Los que disfruten más peleando que resolviendo Santuarios de Zelda: Breath of the Wild normalmente se alegran al comprobar que alguno de los santuarios en los que han entrado son los de Prueba de Fuerza. Lo que hacen es enfrentarnos contra un guardián al que tenemos que abatir para conseguir el Símbolo de Valía y superarlo, (así como su tesoro). Pero este en particular, el de Savgom, es complicado; tanto llegar al Santuario como derrotar al guardián, pero aquí os explicaremos cómo.
Ubicación del Santuario de Savgom
El Santuario de Savgom es otro de los que podemos encontrar en la región de Hebra. Se encuentra sobre una planicie como os indicamos en la imagen del mapa de más abajo, pero el problema son los dos grandes bloques de hielo que bloquean su entrada. Podemos emplear flechas de fuego para derretirlos rápidamente, pero si no queréis gastarlas, basta con encender un fuego al lado de ellos o equiparos con un arma que tenga el elemento fuego; tardaréis más, pero no gastaréis nada que no sea fácilmente recuperable.
Prueba de Fuerza Extrema de Savgom
Al ser un santuario de Prueba de Fuerza, no hay detalles de rompecabezas o formas ingeniosas de resolverse. Tenemos que derrotar a un Guardián 3.0 que hay en el, y lleva algunas de las armas más potentes del juego. También es capaz de atacarnos con su ojo disparando proyectiles si nos alejamos demasiado.
Al principio, lo mejor es quedarse cerca de el (cosa que no podemos evitar ya que se mueve muy rápido), y tratar de hacerle parry o esquivar en el último instante sus ataques para contraatacarle con varios golpes.
Ocasionalmente, cuando le hayamos quitado 1/4 de su barra de vida, puede dar un salto hacia atrás para correr hacia nosotros mientras gira todas sus armas con el cuerpo. Aunque no haya columnas, podemos aturdirlo creando un bloque de hielo entre el guardián y nosotros; cuando cargue, se estampara contra el bloque y quedará aturdido, momento que hemos de aprovechar para golpearle todo lo que podamos.
Cuando la vida le baje de la mitad, esconderá sus armas y disparará un láser continuo con su ojo que genera una corriente de aire ascendente. Saltamos y extendemos la paravela para, o bien dispararle una flecha, o dejarnos caer sobre el dando un golpe con nuestra arma.
La parte más complicada es la final, ya que comienza a acumular una enorme cantidad de energía para disparar su rayo. Podemos intentar devolvérselo pero es muy arriesgado ya que dispara hasta tres rayos potentes muy seguidos, y si no lo esquivamos o devolvemos, el escudo que llevemos (sea el que sea) queda destruido.
Lo mejor es ir directamente a por el con nuestra arma más potente y eliminarlo antes de que tenga tiempo de dispararnos. Cuando caiga, aparte de recoger las armas que deja, deberíamos ir a la puerta que se ha abierto para conseguir el Símbolo de Valía, y el tesoro de este Santuario que no suele ser aleatorio: un Mandoble Real de gran durabilidad.
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