que organicen, celebrar sus cumpleaños y, por supuesto, ofrecerles regalos que no siempre aceptarán de buen grado. Como personas normales, que es lo que son, tienen sentimientos y gustos muy particulares que conviene conocer al detalle.
Más todavía si vuestra intención es pedir matrimonio a cualquiera de estos aldeanos, ¡que también os podéis casar! Incluso entre personas del mismo sexo, que es un detalle que se agradece. También el "realismo" con el que estos monigotes virtuales disfrutan de su día a día. Se levantan temprano para ir a trabajar, pasean por el pueblo en sus ratos libres, se van al lago o al bar a tomar unas copas, de compras cuando toca, e incluso hay días de la semana en los que todas las mujeres del pueblo se reúnen en el gimnasio para ponerse en forma. Es increíble cómo Stardew Valley logra que sientas estar dentro de un mundo vivo en constante evolución, aunque a veces esto provoca que sea difícil dar con ciertos personajes que se supone deberían estar en su trabajo, y no es el caso. Un localizador para ver su posición en el mapa habría estado genial.
Lo importante sin embargo es que esta obra de Eric Barone invita a relacionarte con todos los personajes del juego, dándote otra excusa más para pasar horas y horas con el videojuego. La base principal de la acción es el cuidado de la granja, claro, pero ahí tienes un montonazo de opciones más con las que entretenerte. Cómo no iba a haberlas si durante la temporada invernal la granja queda prácticamente paralizada en favor de otras actividades lúdicas… y también de trabajo, mal pensados, que podéis ayudar a recoger piedras preciosas para el museo o participar en las labores de construcción y mejora de la aldea. Y esto es lo que hace grande a Stardew Valley, pues incluso la historia que narra tiene mayor peso del que estamos acostumbrados en esta clase de videojuegos. Para que os hagáis una idea, hay momentos clave de la partida en los que tendréis que posicionaros en conflictos de gran trascendencia para el pueblo, marcando así el curso de los acontecimientos.
Se entiende por tanto que Stardew Valley levante pasiones allá por donde pasa. Es un juego de enorme calidad que atrapa de un modo único y especial, haciéndote perder la noción del tiempo cuando disfrutas de su entrañable oferta jugable. Puede que en algunos aspectos no sea un título especialmente complejo, sobre todo si hablamos del combate contra monstruos -tampoco es la base principal del juego-, pero lo cierto es que ahora mismo hay pocas obras tan personales y divertidas como esta. Si es que hasta en lo audiovisual es un título "con algo" que enamora. El diseño de personajes y del propio mundo en el que se desarrolla la acción, su colorido, la calidez de las melodías que nos acompañan, la claridad de la interfaz de usuario… Stardew Valley toca muchos frentes y en todos ellos saca buena nota. La mala noticia, como ocurrió en su momento en PC, es que el videojuego llega con los textos en inglés.
Desde que llegas a la desvencijada granja que heredas de manos de tu abuelo hasta que la conviertes en una máquina de facturar dinero, Stardew Valley proporciona tales cotas de diversión que es difícil no alabar las virtudes de este entrañable simulador de vida en la granja. Es muy completo a nivel de opciones, te deja hacer prácticamente de todo, pero además lo plantea de forma inteligente, sin agobios ni presiones de ningún tipo. Avanzas a tu propio ritmo, disfrutando simplemente de la vida en el campo, ¡que no es poco!
Comprar Stardew Valley- El colorido de sus gráficos, su bonita banda sonora y la historia que narra
- Siempre tienes algo que hacer. Es difícil aburrirse
- El ritmo de la acción. Las cosas llegan con calma, sin atosigarte ni meter presión
- No hay muchas opciones a la hora de relacionarse con otros personajes
- Se echa en falta algún localizador para dar con mayor facilidad con los aldeanos