Tras más de 30 años jugando, cada vez es más difícil que algo te sorprenda. Es extraño que, más allá de que te apetezca probar uno u otro juego, haya uno que te despierte unas ganas genuinas de jugar y te tenga contando los días en el calendario. La experiencia me dice que, además, frente a esa sobredosis de hype es difícil que las expectativas terminen estando a la altura. De forma totalmente inesperada, Zenless Zone Zero ha resultado ser uno de esos casos.
Y es una voltereta especialmente reseñable porque, tal y como comenté en mis impresiones con el juego, gran parte de lo que ofrecen aquí los creadores de Genshin Impact está en las antípodas de lo que normalmente puedo llegar a considerar como apetecible. No juzgo a nadie, ojo, el negocio de Hoyoverse es el que es y está en las manos de cada uno decidir si entra o no entra y, más allá de eso, si el tiempo invertido en él le invita a pasar o no por caja. Pero por dejar claras las posturas desde el principio, me parece reseñable apuntar varias cosas.
Personalmente aborrezco los gachas, las tramas sociales de ciencia ficción y costumbrismo japonés, las historias con conversaciones interminables y, sobre todo, las waifus hipersexualizadas. Pero esta vez, me temo, de la mano de una mezcla entre la estética a lo Jet Set Radio y Hi-Fi Rush, la acción de Devil May Cry y Bayonetta, y la aventura de estética anime a lo Persona o Cyberpunk: Edgerunners, han conseguido que me trague mis palabras. ZZZ es un juegazo en el que, sin duda alguna, voy a meter cientos de horas.
Zenless Zone Zero no es otro gacha más
Doy por hecho que, frente a mi animadversión hacia el género gacha en cualquiera de sus formas, tal vez ande un poco perdido respecto a lo que los fans del mismo consideran como bondades. Por lo poco probado hasta ahora, en cambio, sí tengo muy claro qué es lo que me tira para atrás de la gran mayoría de ellos.
Me molesta, por ejemplo, tener que lidiar con vidas y energía para poder seguir jugando, que me pongan palos en las ruedas a la hora de avanzar, y que la necesidad de pasar por caja para adquirir ciertos personajes me obligue a superar sus historias con los mismos pordioseros que no tienen nada que ver con lo que la siguiente cinemática va a mostrar. Cosas típicas de los free-to-play, en cualquier caso, pero me parece un buen punto de partida para hablar de Zenless Zone Zero porque, para mi sorpresa, hace justo lo contrario.
Y no me resulta llamativo porque haya dejado de creer en la bondad humana, sino porque al enfrentarme a un juego que puedo disfrutar de cabo a rabo sin tener que esperar al día siguiente, al colocarme ante el desafío de sus jefes más duros sin haber pasado por caja y salir victorioso, y al permitirme jugar con todos los personajes que salen en su historia aunque no los tenga desbloqueados, inevitablemente pensé: "¿y de dónde narices saca el dinero esta gente?". ¿Qué clase de negocio es darte carta blanca?
La respuesta, probablemente lo más inesperado de todo lo vivido a los mandos de ZZZ durante más de 50 horas, está en que disfrutes jugando. El cebo es que pruebes esos mismos personajes y uno de ellos te resulte lo suficientemente divertido para incitarte a que intentes conseguirlo, o que te plantes ante un desafío lo bastante complicado para que vayas en busca de algún material que pueda subirte las estadísticas.
La gran baza de Zenless Zone Zero es, a grandes rasgos, que te guste lo suficiente y se convierta en algo lo bastante adictivo para que, tarde o temprano, caigas en el reduccionismo que más te guste: el de "has caído en la trampa", según los catastrofistas; o el de votar con la cartera lo que disfrutes y creas que lo merece. Con ZZZ yo reconozco estar en este último grupo, y de hecho creo que sobran razones para ello.
La formidable mezcla de acción y RPG de ZZZ
Superado el elefante en la habitación, tal vez vaya siendo hora de hacer las presentaciones. Zenless Zone Zero nos lleva hasta Nueva Eridu, un escenario que nada tiene que ver con Genshin Impact, Honkai: Star Rail o cualquiera de los universos del Hoyoverse. En cualquier caso, como era de esperar, el tema es que este nuevo mundo también se está yendo al carajo.
La culpa esta vez la tienen las Cavidades, un fenómeno sobrenatural que, en forma de esferas de energía gigantes, están arrasando con todo mientras corrompen cuanto tocan o a quienes se atreven a entrar en ellas sin la protección adecuada. El girito está en que, como todo buen peligro, su interior ha quedado repleto de ruinas, monstruos y, por descontado, jugoso y glorioso botín en forma de valiosos materiales.
Nuestro papel es el de Faetón, un proxy que ayuda a quienes lo requieran a guiarles por las Cavidades en busca de alguien a quien salvar, algo que recuperar o, por descontado, bichos y enemigos que destruir. Esa es la razón por la que, pese a que nuestro personaje principal es el que se mueve por la ciudad de tienda en tienda y de encargo en encargo, el combate lo realizamos de la mano de los agentes que se introducen en esas zonas corruptas. A partir de aquí el juego se divide en tres partes muy diferenciadas que, irremediablemente, terminan apelando a públicos distintos por aquello de diversificar cuanto más mejor.
Con horarios, tiendas y cafeterías, las ciudades son la cara más Persona de ZZZ.
Por un lado está todo lo relativo a Faetón, el proxy que guía la historia a base de aceptar encargos que van apareciendo en redes sociales, y el personaje que se mueve por las distintas zonas de Nueva Eridu mientras habla con los locales para intentar ayudarles con sus vainas sobrenaturales. Es el que se pasea por tiendas y cafeterías en busca de mejoras que comprar o regalos diarios que recoger mientras, de paso, desconecta a base de minijuegos con jugosos premios como un Snake competitivo o una suerte de Mr. Driller.
Podríamos decir que es la parte más Persona de ZZZ, no sólo por la idea del costumbrismo nipón en forma de anime, sino también por el hecho de tener que lidiar con el horario interno de la aventura para moverte entre distintos momentos del día para encontrar personajes y situaciones específicas. Hay mecánicas para aburrir, desde reparar los simpáticos robots que pululan por la ciudad y de vez en cuando te piden resolver un puzle, hasta gestionar tu propio videoclub consiguiendo nuevas películas y recomendando a diario las que mejor pueden funcionar para aumentar tu bolsillo.
A todo eso se suma la exploración dentro de las Cavidades, una suerte de dungeon crawler en vista cenital que, con televisiones como excusa para marcar caminos, obstáculos, enemigos y cofres, sirve como nexo para contar la historia más allá de las cinemáticas y conversaciones que te van poniendo sobre la pista de lo que ocurre. Por cierto, un apunte para los que estéis en mi barco, aunque las secuencias son una gozada y la historia no está nada mal, te interesará saber que casi todo se puede saltar con un glorioso botón de omitir que te resume lo que han comentado (gracias, señor de Hoyoverse que luchó por esto en una reunión frente a los guionistas).
Puede que en una misión simplemente tengas que avanzar hasta llegar al final mientras recoges mejoras y abres puertas, y en otra tengas que lidiar con puzles como llevar unas bombas hasta un tren, o frenar el avance de un enemigo colocando explosivos como si estuvieses jugando a un Bomberman. En cualquier caso son pasatiempos pasajeros y, pese al choque inicial, especialmente si vienes de recorrer mazmorras 3D en Genshin Impact, terminan siendo más entretenidas de lo que parece a simple vista. Lo gordo, en cualquier caso, viene cuando te chocas contra uno de los monstruos que pululan por el particular tablero.
Un glorioso y vertiginoso hack’n slash en el que tú marcas el desafío
Llegamos a la joya de la corona. La última de las patas que sustenta la estructura básica de Zenless Zone Zero y la que, sin duda alguna, es también mi favorita: el combate. Por dar un poco de contexto, The Wonderful 101 es mi GOTY de la vida que nunca recibirá una secuela, Devil May Cry 5 salió en 2019 y no ha vuelto a decir ni pío, y es muy probable que a Bayonetta le hayan hecho la cama. Podríamos añadir aquí todo lo de Hi-Fi Rush pero, yo qué sé, para qué hacernos más daño, ¿no? Lo importante es que los hack’n slash, el género de los espadazos y disparos a cámara lenta con combos loquísimos y parrys de los que dan gustito, son mi perdición. Y cada día tengo más claro que con el auge de los Souls la industria me está dando la espalda.
Imagino que después de ese párrafo muchos habréis terminado de atar cabos, pero ZZZ es mi bote salvavidas. Ya me extendí sobre ello aquí explicando de forma más pormenorizada el combate del juego, pero a grandes rasgos se resume en una de las frases más sobadas de la historia de la prensa del videojuego: fácil de controlar, difícil de dominar. Con un botón de ataque normal, otro de ataque especial, y la técnica definitiva que te deja una de esas animaciones de puro espectáculo que parecen sacadas de una pelea de One Piece o Kimetsu no Yaiba, se las apaña para que te montes tus propios combos a base de experimentar.
Las sensaciones con ZZZ son las equivalentes a las de un buen gunfeel en un FPS
No juega sólo con la combinación de botones o la clásica jugada de frenar el ataque para mantener pulsado el botón y salir con otra animación, sino también con combinaciones secretas que vas descubriendo poco a poco y, sobre todo, con las sinergias que, por estilo de agente y atributo especial, puedes realizar al ir saltando de un personaje a otro de los tres que hayas añadido al combate.
Es ahí donde entra en juego gran parte del sistema de monetización de cara a conseguir personajes que comentábamos antes, en la particularidad de que todos ellos, incluso por similares que parezcan (pocos casos ahí de eso), se juegan de forma distinta. Ellen, mi preferida hasta el momento, te obliga a correr para enfriar el arma antes de atacar y, a base de esquivar y rodear enemigos, termina congelando su guadaña y creando ataques que, de otra forma, no se producirían. Von, el furro con patadas cyborg, juguetea con la idea de frenar ataques y pulsar el botón de forma prolongada para cargar la pierna y generar golpes más devastadores y ofrecer otras animaciones. Digamos que cada uno tiene lo suyo.
En ningún caso son ideas revolucionarias dentro del género, salvo por el hecho de ofrecer combinaciones loquísimas como un oso gigante con un pilar de hormigón cuyo ataque especial es en realidad un parry perfecto contra los ataques del enemigo, pero entiendo que gran parte de la gracia de ahora en adelante estará en comprobar qué nuevas ideas se van sacando de la manga conforme vayan llegando nuevos personajes.
Lo importante, en cualquier caso, más allá de lo húerfanos que nos hayamos quedado los fans del género salvo por rarezas como esta, es que es uno de esos juegos que da gustito. Por lo fluido y espectacular de sus animaciones, por lo accesible que resulta, y por el trabajo de sonido y feedback que hay detrás de cada input acercando sus espadazos y golpes a lo que en un FPS podría considerarse un buen gunfeel, ZZZ es una gozada a los mandos.
Lo es cuando las cosas te vienen de cara y te meas en los enemigos con cuatro combos porque estás varios niveles por encima ofreciendo una fantasía de poder sensacional, y lo es cuando un enemigo se pone de culo y tienes que estar atento a todo lo que ocurra en pantalla porque los avisos de ataques ya no son suficientes para poder frenarlo o esquivarlo.
Zenless Zone Zero sabe a celebración
Con una campaña que se alargará lo que dure la mecha de su juego como servicio, y viendo cómo han funcionado el resto de juegos de Hoyoverse parece que va para largo, a los tres capítulos disponibles hasta ahora (cuatro en realidad, pero no quiero hablar más de la cuenta), y los desafíos adicionales que sirven para conocer los personajes que van apareciendo en mayor profundidad, ZZZ suma además las distintas misiones que te servirán para ir subiendo de nivel, tanto de combate como de exploración y puzles, y tres modos endgame.
El más llamativo y currado de todos es una suerte de roguelike que combina las citadas mazmorras con combates como si fuesen una parte más de la historia, pero con la particularidad de que irás ganando mejoras y desventajas dependiendo de las decisiones que tomes por el camino y, sobre todo, tus resultados a la hora de medirte contra el sistema de calificación del juego.
El resto son dos modos enfocados plenamente a las peleítas, uno que te permitirá ir desbloqueando nuevas bonificaciones a base de gastar los puntos que ganes al jugar sus desafíos, facilitando así que puedas seguir escalando posiciones; y otro de puro y demencial combate contra jefes en el que, dependiendo de tu destreza en un modo contrarreloj, ganarás más o menos puntos.
Todos ellos cuentan con premios de cara a que desbloquees personajes, quieras subirlos de nivel para poder adaptarlos a los que ya tienes de cara a jugar con ellos esos mismos desafíos, y seguir dándole vueltas a la rueda del hámster a la espera de más contenido en forma de capítulos para la historia, personajes, eventos especiales, o ampliaciones del mapa. No inventa la rueda, pero al menos no parece un neumático hecho a base de los pinchos de un rosal tal y como ocurre en otros juegos de este estilo, incluidos los de la propia Hoyoverse.
En realidad, lo peor que puedo decir de Zenless Zone Zero es que no sé cuánto durará el embrujo. Pero que después de haber completado su campaña para este análisis ahora me vea ante el abismo de perder mi cuenta y todos los personajes que ya he desbloqueado, y que esté deseando que abran los servidores para ponerme manos a la obra y empezar de cero, dice bastante de hasta qué punto se han hecho las cosas bien. Siendo plenamente consciente de que no es lo habitual, con waifus pechugonas o sin ellas... Qué narices, se celebra.
Zenless Zone Zero es un juego atípico incluso en una industria en la que parece que ya hemos visto ideas de todas las formas y colores. Un juego de acción y RPG que recoge un nicho tan maltratado como el del hack'n slash y lo transforma en un gacha en el que su mayor estrategia para que termines picando y gastando dinero es que te lo pases bien jugando. Si sólo vienes por la aventura, tienes a tu disposición un juego de lo más disfrutón que te hará recordar a partes iguales a Bayonetta, a Hi-Fi Rush y a Persona con una mezcla que, sin llegar a la ambición de esos juegos, sí sabe abrazar lo mejor de cada uno de ellos para crear un estilo propio que, además de resultar divertido, quieras seguir jugando. Teniendo en cuenta la sobredosis de juegos a la que nos enfrentamos a diario, no me parece un logro a menospreciar.
Comprar Zenless Zone Zero- Ofrece uno de los sistemas de combate más satisfactorios que hemos probado recientemente.
- La mezcla de aventura RPG, mazmorreo isométrico y hack'n slash es todo un acierto.
- Puedes jugar con los personajes de la historia aunque no los hayas desbloqueado.
- A nivel visual se convierte en un espectáculo que funciona a las mil maravillas.
- Su endgame se las apaña para manterte enganchado con el estilo que más te guste.
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